Fidel Escobar, el 'comandante' curtido en la construcción: «Trabajar me enseñó que, si uno se lo propone, puede llegar lejos»
Entrevista con Fidel Escobar, jugador de la Cultural ·
El futbolista panameño de la Cultural degrana con leonoticias cómo su etapa en la que combinó fútbol y trabajo en la construcción le ha hecho ser la persona que es hoy | Explica que tuvo dudas de fichar por la Cultural por «bajar una categoría» y que los comentarios previos a su llegada «fueron un reto para demostrar lo que soy»
Llegó con el mercado a punto de cerrarse, de un club 'habitual' en la ventana invernal de la Cultural y Deportiva Leonesa y, simplemente por ello, generó críticas. Pero no hay mejor manera, para un futbolista, que hablar en el campo, y sólo con un ... partido, el de su debut ante Unionistas, convenció.
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Fidel Escobar (1995) tiene clara la receta del éxito: humildad y trabajo. Con ella llegó a la Cultural, pese a que le costó dar ese paso atrás desde Segunda a Primera RFEF. Pero no se arrepiente, para nada, y se muestra encantado de esa decisión a la par que sueña con disputar su segundo Mundial – absoluto, ya que él mismo da mucho valor al sub-20 que disputó en 2015 – este año. Para ello, Panamá puede certificar su billete en el mes de marzo.
Pero antes, tiene misiones que llevar a cabo en León. 'El Comandante', el apodo con el que le etiquetan en Panamá, sueña con una temporada que vaya a más formando parte de una plantilla que considera muy completa y con una historia vital que es el contexto necesario para entender su personalidad y su forma de vivir el fútbol.
Bien. Tengo la costumbre de, antes de irme a un club, mirar cómo es la ciudad y el equipo. Rícar Pozo [director deportivo de la Cultural] me habló de León y de mis compañeros y acepté por que es un reto para mí. Me he adaptado rápido, el equipo me ha recibido bien y estoy tranquilo.
¿Qué primeras sensaciones te ha dejado el equipo?
Tenemos plantilla para pelear por todo. He venido aquí para competir, ayudar a los compañeros y que ellos me ayuden a mí. La Cultural es un equipo que va a luchar. Luego saldrán las cosas bien, pero se lucha en cada día, en cada entrenamiento y en cada partido, con una afición que se mete mucho en el ambiente y nos apoyan.
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Dos partidos disponible y dos titularidades, jugándolo todo… y marcando. Ha caído de pie
He venido para eso, para jugar, y para ganármelo, ya que no por ser internacional con mi país tengo que entrar en el equipo. Ha habido equipos donde he tenido pocos minutos, pero aquí vengo con ese objetivo y ayudar al club.
«He venido para jugar y para ganar jugar. Ese es mi objetivo»
Su mentalidad
El culturalismo ya le ha visto en el Reino pero, ¿qué cualidades tiene?
Como dices, ya me han visto y no tengo lo tengo que decir yo (risas). Si actúo de mediocentro, me caracterizo por jugar tranquilo, yendo hacia adelante y buscando espacios. Si lo hago de central, fijo centrales, respaldo a los compañeros y busco estar bien posicionado.
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¿Dónde está más cómodo, en el centro del campo o de defensa?
Inicié mi carrera como pivote y, con el paso del tiempo, he venido jugando de central. Pero lo hago donde me pida el entrenador: quizá me necesite de central por cómo son los delanteros o de pivote para aportar más llegada.
¿Está adaptado al equipo?
Es algo complicado porque vienes acostumbrando al estilo de otro equipo y quieres adaptarte rápido, pero tardas varias semanas. Llego de un sistema de repliegue y aquí nos piden saltar a la presión, por ejemplo.
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Y con margen de mejora, imagino…
Y en todas las posiciones. Hay buenos jugadores, somos un equipo que quiere presionar, salir jugando desde atrás y que puede salir con un balón largo si no puedes jugarla. Y el entrenador insiste mucho en presionar para no tener que replegar 70 metros hacia atrás, que es más complicado. Lo tenemos todo, somos un equipo completo.
Desde su llegada a León, ¿hay interés en Panamá por la Cultural?
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Los aficionados de Panamá siguen a todos sus jugadores, vayan donde vayan, sea la división que sea. Siempre están pendientes de sus jugadores, de si tiene minutos, si marca… de todo.
Háblenos de su historia personal. ¿Cómo llega a ser futbolista?
Empecé con mis colegas, en mi barrio [El Chorrillo, en la ciudad de Panamá]. Mi padre jugaba a fútbol y mi tío fue futbolista profesional. Pasé a la academia del Millenium, un club siempre presente en mí, y a los 17 años comencé a jugar en Segunda. Un año después, con 18, debuté como profesional en el San Francisco. En 2015 salí a Portugal e hice carrera en América y Europa.
