El Reino cumple dos décadas: «Pasarán muchísimos por allí, pero mi gol quedará para siempre»

El autor de ese primer tanto fue el delantero Ibán Espadas, llegado desde el Recreativo de Hueva, y que aterrizó esa temporada en León en busca de sentir «la presión que se siente cuando estás en un grande y en un equipo con gran nivel de exigencia».

Ahora, desvinculado totalmente del fútbol, recuerda aquella tarde donde León vibró con su nuevo estadio.

«De la liguilla recuerdo el estreno increíble en el estadio nuevo. y el de Toledo por cómo se dio con el 0-4. y fue una cosa maravillosa. El partido de vuelta, pensándolo ahora fríamente, salimos a ganar el partido y tener el ascenso en la mano y un punto contra el Toledo nos hubiera servido. La salida a Jerez perdimos y no sirvió nada las victorias contra la Gramanet», analiza el exjugador.

De aquel primer partido, con Antonio Gómez en el banquillo, aún siente que fue el primer gran estadio que pisó. «Unos vestuarios espectaculares, zona de calentamiento interior con césped artificial, el estadio maravilloso. Y generó en la gente que se enganchara, durante el año no iban muchos, pero el estadio nuevo enganchó a toda la ciudad y la inauguración fue un espectáculo. Había gente de pie porque no había sitio para sentarse y encima con ese gol en el minuto 89 y cómo rugía el campo. Fue maravilloso».

«Esa sensación de salir por el túnel y escuchar el estadio y la ovación de la gente para entrenar. Yo estaba hecho un manojo de nervios y luego nos centramos en lo que estábamos y olvidábamos la grada. Pero un rugido constante del estadio y se encendía con cada acercamiento. Ese día salió bien la cosa y le oímos rugir pero bien», afirma Espadas en una entrevista ofrecida al canal oficial de la Cultural.

El gol fue un mal despeje de Jesule -central- y que le cayó a medio metro de la portería y fue bastante sencillo. «Estaba en el punto donde tenía que estar y cayó. Luego la carrera del gol y el abrazo de los compañeros en la esquina fue una sensación increíble». «Uno cuando empieza ese partido sabe que está jugando en un campo que muchísimos pasarán por allí, pero mi gol quedará para siempre. Hablábamos de quién iba a meter el primero y me cayó a mí».

De León se llevó un recuerdo de un lugar espectacular para vivir, donde se come estupendamente y la gente es increíble. Y en cuento a afición y periodistas: exigencia para poder estar arriba. «Sí noté que se miraba más cualquier detalle y se notaba la presión».