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Si el tránsito por el desierto de los judíos en busca de la 'Tierra Prometida' fue de 40 años, el del ciclismo femenino leonés sin sacar adelante una representante en la élite ha sido de la mitad de tiempo.
Desde que la exitosa Eva Sahagún, que llegó a ser quinta en 1994 el Campeonato del Mundo de Quito (Ecuador) en edad júnior, abandonara el ciclismo, León había quedado huérfano. Pero María Brizuela, una precoz corredora que se ha 'comido' las etapas de su carrera rápidamente, debutará la próxima temporada con el Eneicat Pecafer con tan solo 18 en las categoría élite - misma edad con la que Sahagún logró ese gran éxito en Quito-.
«Tengo una sensación de nostalgia y de alegría. Me veo reflejada en ella y es muy importante para León que salgan corredores de la tierra y, más aún, en un equipo de la provincia», explica la exciclista Eva Sahagún, que se retiró de forma precoz, en 1999, con 23 años, y que da «ánimos y suerte» a Brizuela.
Por su parte, la joven ciclista leonesa está «muy contenta» por poder debutar en el campo profesional, más aún «con un equipo de mi tierra». «Estoy algo nerviosa y, al ser la única leonesa, quiero hacerlo bien y destacar», señala Brizuela, que tiene como referente a Sahagún: «Quiero estar a su nivel o lo más cerca posible y, ojalá, poder superarla, porque siempre quiero ser lo mejor posible».
«Esto era algo inimaginable», añade Sahagún en referencia a ser profesional con un equipo leonés ya que «fuimos pioneras en España, pero pensar que saliera un equipo en casa de este nivel no entraba en mi cabeza».
María Brizuela, que se considera una escaladora que se defiende en el llano y la contrarreloj pero que bajando «no me siento nada cómoda», sueña con poder correr en el extranjero y disputar el máximo número de carreras en País Vasco, donde ha pasado los últimos cuatro años compitiendo en el Bioracer. «Allí aprendí a trabajar y a buscarme la vida, porque la pasada temporada era yo sola en categoría juvenil y esta última éramos tres, con lo que nos defendíamos solas», asegura.
Por su parte, Sahagún, que reconoce que el ciclismo femenino «ha ido a mejor» y cree que seguirá progresando, no niega que cuesta que salgan ciclistas en la provincia. A ello añade Brizuela que apenas hay equipos de base, «solo uno juvenil en León y ninguno femenino en la comunidad», lo que dificulta este asunto.
Brizuela es un reducto, un oasis en el desierto del ciclismo leonés que sólo ha logrado sacar al campo profesional en los últimos años a Miguel Ángel Benito. Por ello, Sahagún la cuida y, además de colaborar en el Eneicat Pecafer aconsejando a las ciclistas y compartiendo su experiencia, quiere guiar como pueda a la leonesa.
«Mi consejo es que ella es muy joven y yo, como ella, empecé pronto y me retiré también pronto. Tiene que esforzarse, lucharse por un sueño y mostrar la garra que tiene como buena leonesa que es. No puede tener prisa, tiene que ir poco a poco y aprender de todas las compañeras que tendrá alrededor, que son muy buenas», ha recomendado Eva Sahagún a María Brizuela.
El relevo en el ciclismo leonés femenino ya ha llegado. Ha tardado dos décadas pero Eva Sahagún ha encontrado en María Brizuela su sucesora y ahora espera que pueda dejar el nombre de la provincia bien alto.
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