De repente, la vida golpeó a Urbano González con un diagnóstico cruel, pero que asume y afronta con valentía. El 8 de julio, al leonés, empresario y exjugador de baloncesto en el Elosúa, le confirmaron que sufría ELA y, desde entonces, en vez de encerrarse ... en sí mismo, ha decidido abrir esta pelea a todo el mundo.
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Y lo primero que ha recibido es cariño, a través de una cena homenaje que tendrá lugar este jueves (21:00 horas) en el Hotel Santiago, con 250 tickets para acudir que se acabaron en apenas 24 horas. «Me siento orgulloso de ser leonés, porque la gente de esta tierra responde cuando se les necesita, y abrumado por este apoyo», explica a leonoticias.
Este es uno de los actos previstos para la visibilización de la ELA, además del homenaje al mismo Urbano en el partido de este domingo (18:30 horas) ante el Marín en el Palacio de los Deportes.
Urbano González explica en leonoticias que la idea de esta cena homenaje surge con la simple intención de «juntar en torno a una mesa a la gente del baloncesto de los años 80 y 90» y que, una vez lanzado el proyecto, se la adhiere la intención de «recaudar fondos contra la ELA y realizarme un homenaje».
La respuesta ha sido fenomenal, lo que hace sentir felicidad y orgullo a González, que recalca la necesidad de dar «visibilidad» a la ELA y recaudar fondos «sobre todo para esas personas que lo están pasando mal con esta enfermedad y no tienen recursos para afrontarla».
El empresario y exjugador de baloncesto leonés rememora con leonoticias ese 8 de julio en el que le comunican que padece ELA, un momento en el que siente «tristeza y nostalgia». «Siempre he estado vinculado al mundo del deporte y que te digan que no vas a poder correr nunca más es duro», expresa en leonoticias.
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Pero los valores del deporte le han ayudado a plantar cara a esta situación y a «mirar hacia adelante». «Es un cambio de etapa, una nueva vida, como cuando con 29 años decidí dejar el baloncesto, estando en un buen momento, pero asumí que no iba a volver a ver este deporte desde el plano de jugador nunca más», ha indicado.
Aun así, tiene claro que «nadie está preparado para que te digan que tienes ELA» y, es más, apunta que ni siquiera los médicos están listos para comunicar algo así a los pacientes. «Pero es necesario estar feliz y fuerte y tener claro que hay que aprovechar cada minuto de esta vida. Verlo de otra manera sería negativo para mi. Hay que tener positividad», ha añadido.
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Ese paso por el deporte también le ha dado una mayor importancia en su vida al compañerismo y de que «hay que sufrir y esforzarse» para lograr objetivos en la vida. «Ahora mismo, los valores del deporte me están ayudando a vivir mejor el presente, a tener claro que esto tengo que pasarlo con más gente y apoyarme en mi familia y amigos. Tanto lo positivo como lo negativo es mucho más gratificante. En la vida, si yo sumo dos y mi compañero dos, no logramos cuatro, logramos mucho más», indica.
Ahora, Urbano González, con la figura de Juan Carlos Unzué como 'punta de lanza' de esta visibilización de la ELA, al que considera un «súper crack porque, pese a tener recursos para tener una vida digna, está peleando para que todos los puedan tener», se marca el reto de visibilizarla también en León.
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«Todo el mundo sabe que esta enfermedad existe, también gracias a gente como Unzué, pero al tener un caso más cercano, en esta ocasión yo, pregunta más. Si yo puedo lograr que la sociedad leonesa tenga claro que es una enfermedad complicada, que necesitamos apoyo para tener una vida digna y ayudar así a la Asociación de Enfermos de ELA de León, lo haré», ha explicado.
Y es que está viendo casos cercanos, señala, que le tocan notablemente la fibra, puesto que hay personas sin los suficientes recursos como para «comprar una silla, reformar el baño de su casa o comprar el coche que se están dejando ir». «Y eso es lo más triste, lo que no nos podemos permitir como sociedad, que haya personas que, antes de que llegue lo más complicado, ya se han rendido. Es una decisión muy personal, pero necesitamos apoyarles», ha lamentado.
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En esta Asociación, ha insistido, les proporcionan servicios de fisioterapia, psicología o logopedia para todos los enfermos y, además, ha insistido en su reclamación a la clase política, a la que «hay que tener activa» para que pongan en marcha la Proposición de Ley por una vida digna, aprobada por unanimidad en el Congreso el año pasado. «Es difícil lograr ese consenso y se logró, lo que significa que es algo bueno para el conjunto de la sociedad. No sé a quién corresponde llevarlo a la práctica, entiendo que al Gobierno actual, pero no entendemos que no esté publicado en el BOE aún».
En cuanto a su carrera deportiva, Urbano González recuerda sus primeros pasos en el colegio Quevedo, donde coincidió con una «gran hornada» y un gran entrenador, Jesús Ruiz Gavela, con los que acabó recalando en el Colegio Leonés, siguió dando pasos hasta llegar al Elosúa.
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Hasta que llegó su momento, participando como júnior con el primer equipo y encontrando la oportunidad de ser jugador de la primera plantilla con todas las de la ley tras el ascenso a Primera B como segundo base. «En vez de apostar por traer a alguien de fuera, confiaron en mi».
Fueron unos años de «boom», donde la afluencia era masiva a los partidos... y a los entrenamientos, poniendo la semilla de lo que luego sería el Baloncesto León en Liga ACB y Copa Korac. «Éramos un equipo que generaba ilusión, que transmitía esos valores de garra, de fuerza, de luchar hasta el final... y casi todos éramos de León, nos conocían ya de vernos desde la base», ha indicado González.
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Ha recordado que, incluso, firmaban «autógrafos» por la calle y que se genero una conexión «especial» entre aquel equipo y la ciudad. Pero, ¿será posible revivir todo aquello? Urbano González espera que el ambicioso proyecto de la Cultural, del que es embajador, pueda recoger ese testigo porque «ya está generando una ilusión importante».
«Ese ambiente permite que los éxitos deportivos puedan llegar mucho antes», asegura Urbano González, que no se ha visto especialmente sorprendido por la respuesta de León al proyecto: «Sólo espero que esto siga creciendo».
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Así, con el baloncesto como pasión, como vía de escape y como fuente de aprendizaje, Urbano González afronta esta nueva etapa en su vida, en la que tiene una misión muy ambiciosa mientras pelea contra la ELA: dar visibilidad a aquellos que padecen esta enfermedad y seguir buscando soluciones para que todos puedan tener una vida digna.
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