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Los derbis suelen ser pasionales, emocionales, llenos de intensidad y tensión. Y, en ocasiones, eso va en contra del fútbol, de que se produzcan ocasiones y de que los goles alegren las caras de unos u otros aficionados.
Así sucedió en el duelo provincial entre ... Cultural y Ponferradina, que empezó a todo tren, con ocasiones en ambas áreas, pero acabó siendo un partido repleto de tensión, de nervios... y de escasas ocasiones que acabó con un 0-0.
Cultural
Bañuz; Víctor García, Rodri, Fornos, Álvaro (Pol, min. 88); Barri, Bicho (Kevin Presa, min. 88), Martín; Fabio (Muguruza, min. 88), Berto (Aarón Rey, min. 67), Escudero (Guillermo, min. 77)
0
-
0
Deportiva
Andrés Prieto; Carrique, Andújar, Lancho (Leal, min. 78), Nil; Igbekeme, Markel; Cerdà (Clavería, min. 78), Borja Valle (Yuri, min. 89), Ernesto (Brais, min. 63); Longo (Ale Díez, min. 89)
Árbitro Pastoriza Iglesias (Colegio Gallego). Mostró amarilla a Martín por parte de la Cultural y a Lancho, Markel, Carrique y a Andújar por parte de la Deportiva.
Incidencias Estadio Reino de León. Jornada 24 del grupo 1 de Primera RFEF. 12.086 espectadores.
Con una atmósfera de cita grande, de partido grande, de día inolvidable, arrancó un derbi lleno de ambiente, de color, de ruido. Había ganas de ver al eterno rival y esa intensidad con la que se vivió la previa en las gradas se trasladó al verde.
Empezó amenazando la Deportiva, con un remate al lateral de la red de Borja Valle a los 28 segundos de partido. Era un choque de estilos, una contraposición de ideas sobre cómo entender el fútbol en el que los dos tenían una propuesta distinta pero de alto nivel.
La Cultural, con una propuesta de posesión, más paciente y proactiva, intentando recuperar en campo rival, se medía a una Deportiva con un estilo más directo, sin ningún tipo de reparo en defender más cerca de su portería.
Pudo amenazar también la Cultural pronto. En el minuto 3, Escudero recibió un pase al espacio, recortó sobre Lancho y dejó un balón atrás al que Martín llegó, pero una pierna de un defensa berciano chafó la ocasión.
Había llegadas en ambos campos, ocasiones para los dos equipos, sensacion de peligro en ambas áreas. Una de las mejores fue para Martín, cabeceando un centro de Álvaro que se fue lamiendo el poste en el primer gran 'uy' de la afición local.
Pero la más clara la tuvo Borja Valle. Longo se revolvió y sacó un estético centro con el exterior que el berciano cabeceó. Bañuz tocó ligeramente y de forma milagrosa con la mano y el balón fue repelido por el larguero: la Cultural seguía viva.
El equipo de Llona tenía más balón, pisaba más campo rival, pero la Deportiva demostraba tener más colmillo cada vez quse acercaba al área defendida por Miguel Bañuz. Abriendo el campo y buscando centros, tanto aéreos como rasos, los capitalinos lo buscaron, con Álvaro y Fabio como grandes pasaportes hacia el peligro.
Por un lado, la posesión y los ataques pacientes de la Cultural, con defensa adelantada, contrastaban con el juego directo y bloque bajo defensivo de la Deportiva.
Tanto Rodri y Fornos como Andújar y Lancho fueron superiores a Longo y Escudero. Eso explica el marcador.
La mayoría de los duelos se libraron en la medular. La igualdad del encuentro se labró ahí, con dos centros del campo poderosos que no dejaron al rival crecer.
Y había también tensión. En la grada, evidentemente, pero también en los banquillos y el césped. Entre jugadores, el primer roce lo protagonizaron Longo y Rodri, enfrentamiento que acabó con el delantero italiano 'tocando' la cara al central de la Cultural y con el aviso a ambos del colegiado.
La igualdad era evidente, era notoria en el césped. Tras este primer tramo de partido con llegadas e intenso, el choque pasó a ser una batalla de impreciosiones, de duelos en el centro del campo y de escasas - o inexistentes - ocasiones de peligro en ninguna de las dos áreas.
Era una especie de tregua, una forma de coger resuello en ambos equipos ante un inicio frenético en el que, pese a que con una única ocasión clara de gol, ambos conjuntos habían mostrado sus cartas, sus armas, sus argumentos para llevarse el derbi.
El paradigma de estas imprecisiones fue Barri, habitualmente infalible en el pase corto y casi sin errores en el desplazamiento en largo. Pero el salmantino no vivió sus minutos de mayor precisión, errando envíos relativamente sencillos que plasmaban ese impás que vivía el partido.
Así se llegó hasta los últimos minutos de la primera mitad, donde llegó, quizá, la mejor ocasión de la Cultural. Fue Fabio, que dribló a Nil, el generador de peligro con un centro raso, muy peligroso, en el que Escudero no pudo meter la punta de la bota. Con esa acción se llegó al descanso en un partido repleto de tensión y emoción.
Si alguien generó peligro en la Cultural, fue el almeriense. Lo intentó una y otra vez, buscó desequilibrar y fue de los pocos que creó ocasiones en el cuadro culturalista.
El berciano fue el mejor de los suyos. Dispuso de la mejor ocasión blanquiazul y generó la siguiente más clara. Un peligro constante y el gran argumento ponferradino para haberse llevado el derbi.
La segunda mitad comenzó con un rictus similar al de la primera, con pocas ocasiones, muchas imprecisiones y duelos por doquier que mostraban esa intensidad del derbi, pero sin las llegadas del inicio del encuentro.
La primera llegada con cierto peligro la protagonizó Escudero con un disparo que atrapó, sin excesivas dificultades, Andrés Prieto. Pero el partido estaba en un impás en el que ambos parecían estar más preocupados de no cometer errores que de forzarlos en el conjunto rival.
En una jugada trabada, con Cerdà yéndose de hasta tres futbolistas, la Deportiva tuvo el gol. Lancho no logró rematar ante la aparición de múltiples piernas culturalistas para frustrar su misión, pero sí logró enviar el balón atrás para que Igbekeme, con potencia, chutara alto.
Solo el balón parado parecía poder crear peligro en ambas áreas, especialmente en la de la Cultural en un tramo de partido donde los entrenadores empezaron a mover el equipo en busca de algún estímulo que decantara la balanza de su lado.
Las ocasiones escaseaban, las llegadas con peligro eran cada vez menores y sólo acciones puntuales generaban esa sensación de peligro. La tuvo Aarón Rey con un balón al espacio en el que el gallego centró e Igbekeme despejó, pero casi lo mete en su portería.
Respondió el nigeriano en la siguiente acción. Borja Valle ganó la espalda a Álvaro para poner un centro peligroso que, en segunda acción, el africano envió fuera tras un leve toque en el poste.
Esa fue la última gran oportunidad de un derbi que acabó sin goles, con tensión y con mil batallas que dieron intensidad a un partido que concluyó sin ese aderezo que siempre le da un toque especial: los tantos.
Cultural y Deportiva siguen su camino en esta competición sin heridas de consideración tras el derbi y dejando claro que la temporada es, todavía, muy larga tras este combate nulo.
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