El leonés Vicente Bultó, árbitro de élite, se despide tras 31 años de carrera y 1.200 partidos oficiales.
Baloncesto

Vicente Bultó: «Aquel partido entre Argentina y EEUU fue lo máximo para un deportista»

El árbitro leonés se retira tras 31 años en la élite y más de 1.200 partidos oficiales | «Gasol siempre ha sido un jugador ejemplar con los árbitros, dentro y fuera de la cancha» | «Lo que hemos visto con la Cultural esta temporada no se veía hace muchos años« | «Hay que atajar las faltas de respeto en las categorías infantiles»

Lunes, 26 de junio 2023, 08:15

31 años como profesional en ACB, 1.200 partidos oficiales, Juegos Olímpicos de Atenas 2004, dos Mundiales, cinco Eurobasket, 10 temporadas en Euroliga… El palmarés del árbitro leonés de baloncesto Vicente Bultó (55 años) lo coloca, sin duda, como uno de los ... deportistas más importantes de la historia de León. Ahora, tras una carrera plagada de éxitos, se despide del arbitraje y cuelga el silbato; ese que, según él mismo, le ha convertido en la persona que es hoy.

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Poco o nada podía imaginar aquel chiquillo que nació en Oviedo de lo que le depararía el mundo del deporte. Bultó, uno de los árbitros de baloncesto españoles más prestigiosos de la historia, arrancó su idilio con este deporte de la mano de Felipe Llamazares, al cual no duda en citar a la hora de recordar los momentos más importantes de su carrera.

Calmado y dialogante, tal y como era dentro de la cancha de baloncesto, el leonés repasa su carrera. Todavía se emociona al recordar aquella semifinal entre Argentina y Estados Unidos de hace 19 años, pero se pone serio cuando toca hablar del momento que vive el arbitraje y hacia dónde evolucionan los valores del deporte.

-Punto y final a una carrera de más de tres décadas, ¿qué se le viene a la cabeza al echar la vista atrás y repasar todos sus logros?

-Cuando miro atrás veo a un deportista, ya que siempre he tratado de reivindicar la figura del árbitro como tal. Y así como los deportistas tienen un inicio en su trayectoria deportiva, también tienen un final; ahora me toca a mí llegar al final y cuando veo los números de partidos en global pues me siento muy afortunado. Muy afortunado de haber podido participar en todos los eventos del baloncesto de élite, de haber estado al más alto nivel con la dificultad que ello conlleva.

-Comencemos entonces por el principio, usted toma el silbato por primera vez siendo todavía un adolescente, ¿es así?

-Pues sí. En los años 80 mi familia se muda a León desde Oviedo por motivos laborales de mi padre. Aquí empiezo a jugar al baloncesto con unos 13 años en el Colegio 'Luis Vives' gracias a una persona que es perfectamente conocida en esta ciudad: Felipe Llamazares. Él, que también ha sido árbitro internacional, nos dijo un día que se iba a celebrar un curso de árbitros y que si alguien quería apuntarse. Yo levanté la mano y hasta ahora.

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-Lo cierto es que vas quemando etapas muy rápido y con 24 años ya debutas como árbitro ACB, ¿cuál fue ese punto de inflexión en el que ya sabe que va a dedicarse al arbitraje de forma profesional?

-En 1986 (con 18 años) comienzo a pitar lo que ahora es LEB Oro. Por entonces ya era una división de entidad y exigía una dedicación y un tiempo importante para estar al nivel que nos exigía la liga. Pero, sin duda, el primer hito de mi carrera es el ascenso a la Liga ACB en el año 92.

-Tu carrera en ACB también va muy rápido y, en seguida, comienzas a tomar responsabilidades en partidos de enjundia. Ahora, con más de 1.200 partidos a la espalda, ¿cuál diría que es el partido más importante que has arbitrado en tu carrera?

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-Es difícil quedarse solo con uno porque hay varios momentos en la trayectoria deportiva que también son importantes, pero, bueno, lógicamente el debut en ACB en Zaragoza (CAI Zaragoza- Caja San Fernando) es algo inolvidable y que siempre quedará en mi memoria. Ahora bien, a nivel internacional no hay nada como estar en unos Juegos Olímpicos (Atenas 2004) y tener la posibilidad de arbitrar una semifinal como fue la de Argentina y Estados Unidos. También he podido estar en torneos de FIBA en América o pintando finales en Eurobasket y Mundial femeninos. Es complicado quedarse solamente con uno.

-¿Y el partido más complicado que recuerde?

-Tendríamos que hablar, sin duda, de lugares como Belgrado (Serbia). Allí he tenido partidos muy muy complicados. El público te somete a una presión gigantesca por su efusividad. Turquía o Grecia también entrarían en esa lista. Afortunadamente, todo hay ido evolucionando poco a poco a mejor y no es lo mismo lo que vemos en las canchas ahora, en 2023, si lo comparamos con hace 15 años.

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-¿El entrenador o jugador que más complicadas le ha puesto las cosas en una cancha de baloncesto?

-No me gustaría dar ningún nombre porque de la misma manera que yo puedo pensar que un entrenador es más efusivo, pues ellos pueden sentir que como árbitro no les agrada mi manera de ser, pero creo que es un tema del todo normal en el deporte. Eso sí, todo enmarcado en unos estándares de respeto. Yo he podido tener mis diferencias con entrenadores o jugadores, pero fuera del campo cuando nos hemos encontrado ha habido entendimiento y respeto.

