Nunca había ocurrido algo así. Y difícilmente volerá a suceder.
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A las 21:00 horas (hora catarí) miles de espetadores de Catar se congregaban ante sus televisores: juega su selección, la anfitriona en la Copa del Mundo.
Y al otro lado, León, una tierra distante ... más de 5.000 kilómetros y en la que curiosamente una academia local (Aspire) es la propietaria del club.
Más allá de la parte anecdótica que el encuentro se ofreciera en directo para Catar ha permitido a León ofrecer su imagen al otro lado del Mediterráneo, en el Golfo Pérsico.
Gran ambiente en el estadio, un buen rival como piedra de toque en la preparación y la sensación de que todo estaba 'a punto' para la cita deportiva.
La emisión televisiva del encuentro también ha permitido que los leoneses se acercaran a un país un tanto desconocido y del que se valora de forma especial su alto potencial económico.
El encuentro, cuya emisión fue contratada en Catar desde hace semanas, se ha ofrecido además en una doble retransmisión en árabe y castellano.
León, y su Reino de León, ha estado así inmerso en un país con el que quiere en el corto plazo estrechar aún más sus lazos.
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