No. Cuando cumplí 18 años comencé a trabajar en la construcción. Recuerdo que me levantaba pronto a trabajar hasta las 2 de la tarde, iba rápido para casa a comer y a las 4 entrenaba con el San Francisco, a una hora de la ciudad. Los estudios los dejé en cuarto curso. Mi familia siempre estuvo ahí, apoyándome en todo, también para comprarme unas botas cuando se rompían. Siempre les estaré agradecidos porque, si estoy hoy aquí, luchando por un sueño, es gracias a ellos.
«Me levantaba pronto a trabajar hasta las 2 de la tarde, iba rápido a casa a comer y a las 4 entrenaba a una hora de la ciudad»
Su etapa combinando fútbol y trabajo
Imagino que aquellos tiempos sería duros
Hay algunos que tuvieron la suerte de no tener la necesidad de trabajar, pero esto va en el carácter de los panameños. Somos gente humilde, que trabaja duro y sabe salir adelante. Luchamos por lo realmente queremos y ayudamos a los nuestros.
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¿De qué le valió esa etapa combinando trabajo y fútbol?
Me enseñó mucho. Sé que trabajar por lo que uno quiere trae mucha recompensa. Por las mañanas, al levantarme para ir a entrenar me paro y pienso que si uno se lo propone, puede llegar lejos. Llevo más de seis años fuera de mi país y, gracias a Dios, estoy logrando ese sueño.
¿Echa de menos su casa, Panamá?
Al principio sí, fue difícil el hecho de salir solo y no tener a nadie cercano al lado. Me costó, pero tienes que aguantar y mantenerte porque era consciente de que, si volvía a Panamá, no regresaría a Europa. Estando fuera de casa, me cambió ese chip y ahora sé que es mejor estar en Europa que en Panamá. Llevo más de tres años en España y estoy bien, tranquilo.
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Y ahora en la Cultural. Su llegada tuvo cierta incertidumbre: el Alcorcón anuncia su salida sobre las 21:00 horas y la Cultural su fichaje casi a las 00:00 horas. ¿Qué sucedió?
Mi agente me había comentado del interés de dos clubes, uno de ellos la Cultural y el otro era un club de esta misma categoría. Estaba concentrado con mi selección, jugábamos ante México y estábamos en el desayuno, donde tenemos prohibido usar el móvil. Al terminar el desayuno, miré el teléfono y tenía mensajes en el chat con mi agente, con Emilio Vega [director deportivo del Alcorcón] y con Rícar Pozo. Me estaban rompiendo el móvil. En ese momento no sabía ni quién era Rícar, así que llamé a mi agente y me lo explicó. Tenía que decidir, así que hablé con mi gamilia, que siempre consulto con ellos. Lo pensé, porque no me esperaba tener que bajar una categoría en mi carrera, no por el club, que me parecía atractivo. Pero si te siguen insistiendo, significa que te quieren de verdad. El mercado estaba a punto de cerrarse y yo estaba en el aeropuerto, así hable de nuevo con Emilio [Vega] sobre qué había dicho el entrenador… y acepté. Llamé a Rícar, le comenté que iba y le pregunté cómo era el equipo. Y me ha gustado todo lo que he visto y estoy viendo.
«Si vienes a un club y demuestras lo que vales, esos comentarios quedarán atrás y esos mismos que te criticaban te dirán que eres el mejor»
Críticas en redes
No sé si es mucho de redes sociales, pero había ciertas dudas sobre su llegada. ¿Puede llegar a afectar a un futbolista lo que se diga, por ejemplo, en Twitter?
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Vi los comentarios, la verdad. Pero mi mentalidad era que tenía que venir aquí, competir y demostrar lo que valgo. A mí, esas cosas me ayudan, los retos me gustan y me ayudan. ¿Que no juego? Tengo que entrenar más para superarme. Las críticas te ayudan a dar más. Si vienes a un club y demuestras lo que vales, esos comentarios quedarán atrás y esos mismos que te criticaban te dirán que eres el mejor. Puedes hacer un partido bueno y luego otro malo… y se van a quedar con el malo. Yo voy a dar lo mejor de mí, vengo a competir al máximo.
¿Y la Cultural? ¿Hasta dónde puede competir?
Creo que podemos entrar al playoff, no hay muchos puntos de diferencia. Tenemos que aprovechar los partidos en casa en una competición donde podemos ganar cuatro seguidos o perderlos. Pero vamos día a día, sabiendo que nos podemos meter con un entrenador muy exigente y un equipo competidor.
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Y en marzo, a la pelea por tu segundo Mundial
El tercero (risas). Jugué un sub-20 en 2015. Pero sí, fue un sueño jugar aquel Mundial de Rusia 2018. Todos, desde niños, soñamos con algo así y fue un orgullo para mí, para mis amigos, mi familia y mi gente. Vivir aquella realidad, poder chocar la mano con jugadores que ves por la tele… es algo increíble. Y ahora vamos a por el segundo, ojalá en marzo podamos lograrlo.
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