El pelotón internacional vuelve la vista a Burgos

La Vuelta a Burgos, por lo tanto, se abre al mundo y pone en el escaparate toda su riqueza patrimonial, cultural y gastronómica, dotando de un motivo específico a cada una de las cinco etapas que componen el recorrido. «Luego ya se ha buscado lo técnico pero como prioridad tratamos de que cada recorrido responda a un por qué», explica Miguel Ángel de los Mozos, subdirector de la ronda durante los últimos treinta años y voz autorizada en lo que se refiere a la hoja de ruta. «Los recorridos en ciclismo son más complejos de lo que pensamos y se puede decir que no hay dos años iguales», comenta, más preocupado este año si cabe por todo lo que conlleva la aplicación de los distintos protocolos de seguridad y la posibilidad de contagios.

Todo listo. El calendario echa a rodar en la provincia de Burgos...

La primera entrega, denominada Catedral de Burgos, se explica por sí sola por el homenaje que la organización rinde al octavo centenario de la colocación de su primera piedra que se celebra en 2021. Una etapa sencilla sin excesivas complicaciones que está diseñada para concluir con un esprint explosivo en el Alto del Castillo. Con dos pasos sobre un trazado urbano, el pelotón ascenderá a lo largo de sus 157 kilómetros un puerto de Primera Categoría (Altotero, muy cerca de Poza de la Sal, cuna del naturalista Félix Rodríguez de la Fuente) y en dos ocasiones el de Tercera con el que se llega a la ladera del Castillo.

Siete veces se ha coronado en las 42 ediciones de la ronda con vencedores como Purito Rodríguez (2011), Daniel Moreno (2012), Lobato (2014), Mikel Landa (2017) o el italiano Giacomo Nizzolo en 2019.

Una etapa que servirá a modo de aperitivo de la salida prevista por la Vuellta a España en 2021.

Son 167 kilómetros sin ninguna dificultad orográfica y el viento como principal enemigo. Los velocistas tienen en la meta de Villadiego una buena oportunidad para estrenarse este año.

El atractivo de la etapa tiene que ver con su inicio por territorio del Camino de Santiago, pero sobre todo por su paso por las Cuatro Villas de Amaya, zona que delimitan las localidades de Castrojeriz, Melgar de Fernamental, Sasamón y Villadiego, punto este último por el que el pelotón atravesará hasta en tres ocasiones.

Esta segunda entrega hace partícipes a un buen número de pueblos de la provincia burgalesa, trazado al que la organización no recurría desde la edición de 2015 cuando el ruso Vladimir Isaychev (equipo Katusha) sorprendió al imponerse tras hacer buena su fuga. Si el viento no propicia alguna aventura, el recorrido invita a un triunfo al esprint.

Considerada etapa reina de la ronda, su final en el Alto del Picón Blanco puede romper la carrera y marcar las primeras diferencias importantes tal y como ha sucedido en otras ediciones. No es una jornada dura en kilómetros, 150, pero las rampas que plantea en la última ascensión con desniveles de hasta el 14% y una pendiente media del 9% pueden empezar a decidir la clasificación.

El pelotón partirá del Geoparque de Las Loras, primer yacimiento petrolífero más importante de España incluido por la UNESCO en la red mundial de geoparques, y 'disfrutará' de un paisaje único formado por grande páramos calizos separados por espectaculares cañones fluviales. Como obstáculos, cuatro puertos de montaña de Tercera Categoría y uno último para terminar la etapa, el Picón Blanco, de Categoría Especial. En esta última subida el pelotón tendrá una pequeña tregua a falta de 1,5 kilómetros antes de las últimas rampas.

Se hace difícil denominar de transición a una etapa con 164 kilómetros, pero con un final como el que propone la ronda con una ascensión alternativa a las Lagunas de Neila el pelotón probablemente se tome un respiro y conceda una nueva oportunidad a los velocistas. Sin pasos puntuables para la clasificación de montaña, la jornada dará comienzo en Gumiel de Izán y transcurrirá por territorio de la Ribera de Duero hasta llegar a la sede del Consejo Regulador. Una zona de potencial enoturístico pero también de gran riqueza patrimonial por cuanto el pelotón discurrirá cerca de las puertas del yacimiento romano de Santa Cruz (Baños de Valderadados) donde se conserva un gran mosaico en honor al Dios Baco.

Caleruega, el Monasterio de Santo Domingo de Guzmán, y el imponente castillo de Peñaranda de Duero, entre otros puntos, dibujarán un paisaje inigualable antes del previsible esprint en Roa de Duero.

Hay dudas sobre si la ascensión a las Lagunas de Neila merece la condición de etapa reina, más si cabe si como en esta ocasión se hace por un trazado diferente al de ediciones precedentes. Una subida más espectacular que se hará desde el Alto del Collado de Neila donde los aficionados podrán congregarse para disfrutar de esta etapa definitiva.

Con salida en Covarrubias y atractivos de paso como el Monasterio de Santo Domingo de Silos o el popular cementerio de Sad Hill por su aparición en la película 'El bueno, el feo y el malo', el pelotón afrontará una primera dificultad montañosa (Alto del Cerro) en el kilómetro 55. Tras el descenso se encontrarán ante los últimos 24 kilómetros y el Alto del Collado de Vilviestre como aperitivo de las Lagunas. La ascensión comenzará a 4 kilometros de la línea de meta con una dureza en aumento que plantea una pendiente media de 9,6%, 8,2% y un 11% en los tres últimos kilómetros.