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Era una fría noche de enero. La Copa del Rey, esa competición que ilusiona a los más humildes con vivir partidos legendarios, para el recuerdo, llegaba a León. No era un día más, visitaba el Reino de León el Atlético de Madrid del 'Cholo' Simeone en un estadio que, en los últimos 15 años, había recibido al Barça de Guardiola, al de Ernesto Valverde y al Real Madrid de Zidane.
Pero un ambiente especial rodeaba a este partido. Aquel 23 de enero de 2020, a las puertas de una pandemia que acechaba, sigilosamente, con cortar de raíz la vida normal y la alegría vital de millones de personas, iba a ser diferente. Al filo de la medianoche, la gesta se había completado: en la prórroga, la Cultural había podido con uno de los mejores equipos del mundo, el Atlético, con un 2-1 que pasará al recuerdo del culturalismo.
El entrenador de aquella Cultural, que se quedó cerca de lograr el ascenso - los penaltis ante el Sabadell les impidieron llegar al partido decisivo para alcanzar la Segunda División -, era José Manuel Aira que ahora, desde La Coruña, recuerda aquella gesta.
«Había ilusión, mucha ilusión, tanto en el equipo como en la ciudad. Desde que nos levantamos, sabíamos que iba a ser un día diferente, que se iba a llenar el Reino y que teníamos que disfrutar y competir», explica Aira a leonoticias.
Como el partido era tarde - comenzaba a las 21:00 horas -, Aira programó una sesión de entrenamiento liviana por la mañana. Desde los vestuarios del Área Deportiva de Puente Castro hasta el campo 3 donde se ejercitó el equipo caminó acompañado del capitán, Antonio Martínez - ahora miembro de la secretaría técnica de la Cultural -, con quien habló del partido.
«Sabía que íbamos a tener nuestras opciones y Antonio asentía. Nos fuimos dando cuenta de que podíamos hacerles daño. Teníamos que ser certeros en las pocas ocasiones que tuvieramos, pero había posibilidades», relata a leonoticias.
Y, en el partido, sus sensaciones se ratificaron. Después de una primera parte donde «les costó llegar y hacer gol», llegó la segunda, donde Correa adelantó a los atléticos en el minuto 64, pero Lucas Giffard, espectacular en portería, y la defensa leonesa, lograba seguir en partido. «Y el gol de Julen Castañeda para ir a la prórroga nos hizo creer aún más», señala Aira.
La Cultural esra consciente de que, cuanto más se alargara el partido, «más opciones teníamos». «La fortuna parecía estar de nuestro lado y la presión era para el Atlético», explica Aira. La explosión de alegría llegó con el 2-1, en el minuto 109, de Sergio Benito. «Sientes satisfacción por todo el trabajo de todo el club, por la afición, por los jugadores... Pero también responsabilidad, porque todavía quedaba partido y no se nos podía escapar», afirma.
Aquel día, Aira tardó mucho en dormirse. Tanto que, al llegar a casa, vio el partido repetido a la par que respondía mensajes: «Me llegaron decenas de mensajes al móvil de agradecimiento y de enhorabuena. No podía dormir recordando lo que habíamos vivido».
Y en su recuerdo tiene también la «caballerosidad» tanto de Diego Pablo Simeone como del Atlético de Madrid. La pasada temporada, cuando Aira entrenaba al filial del Alavés y el hijo de Simeone, Giuliano, fue cedido al conjunto vitoriano, coincidió alguna vez con el Cholo. Y también con Giuliano, con quien habló de ese partido: «Le enseñaba la foto que me había hecho con su padre».
Al acabar el partido en el Reino de León, Aira y Simeone tuvieron una breve conversación en la que el argentino reconoció el «enorme trabajo» de los leoneses y tuvo un detalle con Aira: «Había escuchado mis declaraciones previas al partido, alabando a Joao Félix y Simeone me regaló una camiseta de este jugador. Yo le agradecí lo que estaba haciendo por el fútbol y esa mentalidad diferente que había introducido en España».
Con el paso del tiempo, este partido ha quedado en un «recuerdo muy bonito», si bien es cierto que las sensaciones fueron mucho más intensas, según Aira, en el momento en el que sucedieron. «Y toda la fortuna que tuvimos aquel día no la tuvimos ante el Sabadell. Aquella temporada fue de un rendimiento muy alto, pero fue una pena no poder culminarla con el ascenso», explica.
Ahora, ve a una Cultural «muy estable» que está haciendo «algo nunca visto en Primera RFEF, ser líder desde la primera jornada sin dejar ese puesto» y ve a un equipo que está dejando «muy buenas sensaciones». «Ahora depende de ellos mantener esa posición y no dejar que los perseguidores les alcancen», sostiene.
Cinco años después, el recuerdo de aquella gran gesta de la Cultural apeando de la Copa del Rey a uno de los mejores Atlético de Madrid de todos los tiempos, con la dificultad añadida de hacerlo remontando, sigue vivo en el imaginario de un culturalismo que sueña con nuevos episodios de alegría máxima en un futuro cercano.
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