Una Cultural famélica que no sabe morder

Durante la segunda vuelta de la presente temporada, en la que la Cultural es uno de los peores equipos de la categoría a nivel de puntaje, los cronistas hemos destacado una y otra vez la falta de acierto de cara a portería. Los datos así lo avalaban, el equipo leonés solía ser superior a sus rivales en dos apartados: remates y goles esperados. No fue así este pasado domingo, donde solo venció en la segunda estadística. Además, esta ocasión faltó garra, ánimo, determinación y, sobre todo, hambre. En suma, todos esos aspectos, muchos de ellos intangibles, que solemos resumir en un solo concepto anteriormente nombrado: intensidad.

Hay quien puede todas estas palabras -pundonor, ambición, ganas...- no dejan de ser aspectos abstractos a los que se alude cuando un equipo pierde, pero en esta ocasión no es así, y los números dejan negro sobre blanco una realidad: la Cultural está siendo un equipo apático.

Hablemos de duelos. Según Wy Scout, el Badajoz ganó un 53% de los duelos (115/219), por tan solo un 42% de la Cultura (92/219). Guarismos que evidencian la sensación que tuvieron muchos aficionados ayer viendo el partido: que su equipo no está alcanzando la intensidad y agresividad que requiere una división como esta, máxime en el momento de la temporada que se encuentra la Cultura, con un partido ganado de los últimos 16 y a tres puntos del descenso.

En lo que respecta a los duelos ofensivo, el equipo extremeño logró imponerse en el 51% de los mismos (37/73), mientras que la Cultural solo alcanzó un 34% (16/47). En los duelo defensivos, de nuevo la moneda cayó del lado del Badajoz con un 66% (31/47). Los de Isra Martínez se quedaron en un 49% (36/73). En los balones aéreos ambos conjuntos lograron imponerse en un 44% de los mismos. La Cultural sí que logró sacar un porcentaje mejor que su rival en regates con un 75%, si bien es cierto que intentó 12, mientras que los pacenses intentaron 29 con un 62% de acierto.

La Cultural no es un equipo inferior a muchos de los rivales ante los que ha caído esta segunda vuelta para el olvido, pero siempre parece ir con una marcha menos que unos rivales que llevar ya muchas semanas en modo kamikaze, entendido este como la absoluta desesperación por salir de zonas como en la que se encontraba en Badajoz. Una situación diametralmente opuesta a la vivida por la plantilla culturalista, que siempre ha visto el descenso como un lugar lejano y en el que casi era imposible caer. Ahora no solo no es imposible, sino que el equipo está ante una sola derrota de poder dar con sus huesos en la zona de la quema.