Las cancelaciones por la COVID-19 se mezclan con brotes verdes en el deporte de Castilla y León

Comenzando por el ciclismo, la Vuelta ha sido cancelada por falta de presupuesto, algo agravado todavía más por el elevado gasto de las medidas sanitarias que se debían adoptar, y también ha contribuido a complicar su organización la falta de fechas, ambas cosas como consecuencia de la crisis de la COVID-19.

Así ha sucedido también con otras pruebas autonómicas, el hecho de que se compriman entre agosto y noviembre todas las pruebas ciclistas internacionales hacía casi imposible encontrar un hueco para las vueltas locales y, más aún, asegurar una participación importante y patrocinadores privados.

Además, en el caso de la Vuelta a Castilla y León, estaba la imposibilidad de recibir ayudas por parte de la Dirección General de Deportes de la Junta, la cancelación de esa ayuda vino obligada por la modificación presupuestaria de la administración al tener que atender otros gastos sanitarios y sociales por la pandemia.

Sin embargo, los aficionados de algunas provincias sí podrán ver de cerca a las estrellas del ciclismo, ya que la Vuelta Ciclista a España de este año, aunque recortada, mantiene hasta siete etapas en Castilla y León y algunas de perfil altamente montañoso, de las más interesantes de cuantas figuran en el libro de ruta.

Por otro lado, los Internacionales en Pista Rápida «Villa de El Espinar» se suspendieron el pasado sábado después de que la extensión de la suspensión de todas las competiciones internacionales por parte de la ATP y la WTA afectaran a este Open de Castilla y León, que no tuvo más remedio que cancelarse por primera vez en 35 ediciones.

Estos organismos anunciaron la cancelación de sus torneos provocada por la COVID-19 y la ampliación del parón del tenis a nivel internacional. En concreto, solamente la ATP parará hasta el 31 de julio y esa medida afecta al torneo espinariego que contempla los dos cuadros, masculino y femenino, y que tenía previsto disputarse del 27 de julio al dos de agosto.

También se han suspendido muchas medias maratones que en primavera empiezan a disputarse por varias capitales de Castilla y León, no así las pruebas de campo a través pues todas tenían marcadas sus fechas antes del inicio de la pandemia: el cross de Atapuerca, el de Venta de Baños, principalmente.

El hecho de que se hayan aplazado varios torneos preolímpicos con la mirada puesta en los Juegos de Tokio, pero un año más tarde (2021), ha propiciado que muchos deportistas de la Comunidad hayan visto retrasada su preparación, sobre todo atletas y piragüistas aunque este aplazamiento afectó incluso a un boxeador, que opositaba a ser representante español en Tokio.

Se trata del vallisoletano Miguel Cuadrado, «Miguelón», quien vio como se suspendía su último combate durante el preolímpico que se estaba disputando en tierras británicas, justo cuando la pandemia ya se extendió por toda Europa.

EEn contraposición a suspensiones y cancelaciones hay una «llama de optimismo» para el deporte de Castilla y León, que comienza por el balonmano.

En este contexto positivo, los clubes de Castilla y León de balonmano se han convertido en preponderantes dentro de la Liga ASOBAL, ya que cuatro de los dieciocho equipos en la máxima categoría serán de esta Comunidad.

El ascenso del Villa de Aranda (Burgos) ha provocado que se junte en la Liga ASOBAL con Abanca Ademar León, Recoletas Atlético Valladolid y el Viveros Herol BM Nava segoviano, que representan a cuatro de las nueve provincias de Castilla y León.

Recientemente estuvo también en ASOBAL el MMT Zamora pero continuará el próximo año en un escalón inferior. Esta será la primera ocasión en que en la máxima categoría del balonmano nacional militen cuatro conjuntos castellanos y leoneses.

Hasta aquí las certezas, pero también hay posibilidades factibles cuando se reinicien las competiciones de fútbol ya que, por ejemplo, es un hecho que Cultural Leonesa y Valladolid Promesas disputarán la fase de ascenso a Segunda División, al haberse clasificado durante la liga regular disputada hasta el 15 de marzo.

Precisamente la Segunda División es una categoría en la que ya militan Ponferradina, Numancia y Mirandés con distinta suerte, siendo el equipo burgalés el que está clasificado más cerca de los puestos que dan derecho a disputar la promoción de ascenso a Primera División, además de su brillante participación en la Copa.

Esa Primera División queda, por el momento, para el Real Valladolid, que se halla cuatro puntos por encima del descenso antes de reanudarse la competición, y el baloncesto al más alto nivel es para el San Pablo de Burgos, una de las revelaciones de la ACB.

Sin embargo, es posible que el Burgos se vea acompañado en esa elite por el CBC Valladolid ya que, como primero de la LEB ORO, podría ascender una vez que la Federación Española (FEB) confirme la próxima semana la imposibilidad de reanudar la competición, habida cuenta de la situación sanitaria y de que los jugadores americanos no pueden regresar a España. Faltaría el componente económico y que la ACB permitiera ascensos.

Otra certeza es que, en deporte femenino, tanto el Perfumerías Avenida de baloncesto como el Aula Cultural de balonmano continúan destacando en la máxima categoría de sus respectivos deportes. Las salmantinas acabaron primeras y tienen plaza asegurada para la Euroliga y esta temporada han jugado también competición europea, por primera vez en su historia, las chicas del Aula de Valladolid, sumándose así a esos «brotes verdes» del deporte castellano y leonés.