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El orgullo y honor que ha mostrado la plantilla de la Cultural sobre el vestuario solo ha quedado empañada por el sabor «agridulce» de la derrota ante el Valencia.
Así lo confesaba Julián Luque, que tuvo en sus botas el pase, y veía al vestuario « ... un poco hundido» por haber creído y estar a punto de lograr el pase a cuartos de final de la Copa del Rey. «Es un orgullo ver cómo la gente pierde y se queda a aplaudirte y valora el esfuerzo. Nadie se lo esperaba competir al Valencia y es para estar orgullosos como equipo y como compañeros. Casi quedamos para la historia, hemos estado a punto».
El propio futbolista cántabro asumía que ver la alineación que Albert Celades ponía en el Reino les ha llenado de orgullo porque venían «con miedo», como se ha demostrado hasta los penaltis, momento en el que sí se ha notado la diferente categoría.
El aprendizaje que se lleva Luque de este partido es que son capaces de competir contra cualquiera, que tienen que ser protagonistas en su categoría y que con ilusión y ganas los sueños se cumplen.
Julián también se llevó un regalo como ha sido la camiseta de Gabriel Paulista, de lo que bromeaba: «la he echado a lavar porque olía un poco más».
El propio conjunto che felicitó a la Cultural tras el partido reconociendo que les habían puesto las cosas muy difíciles. «Veías sus caras en la prórroga y estaban igual de cansados que nosotros. Eso se queda con nosotros».
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