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Hoy por hoy es imposible realizar un cálculo realista sobre el número de goles que Mariano Arias Chamorro (Fabero, 1946), 'Marianín', marcó en su larga trayectoria deportiva. Pudieron ser un millar, o quizá más, si se suman todos los balones que acabaron en la red en encuentros no oficiales y en aquellos clásicos partidillos de los jueves durante las sesiones de entrenamiento.
La cifra en todo caso, daría una idea notable de la capacidad rematadora del 'Jabalí del Bierzo', un delantero de raza, indomable, un guerrillero en el área.
Sin embargo, en el conjunto de su cifra de goles, destaca sobremanera el hat trick que le hizo a 'El Chopo'. 'El Chopo' era José Ángel Iribar Kortajarena, el impresionante portero del Athletic, toda una leyenda sobre los terrenos de juego.
Aquellos tres goles definieron lo que era la carrera de 'Marinín', un robusto delantero que entraba en el área pequeña con la fuerza del jabalí que le apodaba. «El gol siempre era el objetivo y eso estaba por encima de todo lo demás», ha recordado en más de una ocasión.
Fue esa fuerza la que el 26 de noviembre de 1972 le llevó a la primera página de todos los periódicos. Entonces vestía la elástica del Real Oviedo, lo hacía con el '9' a la espalda, y él había logrado lo que parecía imposible: marcarle tres goles a Iríbar en San Mamés.
'Marianín' marcó los tres tantos seguidos y lo hizo entre los minutos 55 y 75. La grada no podía creer la fuerza de aquel delantero que con esos goles lograba remontar un 2-0 y permitía al cuadro carbayón hacerse con la victoria (2-3). Uno con la bota, otro con la cabeza y el último, a modo de brindis, de chilena.
Aquellos goles resumen la forma de entender el fútbol por quien, sin duda, es uno de los futbolistas más emblemáticos de la provincia.
Mariano Arias Chamorro se inició en el fútbol en el Deportivo Fabero que militaba en Regional y cuando él aún era juvenil. Y a ese club le debe una parte de su éxito porque 'fichar' a 'Marianín' para el conjunto local no fue una decisión sencilla.
Por entonces el padre del delantero regentaba un bar en la localidad y precisaba de la ayuda de su hijo para poder sacarlo adelante. El Fabero llegó a pagar al padre el sueldo de dos camareros que cubrieran la ausencia del delantero. Pero es que el rendimiento de Marianín era tal que la inversión merecía la pena.
Fue en la temporada de 1966-67 cuando ingresó en el Atlético Bembibre y una temporada más tarde llegaba al vestuario de la Cultural y Deportiva Leonesa, en el que permaneció cinco temporadas.
Con la Cultural logró ser el máximo goleador de todas las categorías al marcar 36 goles en la temporada 1970-71. Aquella facilidad para resolver en el área propició su fichaje por un Real Oviedo recién ascendido y que le llevaba a sus filas con la intención de que fuese el suplente de Galán.
Pero antes de fichar por los asturianos estuvo a punto de hacerlo por el Málaga. El asesinato de su presidente puso fin a la operación. También pudo ser jugador del Real Madrid aunque Bernabéu se inclinó por Santillana, Corral y Aguilar.
Todo aquello permitió que el Oviedo disfrutara de los goles de 'Marianín' durante cinco temporadas, tres en Primera y dos en Segunda.
Debutó en la máxima categoría el 2 de septiembre de 1972, en un partido contra Las Palmas donde marcó un gol. Esa temporada anotó 18 tantos más, y con un total de 19 dianas se convirtió en el Pichichi de la temporada 1972/73. Su buena forma le llevó a debutar con la selección española, según se remarca en la Historia de la Cultural Leonesa.
En el Real Oviedo jugó cuatro temporadas más, dos en Primera División y dos en Segunda División. Las lesiones marcaron sus últimas campañas en el equipo ovetense y le impidieron jugar regularmente.
Ello le llevó a abandonar Oviedo en 1977 para regresar a la Cultural Leonesa, que jugaba en Segunda División B. Un año después puso fin a su carrera en el equipo de su pueblo natal, el Deportivo Fabero.
Con la selección española jugó un único encuentro, un amistoso contra Turquía disputado en Estambul el 17 de octubre de 1973. El partido acabó en empate a cero y Marianín salió en la segunda parte substituyendo a Clares.
Su trayectoria, hoy reconocida, adquiere una dimensión brutal y merece la suma de reconocimientos de las últimas fechas, reconocimientos que engrandecen la figura de un delantero único.
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Abel Verano, Lidia Carvajal y Lidia Carvajal
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
José A. González y Álex Sánchez
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