«Pau Gasol siempre tuvo un respeto total con los árbitros dentro y fuera de la cancha»

Vicente Bultó

Árbitro profesional de baloncesto

-Le lanzo una más fácil: ¿y el jugador que más le ha sorprendido por su buen trato?

- Pau Gasol. Siendo la estrella que ha sido, con todo lo que ha conseguido, tanto en España como en la NBA, cada vez que hemos coincidido y le he podido arbitrar -ya fuera en ACB o partidos internacionales con la Selección Española- ha tenido un respeto total dentro y fuera de la cancha. No ha sido el único, Manu Ginóbili es otro ejemplo, sobre todo por ese trato de respeto que tenía con nosotros (los árbitros). Lo cierto es que si lo ponemos en una balanza, hay mucha más gente educada en el baloncesto de élite que otros profesionales que, digamos, viven de esto de una manera más vehemente.

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-Precisamente, usted arbitró a Ginóbili en aquella histórica semifinal de Atenas 2004. ¿Fue aquel partido y aquellos Juegos el pináculo de su carrera?

-Es lo máximo. Para un deportista los Juegos Olímpicos son lo máximo. Tuve la enorme suerte de poder pitar nueve partidos en Atenas, tres al equipo estadounidense, entre ellos la semifinal contra Argentina ante un pabellón con más de 20.000 personas. Fue impresionante. He podido estar en otros campeonatos de alto nivel internacional, pero la dimensión de un evento como son los Juegos Olímpicos te marcan mucho más. Es una experiencia increíble, increíble…

-Usted ha arbitrado a algunos de los mejores jugadores de baloncesto de la última década, algunos incluso que están entre los mejores de la historia. Tras su experiencia en dichos encuentros, ¿piensa que un árbitro debe pasar inadvertido o hacerse notar para fijar su criterio?

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-Un árbitro debe cumplir su papel. Un jugador debe meter canastas y nosotros hacer cumplir el reglamento. Yo creo que si el árbitro hace su trabajo y lo hace de la mejor manera posible es suficiente. ¿Qué pasa? Que cuando el árbitro acierta en un altísimo porcentaje la gente lo ve normal, pero si el árbitro se equivoca todo el mundo tiene en cuenta ese error y olvida lo demás.

«Estamos en un punto peligroso de respeto en las canchas, sobre todo en las categorías inferiores»

Vicente Bultó

Árbitro profesional

-¿Considera que el respeto a los árbitros, que nunca ha sido muy alto, está cayendo hasta niveles preocupantes entre los aficionados?

-Estamos en un punto peligroso porque estamos normalizando comportamientos que no son normales. Solo hay que ver lo que ocurre cuando en las retransmisiones deportivas las cámaras enfocan a los aficionados o, incluso, a los propios jugadores. Lo primero que hace el aficionado es insultar al árbitro. Además, los comportamientos d ellos jugadores tampoco son los más respetuosos posible en momentos determinados.

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Pero es que el problema también se extiende a las categorías inferiores. Estamos viendo, cada vez más, en las gradas de los partidos de niños comportamientos que distan mucho de ser respetuosos. Es algo que debemos atajar y tenemos que concienciarnos todos, empezando por los padres, de que esto no puede seguir así.

-No parece el mejor escenario para que un chico joven empiece a arbitrar, ¿tiene algún consejo para un joven árbitro que esté empezando?

-Me viene a la cabeza el primer lema de captación de alumnos que tuvimos en León en la escuela de árbitros que se fundó en 1984 por parte de Felipe Llamazares y que decía así: «Puedes hacer deporte arbitrando». Eso es lo que yo le diría a un niño o una niña que quiera quiera empezar en esto.

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-¿Hay que estar un poco loco para querer ser árbitro?

-Tener pasión diría yo. Al final es una actividad muy bonita, pero que tiene una losa enorme porque, en algún momento, todos nos consideran como los malos de la película. Pero somos necesarios y es una manera de hacer deporte y de vivir experiencias que son muy satisfactorias.

«Hacía mucho tiempo que no veíamos 3.000 espectadores para ver a un equipo de baloncesto de León»

Vicente Bultó

Árbitro profesional

-Me ha nombrado a Felipe Llamazares hasta en dos ocasiones, está claro que es una persona que le ha marcado mucho. ¿Cómo ve el proyecto que se ha iniciado ahora con la sección de baloncesto de la Cultural?

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-Creo, sinceramente, que es una buena idea y que ha sido una buena decisión. Poder juntar todos los recursos de un club como la Cultural y ponerlos a disposición del baloncesto para darles una estructura y poder crecer es importantísimo. Y que esto ha sido así lo podemos ver en el número de espectadores que ha habido en los partidos del equipo de baloncesto, con jornadas de hasta 3.000 espectadores, algo que no veíamos hace muchos años.

-Tras toda una vida dedicada al arbitraje, ¿qué aprendizaje extrae de todo este exitoso periplo?

-Con algo que me parece fundamental: a mí el arbitraje me ha enseñado a formarme como persona. Te da un carácter, una forma de ver la vida y los problemas, porque el arbitraje tiene mucha similitud con lo que es la vida de cada uno de nosotros; mucho que ver con los problemas que pueden surgir en la vida. Por eso los más importante de deporte es ayudar a formar personas. Así que cuando echo la vista atrás siento que me he llevado eso...y un montón de amigos.

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