¿Por qué vive la Cultural esta situación tan complicada?

Es el principio de todo. Tras la victoria sufrida ante el Sevilla Atlético, la Cultural ha caído en picado. Las derrotas en Valladolid y Huesca, la caída ante el Rayo en casa y el 2-1 en contra cosechado en Almería han hecho que los leoneses hayan caído con cuatro derrotas por la mínima, pero en las que, por tramos de partido, fueron muy inferiores a sus rivales.

Sumar fuera de casa es fundamental y la Cultural no lo está logrando, pero sus rivales sí. El conjunto leonés no se lleva un punto lejos del Reino de León desde aquel empate en Córdoba a finales de noviembre. Tres meses después, cada salida es un suplicio mientras que otros rivales, como Almería, Barça B o Albacete compiten y suman a domicilio.

Sólo el Córdoba ha encajado más que una Cultural que ha visto cómo ha recibido ya 47 goles en lo que va de temporada. En escasos partidos ha dejado la puerta a cero (Almería, Albacete, Zaragoza y Nástic) y en ninguna ha sufrido. Las carencias defensivas son una constante en este equipo, que lo pasa mal especialmente con los balones a la espalda, los centros laterales y las jugadas a balón parado. Todo ello, sin contar con los errores en la salida de la pelota, que han costado muchos puntos.

No hay plan B. Y no solo eso: la filosofia de juego no se discute. La fe de Rubén de la Barrera y el cuerpo técnico en la manera de jugar es incuestionable, pero hasta el momento no está dando demasiados resultados. Varios equipos han modificado su plan inicial por uno más defensivo, con la prioridad de no encajar, y están logrando sumar. Pero es algo que en la Cultural, de momento, no se contempla: quieren morir con su idea.

A la Cultural parece costarle jugar con el marcador 0-0. Insegura, sin dominio del juego y sin apenas llegadas, el cuadro leonés no se activa hasta que no recibe el primer 'tortazo' en forma de gol. Una vez que esto sucede, se ve otro equipo, pero en muchas ocasiones, como en Almería o contra el Rayo, es demasiado tarde porque la losa a levantar es muy pesada.

Las incorporaciones en enero apenas han funcionado. Salvo David García, que se ha asentado en el eje de la defensa, e Ibán Salvador, que parece que será un hombre importante en los planes de De La Barrera, el resto de fichajes invernales no han funcionado. Ángel ha pasado de titular en Valladolid al total ostracismo, Moutinho y su extraña sustitución en Almería podrían ser una señal de que el portugués no ha acabado de encajar. Ideguchi, por su parte, apenas está logrando adaptarse y Sergio Marcos, salvo su heroicidad ante el Lorca, juega minutos casi residuales.

Hay casos en esta Cultural de futbolista que todavía no han mostrado el nivel que se espera de ellos. El caso más significativo es Iker Guarrotxena, un hombre que llegó como uno de los fichajes 'estrella' del mercado estival leonés pero que el pasado sábado se quedó sin jugar ni un solo minuto esta temporada. Jesús Fernández, junto a la mayoría de las incorporaciones invernales, son otros de los casos.

De ser un hombre clave en el buen rumbo inicial de la Cultural a ser una de las piezas que más está fallando en este tramo. Isaac Carcelén está viviendo un notable y notado bajón de forma que provoca que muchos goles en contra llegue por su banda y que no logre tener la trascendencia ofensiva que sí tenía en jornadas anteriores.

Sin intensidad y motivación, poco se puede hacer. Y, por momentos, la Cultural lo está perdiendo. El caso más flagrante fue la primera parte ante el Rayo Vallecano, en la que se vio a un conjunto con los brazos bajados, perdiendo cada duelo y cada lucha. Por instantes, se vuelve a revivir esa situación en la que la actitud desaparece.

La confianza de la afición de la Cultural en Rubén de la Barrera parecía infinita, pero varios sectores dudan ya del gallego. Grupos de aficionados piden un relevo en el banquillo leonés para tratar de reconducir esta situación. Es la primera vez que De La Barrera vive esto en su etapa en la Cultural y que solo logrará solucionar a base de resultados.