«El equipo iba tan motivado que ese día era imposible que se nos escapara»
Tres años de un histórico ascenso ·
Julen Colinas, autor del primer gol del partido que dio el ascenso a la Cultural a Segunda División hace tres años, repasa una noche histórica para la ciudad | «Las imágenes hablan por sí solas: ves a todo el mundo feliz, en un día inolvidable y te das cuenta de que los sueños se pueden cumplir»
Faltaban unos minutos para las nueve de la noche cuando el sueño de unos pocos locos, al que se habían sumado unos cuantos miles, se hacía realidad. Quién se lo iba a decir cuando un lustro atrás lloraban las penas de una desaparición segura y la ruina garantizada en el descenso, más allá de los infiernos, a la Tercera División.
Tres años se cumplen desde el día que León tiró el baúl de sus vergüenzas al río Bernesga, cuando volvió a cruzar con orgullo el puente de los Leones y la pasarela del pabellón vestido de blanco y el Reino se convirtió en profesional.
El 28 de mayo de 2017 ya es historia de la Cultural, del deporte y de León. Los tres nombres que acompañan a un casi centenario club que esa noche se desquitó con toda una provincia y sufrió durante unos minutos para acabar celebrando dos tantos que abrían las puertas del sueño que la mayoría de los presentes en el campo aquella noche ya no recordaban.
Julen Colina, protagonista de la noche
Todo empezó con él. El mismo que en Santander regaló un gol antológico, que se ganó a toda una afición con lo que se pide a todo aquel que ose enfundarse la elástica culturalista: actitud y entrega, y que abrió el camino a la felicidad cumplida la hora de juego del partido que devolvía a León y a su Cultural a Segunda División más de cuatro décadas después.
Julen Colinas ha recordado con leonoticias su 'gran noche'. Esa en el que el fútbol le devolvió lo que le había arrebatado solo un año atrás. «Fue la gran noche, el gran día, una temporada redonda y acaba con esa guinda que se llevaba mucho tiempo intentando en León».
Julen se recupera de una grave lesión
Julen Colinas militaba esta temporada en el Mohun Bagan AC, de la Liga India.
Sin embargo, una inoportuna lesión de ligamento cruzado le apartó hace tres meses de la competición y se recupera en España.
De cara a la nueva campaña, y una vez recuperado, espera regresar al club indio, aunque sin descartar que una oferta de España le convenza para regresar al fútbol nacional.
La experiencia en el país asiático ha sido «brutal» para el futbolista, que tenía ganas de «salir y ver mundo» y probar una experiencia nueva. Además, coincidió con jugadores y entrenador español, por lo que le resultó más fácil adaptarse a un país que es «totalmente diferente, muy peculiar pero muy bonito» y donde se da uno cuenta de lo «privilegiados que somos aquí».
Ahora, su primer reto es recuperar la rodilla perfectamente, para jugar o para su futuro, y una vez recuperado se muestra abierto a todo.
El extremo vasco, ahora recuperándose de una rotura de ligamentos producida en La India, tiene en su memoria grabado ese momento donde hubo «muchos abrzos, lloré mucho, la alegría era inmensa. Había sufrido el golpe duro de Lleida y eso fue un subidón que no te puedes imaginar, al final te das cuenta de que los sueños se pueden cumplir».
Las primeras imágenes a las que se enfrentó Colinas fueron las de la celebración tras el pitido del árbitro: «Las imágenes hablan por sí solas. Ves a todo el mundo feliz, en un día inolvidable, maravilloso para León, la afición y la ciudad; un día redondo».
Aquel fin de semana fue «bastante tenso» para el donostiarra. En la otra eliminatoria (Albacete-Lorca) también tenía amigos en el cuadro murciano y «pasé más nervios viendo su partido que en el nuestro». Julen estaba convencido de que su objetivo esta vez «no se nos iba a escapar. El equipo estaba tan motivado que ese día era imposible que se nos escapara».
Recuerda los goles de Gallar y el suyo propio
Con la imagen del gol de Gallar, de falta directa y que sentenciaba el ascenso a un cuarto de hora del final, el jugador reconocía sentir «envidia sana de no poder tener ese 'guante'», aunque él vive más el «fútbol guerrillero» y agradece las facilidades de poder jugar en aquella plantilla donde «era muy fácil porque corrías y te daban la pelota al pie». Con el 2-1, Julen, junto con Abel Mourelo -segundo entrenador de Rubén de la Barrera- se inflaron a llorar y a abrazarse.
Pero si un momento tiene guardado en la retina, y en su propio pie, el jugador guipuzcoano es el del tanto del empate. «Se me ponen los pelos de punta cada vez que lo veo. Recuerdo que sale el balón, veo a Benja pelear y que la coge Gallar. Ahí dije: a correr como los indios, pero veía que no llegaba y tenía que llegar, Gallar corría mucho y parecía que no le alcanzaba; pero me llega el balón y digo: esta la tengo que meter sí o sí. Mira que la pego mal, pero mis goles suelen ser así: les pego mal y entran», bromea el bueno de Julen, quien no desvela el gran misterio de aquel tanto: ¿Fue pase de Gallar o es que la pegó mal? «Eso se lo tenéis que preguntar al mago».
Cuando el balón entró, el extremo no sabía ni qué hacer, pero pronto se acordó de cruzarse los brazos y dedicárselo a su novia y disfrutar, sobretodo disfrutar y celebrarlo a muerte.
Julen Colinas tiene claro cual fue la combinación mágica para que aquella fuera su mejor temporada y la de toda la Cultural. «Se junta la calidad de una plantilla para Segunda B espectacular, el juego de equipo que el entrenador trabaja muy bien, y el grupo que tuvo en lo más importante a los que menos tiempo jugaban y nos hacían mejores». «La clave es que todo fue perfecto, todo encajó perfecto y los que menos participaron nos hicieron subir a Segunda».
Espera que la Cultural ascienda este año
Ahora, el jugador vasco, que ya tiene para siempre en su corazón a la Cultural, espera que este año ese sueño se vuelva a hacer realidad. «Para subir tienes que estar en la pomada y la Cultu está en la pomada. En un playoff te tienes que amoldar rápido a la situación de partido e intentar mantener la calma y la tensión. Ahora es a un partido, la Cultural tiene muy buenos jugadores y es el momento de acertar porque si tú fallas, se termina la temporada».
Así recuerda el futbolista una noche mágica que abrió de par en par el sueño de una ciudad. Una ciudad que, a pesar de dar muchas veces la espalda a su Cultural, logró reconciliarse con el club y volver a llevar henchida el león rampante en el pecho y gritar aquello de 'Cultural, alé' y un cántico que se espera repetir justo dentro de dos meses: 'A Segunda, oe'.
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