La mandíbula de cristal de la Cultural le acerca al descenso

La primera llegada fue de la Cultural en el minuto 2 de partido, una volea de Roberto Alarcón a centro de Percan que se fue por encima del larguero de Varo, portero de la Balona. Pero esto solo fue un espejismo, ya que el partido comenzó con cierta pereza dominical, con un ritmo muy bajo y con los dos equipos sin mucha intención de llevar la iniciativa.

El primer remate a puerta llegó en el minuto 13, ejecutado por Masllorens y blocado con solvencia por Salvi Carrasco. El mediapunta colombiano fue el jugador más activo del equipo visitante durante la primera media hora del partido. Todavía tendría otro disparo peligroso ante el que Salvi Carrasco tendría que esmerarse más para despejar a banda.

Antes de esto había llegado la ocasión más clara del partido que, para sorpresa de nadie, malogró la Cultural, equipo habituado a desperdiciar goles cantados. Esta vez fue Obolskii el que se quedó solo en el área, controló mal y remató peor. Jugadores y afición locales reclamaron penalti sobre el ruso por una carga tras ejecutar el disparo, pero el colegiado no estimó que fuera suficiente para señalar el punto de los once metros.

La Cultural comenzó a activarse tras unos primeros 30 minutos algo anodinos. Los jugadores parecían haber escuchado a su entrenador en rueda de prensa, que reclamó más valentía a sus jugadores en el disparo, y empezaron a encadenar lanzamientos desde todos los puntos. Primero Blesa con un lanzamiento colocado desde la esquina derecha del área rival que Varo paró sin dificultad; después, Alarcón falló un lanzamiento de falta desde la mismísima frontal; a continuación, la zaga del equipo jienense blocó un chut de Tarsi; y finalmente, Blesa no consiguió ver puerta en otro disparo desde dentro del área visitante.

Los leoneses ya eran claros dominadores al final de la primera mitad. De nuevo, los locales tuvieron ocasiones para ponerse por delante -sin duda la de Obolskii la más clara-, pero no lograron poner el esférico en las redes en ninguno de los 12 disparos que ensayaron.

El partido se marchó al descanso con un empate que no hacía justicia -si es que eso existe en el fútbol profesional- a lo visto sobre el terreno de juego. Los de blanco habían llegado más y mejor, pero la falta de puntería seguía lastrándoles, permitiendo a la Balona mantener un empate para que el que no habían hecho méritos suficientes.

La segunda mitad comenzó al tran tran, pero a los diez minutos el partido ya era de los locales. La tuvo primero Obolskii en una jugada personal que acabó con un disparo desviado cuando ya se había colado en el área. Más claro fue el fallo de Blesa en el minuto 55, cuando le cayó un balón al segundo palo absolutamente solo y su remate se fue rozando el palo derecho. Se pidió penalti sobre Percan en esa misma jugada, pero el árbitro no señaló nada.

El encuentro tenía un solo dominador: la Cultural. Lo cierto es que eran los locales los que parecían el equipo en apuros y con necesidad de salir del descenso, ya que la Balona no rascaba balón y mantenía un bloque bajo sin intención de presionar la salida de balón de los de Docampo. La superioridad culturalista se hacía cada vez más evidente, pero los remates se sucedían sin excesivo peligro.

Fue finalmente Obolskii, quien había disfrutado de las ocasiones más claras, el que finalmente abrió la lata con un precioso e imponente cabezazo tras un buen centro por banda derecha. El ruso sigue siendo el jugador más entonado en la escuadra leonesa, sumando su tercer gol en cuatro partidos (el sexto en su cuenta particular esta temporada). Era el 18º disparo que ejecutó la Cultural en este partido.

Pero la Cultural es experta en pegarse tiros al pie y, cuando todo parecía indicar que llegaría el 2-0, la Balona puso el empate con un error defensivo muy grosero por parte de los centrales blancos, los cuales están dejando mucho que deseear en estas últimas jornadas. El más pequeño de todos, Yassin Fekir (hermano del jugador del Betis), se hizo con un balón aéreo, se impuso cuerpeando a Amelibia y batió con una vaselina increible a Salvi Carrasco, un portero que supera el 1,90 holgadamente.

Se consumó así la debacle una vez más en el Reino de León, cuya afición no gana para disgustos. Ve como su equipo llega, domina los partidos y disfruta de las mejores ocasiones, pero que no consigue ni materializar dicha superioridad ni tampoco consigue erigirse como un fortín defensivo ante el cual es imposible anotar. Un quiero y no puedo que deja al equipo leonés a cinco puntos del descenso, mas cerca de lo que estaba al inicio de la presente jornada.