El Reino no quiere otra película de terror

Con esos alicientes afrontan los jugadores de José Manuel Aira su particular 'sanedrín'. Tras el enfado de la semana pasada del público, la grada espera ver, por fin, la mejor versión de los suyos. El técnico apremiaba sobre esta cuestión: «Tenemos la voluntad de jugar y ganar bien. Para ello necesitamos 90 minutos de efectividad».

Detectado el problema, los vaivenes de juego que sufre el equipo, solucionarlo es una cuestión de aquellos once que salten al césped. Entre ellos podrían estar Vicente Romero y San Emeterio, recuperados de sus molestias, por lo que habrá descartes en la convocatoria. Con todo ello, los titulares no distarán mucho de los que jugaron ante Unionistas.

Aira descarta la mala situación física a la trayectoria del equipo y achaca los cuatro empates consecutivos «a ciertas situaciones que debemos resolver en las áreas». Dejar la portería a cero se convierte en fundamental en la categoría, algo que la Cultural lleva sin hacer siete jornadas, y acertar en las concesiones del rival será clave para derrotar a un rocoso conjunto madrileño.

El Unión Adarve llega a León en puesto de promoción de descenso, y empatado a puntos con las posiciones que te llevan directamente a Tercera División.

Si por algo el partido está 'caliente' es por los inquilinos del banquillo del equipo del Pilar. Buena parte del cuerpo técnico del Adarve fue el mismo que acompañó a Víctor Cea hasta la destitución del entrenador. Entre ellos, destaca Luis Masero, quien protagonizó una polémica bronca con la Tribuna Oeste del estadio.

En lo puramente deportivo, los visitantes llegan a la cita tras derrotar a domicilio a Unionistas, y poner fin a una racha lejos de su campo en la que sólo habían logrado doblegar al colista de la tabla.

El Adarve marca muy poco, pero rentabiliza sus goles y es un rival muy difícil de remontar en casa lo ponerse por delante en el marcador. Su referente en ataque es Álvaro y no podrán contar con Richi.

El encuentro tiene muchos alicientes para acudir al estadio, sacar la entrada y coger butaca para disfrutar de un partido de película, protagonizado por el 'Goya' Jesús Vidal y que no acabe en drama.