La Cultural tira de corazón para hacer una remontada épica en el descuento y encandilar al Reino

Delirio en el Reino de León. No importó que el cielo se rompiera, de hecho ayudó y fue decisivo en el tanto de la remontada. La Cultural ha tirado de orgullo para dar la vuelta a una dramática situación y demostrar que no estaba muerta tras una primera parte para olvidar. El conjunto leonés se ha impuesto por 4-2 al Valladolid Promesas en un final de partido que los aficionados tratarán de olvidar. Tres goles en apenas cinco minutos para pasar del 1-2 al 4-2 y sumar tres puntos que son un soplo de aire para los leoneses.

Ramón incluía como novedades al juvenil Rodri en el centro de la defensa y daba la primera titularidad a Buenacasa, que acompañaría a Ander Vitoria en la punta del ataque. Y, precisamente, era el canterano el primero que estaba a punto de complicar la vida a Edu Frías en una cesión que los jugadores del Valladolid no supieron aprovechar.

Salió mandón el filial, tratando de aprovechar los múltiples errores que cometía una floja Cultural en la combinación y que acabaría la primera mitad totalmente desencajada y a merced de su rival.

Aunque la primera ocasión fue para los locales. Un balón le llegó filtrado a Buenacasa, que se plantó ante el portero, aunque algo escorado, y no supo que hacer para superar a Samu Casado, que manoteó el intento de vaselina. En el lado contrario, Paulo Vitor puso a prueba al meta culturalista con un potente disparo.

Presionaban los leoneses y complicaban la salida de balón del filial blanquivioleta, pero carecían de ideas en ataque para superar una zaga que tampoco se tenía que exprimir al máximo para sofocar el peligro, como en un centro servido por Solís que desviaba Ander Vitoria y el balón se iba cerca del palo.

Pero la gasolina se le acabó al equipo de González Expósito en apenas treinta minutos. Los chavales de Julio Baptista empezaban a cercar el área local, con Slavy y Paulo Vitor como estiletes. En el minuto 31, un disparo de Fran Rivera terminaría por romper el marcador. La mala suerte, y de nuevo en el mismo tramo de encuentro, volvía a reírse de la Cultural, que veía como ese chut se le quedaba muerto a Slavy para que el delantero no perdonase ante Frías y pusiera el 0-1 en el Reino.

Los blancos volvían a estar por detrás en el marcador en casa, y esta vez el equipo se desmoronó. Se partía la Cultural, que se mostraba como un equipo roto, apático y cansado físicamente. Paulo Vitor avisó, entrando por la banda izquierda como quería pero quedándose sin fuerza en el mano a mano con el guardavallas. Y en el minuto 41, el Promesas aprovechó que olía sangre y se dejó caer por el área, en los pies de Dali, que cedió atrás y en el intento de despeje de Gaztañaga el jugador se encontraba la pierda del delantero y el colegiado decretaba penalti. Al desastre fue Vitor, que no erró y con un lanzamiento ajustado establecía el 0-2.

La afición estallaba en el camino a vestuarios y abucheaba a sus jugadores ante una pésima primera parte, en la que también el director general tuvo que escuchar cómo se pedía su dimisión.

Arreciaba la lluvia en el Reino de León y la tormenta era lo de menos. Lo que se veía sobre el césped era un equipo sin alma, una caricatura que evidenció Ketu con un disparo que acabó en saque de banda.

Y en una descarga eléctrica, la Cultural se aferró a la vida, y de qué manera. Un triple cambio de Ramón González y romper con la táctica permitió dar un giro de guión inesperado. Un balón en profundidad hacia Empis acababa con un centro para que Ander Vitoria, libre de marca, cabeceara a placer el 1-2 y metiera en el partido a los suyos.

La actitud de los leoneses sufrió un cambio radical. Los capitalinos comenzaron a luchar cada balón como si fuera el último y tiraban de corazón para enganchar a la afición. Las oportunidades llegaron para ver el empate, y Vitoria pudo hacer el segundo en un balón filtrado que intentó picar por encima de Samu, pero el esférico no encontró la portería.

Aarón se echaba al equipo a sus espaldas y por él pasaba todo el peligro. El canterano lo intentó con un buen disparo que se marchó alto; luego reclamó penalti al ser derribado en el interior del área, y acabó viendo amarilla ante sus protestas; y la más clara fue con un desajuste defensivo del filial que le dejó ante el portero y su potente disparo se estampó contra el palo de Samu.

Lo intentaba por alto la Cultural. Cada centro al área hacía dudar a los castellanos, que se defendían y trataban de arañar segundos al crono ante un cuadro leonés desbocado en busca del empate.

En la recta final del encuentro, Ketu probó fortuna con un disparo que la zaga desvió a córner. Y de ahí llegó el inicio del éxtasis. Moreno se encontró el balón en el segundo palo y no desaprovechó el regalo para establecer el empate en el minuto 87.

Y ahí no acabó la cosa. El delirio se instalaría en el Reino de León en un descuento donde se descargaba la tormenta, pero en forma de épica, remontada y goles.

En el minuto 91, un centro de Empis no lo lograba atrapar el cancerbero pucelano y Ander Vitoria metía la pierna para colar el esférico en la red y coloca el 3-2. Pero la fiesta no terminaba. En una contra, en el 94, Obolskii conducía y definía para hacer el 4-2 y cerrar una remontada increíble de los leoneses.

El resultado puede suponer un auténtico espaldarazo a un equipo necesitado de alegrías y que se ha llevado un premio al extraordinario esfuerzo del segundo tiempo.