Del sueño al infierno, el 2018 en la Cultural

La Cultural realizó hasta seis fichajes en busca de lograr la salvación en Segunda División. Tras una primera vuelta, en la que el equipo de Rubén de la Barrera había ido de más a menos, el mercado se abría como una oportunidad para reestructurar al conjunto leonés. Sin embargo, la gestión de Óscar Cano volvió a quedar en evidencia, con muchos nombres que no cuajaron. Moutinho, Ibán Salvador y Yosuke Ideguchi -en la imagen- apenas tuvieron minutos. Sí entraron en los planes del técnico jugadores como David García, Sergio Marcos, Ángel García.

La Cultural tocaba fondo en Almería, donde el equipo cosechó una dolorosa derrota, a pesar de tener la opción de adelantarse con un penalti errado por Rodri Ríos, y vio cómo el encuentro en los Jugos del Mediterránea sumió a la escuadra en una mala racha de juego y resultados que agudizó la crisis de los leoneses hasta casi hundirles en la clasificación.

El mes de marzo estuvo marcado por un histórico partido en el Estadio de 'El Molinón'. La Cultural visitaba al Sporting de Gijón en un improvisado homenaje al 'Brujo', Enrique Castro Quini, que fallecía fechas antes de forma inesperada. Los prolegómenos estuvieron plagados de recuerdos a la figura de este futbolista y lo de menos fue el resultado -goleada por 4-0, a favor de los asturianos-.

La Cultural vivía una profunda crisis de resultados, que tuvo en el estadio más importante de la historia reciente del club su punto de inflexión. Los leoneses se imponían 0-1 en el Mini Estadi, con un gol de Emi Buendía y tras aguantar toda una parte con un jugador menos. Este triunfo fue un revulsivo para los hombres de De la Barrera, que enlazaron una serie de resultados positivos.

La visita del Real Oviedo al Reino de León se convirtió en la última alegría deportiva del año en la ciudad. Primero porque ese mismo día se logró el Record Guinness del plato más grande de cecina y después por el triunfo por 2-0 de la Cultural en un estadio lleno a rebosar. El resultado dejaba a los leoneses dependiendo de sí mismos en la jornada final de Segunda División.

Dependía de sí mismo el equipo. Un empate hubiera sido suficiente. Pero la esperanza se desvanecía a escasos minutos del final. La Cultural fue incapaz de sumar ante el Numancia, que se jugaba el playoff, y el empate del Almería en Lugo, unido a la goleada del Córdoba al Sporting, condenaba a los leoneses al regreso a Segunda División B tan solo 12 meses después del ascenso. El sueño se esfumó de la forma más amarga posible.

Tocó rearmarse, en lo anímico y en lo deportivo, y la Cultural lo hizo con el objetivo de regresar cuanto antes a la categoría de bronce. Una agresiva campaña de socios, acompañado de renovaciones sonadas, logró convencer a la afición para mantener vivo su sentimiento. El resultado son más de 7.000 socios y un proyecto deportivo que aspira a volver al fútbol profesional.

En plano verano, con el calor todavía apretando en León, el Reino volvía a abrir las puertas a Segunda B. La Cultural estrenaba temporada ante su afición y lo hacía con goles e inmejorables sensaciones. La goleada por 4-0 al Rápido de Bouzas, con cuatro goles en la primera media hora, hacía presagiar una campaña de paseo triunfal para el club leonés. Nada más lejos de la realidad.

Con la llegada de septiembre, las dudas empezaron a dejarse sentir entre la grada. Dos derrotas en casa, ante Las Palmas Atlético y el Real Madrid Castilla, hacían fruncir el ceño entre la parroquia leonesa. Seis puntos de quince posibles no era un buen arranque para un equipo que aspiraba a todo esta temporada.

La Copa del Rey desviaba el foco de atención por unos días, y dejaban aparcado el mal juego y la crisis de resultados del equipo de Víctor Cea. El sorteo deparaba que de nuevo un 'grande' visitara el Reino de León. El FC Barcelona se llevaba un buen susto en el partido de ida, donde solo conseguía superar a la Cultural en el último minuto del choque.

Hubo un nombre propio en este mes: Víctor Cea. El entonces entrenador de la Cultural y su cuerpo técnico agotaron el crédito entre la afición y el cántico de la grada era casi unánime: «Cea, vete ya». La incapacidad del equipo para generar fútbol y la reiterativa pérdida de puntos en diferentes partidos colmaron la paciencia del público. El equipo vivió un noviembre negro en el que no conoció la victoria.