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Después de una temporada, Jaume Pol sale de la Cultural y Deportiva Leonesa. El club comunicó oficialmente la salida del lateral balear después de jugar 25 partidos y pasar al ostracismo en el tramo final de la temporada.
Pol reconoce a leonoticias que rechazó la oferta de renovación propuesta por el club, situación que le «sorprendió». «Después de jugar 20 minutos en los últimos diez partidos, me sorprendió, no pensaba que me fueran a ofrecer renovar», explica.
El balear explica que el club le comunicó que estaban «muy contentos» con él y que era una figura «muy querida» en el vestuario. La primera propuesta fue a la baja, señala, «lo que deja entrever las intenciones» y, más adelante, le pasaron otra por el mismo salario que esta temporada. «Pero la rechacé. No era un tema de dinero, si no de no volver a a pasar por lo que he pasado este medio año. Necesito jugar», sostiene.
Pol sí distingue entre la primera parte de la temporada, en la que «jugué bastante y di buen rendimiento» y una segunda «muy dura y muy difícil, que es la que ha inclinado la balanza». El lateral reconoce que pidió explicaciones a Llona, con el que la relación «se enfrió un poco», pero «él me dijo que no pasaba nada, que estaba entrenando espectacular, pero que confiaban más en Álvaro».
Obtuvo, explica, el apoyo de su grupo más cercano en el vestuario, especialmente de Guitián, que le dijo que «tenía que estar tranquilo y que si seguía entrenando a ese nivel, no me podía reprochar nada a mí mismo». «Muchos compañeros no entendían que no jugase más, pero son decisiones de entrenador», apunta.
Por ello, se le queda un sabor «agridulce» de su estancia por León, donde se ha sentido «muy querido» por el culturalismo pero la situación de la segunda vuelta empaña eso: «Estando solo, se hace difícil. Todos queremos jugar».
En cuanto al rendimiento del equipo, también lo valora en dos partes. «La primera vuelta fue increíble, el equipo volaba, salíamos muy fácil de la presión pero en la segunda vuelta, no sé por qué, nos costó más», expresa.
Pol tiene la sensación de que «los rivales nos conocían más y no cambiamos nuestra manera de jugar». «Nos cogieron el punto y no teníamos un plan B muy claro», apunta. Y a ello suma la falta de efectividad en ataque, «algo que es cosa de todos, no sólo de los delanteros». «Nos faltó acierto y maldad. Muchas veces teníamos la posesión sin hacer daño al rival, parecíamos un equipo de balonmano por momentos», sostiene.
Ahora, Pol regresa a casa, a Mallorca, para firmar por el Atlético Baleares: «Estoy contento porque vuelvo a casa muchos años después. Ha sido una decisión difícil por bajar a Segunda RFEF, pero llego a un proyecto importante con el objetivo de ascender».
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