Percan lidera el conato de asalto a Riazor de una Cultural de dos caras

Riazor recibió con fina lluvia a una Cultural con dos grandes novedades en el once: la entrada de Néstor y la de Saúl para tratar de encontrar la manera de hacer daño al todopoderoso Deportivo de la Coruña.

En los inicios del choque, el plan de Docampo era el habitual: presión alta, intención de llevar el control del partido desde el balón, jugar en campo rival... Ese era el encuentro idílico para la Cultural, pero no fue más que una intención.

Porque lo cierto es que el Deportivo plasmó una gran superioridad sobre el césped de Riazor. Los de Óscar Cano tuvieron la pelota, llegaron, remataron y apenas sufrieron en defensa.

Con Mario Soriano como elemento, sin duda, diferenciador, en el conjunto gallego, los de Cano hicieron peligro una vez tras otra ante una Cultural superada, que no encontraba la manera de capear el temporal: únicamente aguantaba el chaparrón como buenamente podía.

La primera gran ocasión la tuvo Soriano. En una acción por banda derecha con un Joel López muy superado en defensa, el '10' blanquiazul recibió en el área y disparó, engañando a Salvi, pero su chut se estrelló en el poste. La Cultural respiraba.

Respiraba, pero estaba asfixiada. Porque no salía de su área, porque apenas podía retener el balón, porque no inquietó ni lo más mínimo a Edu Sousa en el área contraria, inédita. Era territorio desconocido, sin explorar, ese 'nuevo mundo' con el que los de blanco soñaban,

Era un monólogo total del conjunto gallego, que tenía la pelota, la movía de lado a lado y encontraba con facilidad en las inmediaciones del área a un Soriano que, cuando tenía el balón en los pies, siempre lograba que sucediera algo.

Quiles y el propio Soriano, en una misma acción tuvieron una doble ocasión que seguía incrementando la mochila de méritos para hacer gol de un Deportivo que estaba dejando sin argumentos a una Cultural que, por su parte, mostraba la nula existencia de soluciones a este escenario.

Todo se torció un poco más para esta Cultural de pura resistencia con la lesión de Alberto Solís, que dejó su lugar a Percan que, minutos después y con un disparo lejano sin peligro, fue el único en probar fortuna en la primera mitad por parte de los de Docampo.

Apretaron los locales en los últimos minutos de la primera mitad, con un Svensson que ganó presencia en área, capacidad para recibir y rematar. El delantero sueco tuvo otras dos claras opciones de adelantar a los gallegos en las que se encontró con Salvi.

La primera mitad acabó con una Cultural ahogada exhausta en su ejercicio defensivo que pudo tener mal final si el disparo de Quiles que tocó en Trigueros hubiera cogido portería. Lo mejor estaba siendo el resultado en una primera mitad donde la Cultural se limitó a sobrevivir.

Esa tensión defensiva que la Cultural, al menos, mantuvo en la primera mitad, se quedó en el vestuario. Porque la salida a la segunda mitad de los de Docampo fue muy pobre, tanto que recibió un gol a los 30 segundos de la reanudación.

El equipo leonés perdió el balón en campo propio, llegó a Soriano que fue capaz de girarse y fitlrar un gran balón a Quiles que batió a Salvi en el mano a mano. El Deportivo lograba su merecido premio.

Acto seguido, la Cultural dio un pasito adelante, propiciado también por el leve repliegue de los coruñeses. Fue, quizá, un arrebato de orgullo, de un equipo dolido por el tremendo y colectivo despiste, pero que sirvió para empatar.

Alarcón cazó un rechace en la frontal, se preparó el balón para la zurda y envió un potente disparo que fue imposible para Edu Sousa. La Cultural, en su primer disparo a puerta, encontró el gol.

Sentó bien esta circunstancia al equipo leonés, que tuvo el 1-2 un par de minutos después. En una falta lateral botada por Néstor, Amelibia va a por el remate, sin llegar a impactar con el balón, pero acaba en gol. La intención de pelear ese centro del capitán culturalista, en fuera de juego, anuló el tanto.

Fueron minutos de fútbol entretenido en Riazor. Minutos después, Quiles la volvió a tener con un remate que despejó Salvi. Pero la Cultural se había activado, había comprobado que dando un paso adelante, podía inquietar a los locales.

Los dos equipos tenían armas y ambos las habían enseñado. Era evidente que, si alguien tenía pólvora, esos eran los coruñeses, que adelantaron a su artillería, 'trabajando' para Quiles, que tuvo una doble ocasión donde, de nuevo, se agigantó Salvi Carrasco.

Esas eran las amenazas del Depor. La Cultural tenían también las suyas. Percan, con un disparo potente desde dentro del área, obligó a Sousa a repeler su chut en otra buena acción leonesa. El choque estaba en esta segunda mitad mucho más igualado.

Percan estaba enchufado. Con ganas. Era un escenario diferente, ideal, único. Obolskii le vio cabalgando al espacio y le dio el balón. Corrió, con decisión, hacia la meta deportivista, ingresó en el área, recortó sobre su par y puso el balón al palo largo. La Cultural remontaba.

El siguiente paso lo dio Docampo, retirando a Obolskii y colocando en el campo a Jesús Álvarez. Mayor rigor defensivo y capacidad de tener la pelota eran las misiones del maño, adelantando a Percan a la punta del ataque para intentar aprovechar su velocidad en algún contragolpe.

El equipo leonés logró que no sucediera demasiado en torno a su área, con un Deportivo urgido por sumar en el encuentro ante la Cultural. Con ello supo jugar una Cultural que metió 'cemento' con Cristian y Muguruza al equipo, pasando a un esquema de tres centrales para salvaguardar el marcador favorable.

Con el equipo leonés defendiendo en bloque bajo, el peligro podía llegar en cualquier momento. Cierto era que no había recibido ninguna ocasión clara, pero en un centro lateral llegó el gol local. Yeremay cazó ese balón en el segundo palo y puso el empate.

Pero, lejos de defender el resultado, porque incluso el empate era bueno, la Cultural intentó estirarse para tener alguna opción del tercer gol. Sin embargo, la caldera de Riazor apretó para llevar a los suyos hacia arriba para intentar completar la gesta de llevarse la victoria.

Los últimos minutos fueron de agobio, con un Deportivo que sometía a la Cultural. Los de Docampo aguantaban como podían, despejando balones y tratando de estirarse cuando podían. El empate era bueno para el equipo leonés y lo defendió como tal.

El asalto a Riazor que quería liderar el joven Percan quedó en un conato. Pero sirvió para que los leoneses firmaran su primer empate del curso en un partido lleno de alternativas, con una segunda parte de gran intensidad y que deja, en líneas generales, un buen sabor de boca.