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«¡Chicos, matamos y morimos juntos ahí fuera todos! Matamos y morimos juntos ahí, ¿de acuerdo? Es nuestro momento, es nuestra oportunidad... ¡Vamos a por ello a muerte, chicos!», les gritaba Pablo Laso a sus jugadores, una piña en el vestuario, antes de saltar a ... la cancha del Stark Arena de Belgrado para disputar el partido decisivo de la Final Four de la Euroliga contra el Fenerbahçe. Minutos antes el técnico del Real Madrid quiso hacerles «un regalo» con la proyección de un vídeo motivador tras su última charla técnica en la que les habló de «dureza física y mental». «Esto creo que es un regalo para todos, para que valoremos lo mucho que hemos hecho bien. Para llegar a jugar este partido esto se empieza en septiembre», les dijo Laso a los suyos antes de presenciar un vídeo que comenzó con la frase «El año en que nadie creía...». Con el tema de fondo 'Amar el conflicto' de Viva Suecia e imágenes del Real Madrid de partidos y contratiempos sufridos durante una temporada marcada por lesiones, baches y caídas.
«Ten un plan, luego haz caso a nadie», dice el estribillo de la canción elegida para ese vídeo desvelado por el documental 'En el corazón de la Décima', una joya para los aficionados del Real Madrid que volvieron a disfrutar de la gloria que se ganó un equipo repleto de fe, orgullo y carácter que se sobrepuso durante una campaña durísima a todas las adversidades. Entre ellas, la grave lesión de rodilla de Sergio Llull, quien llegó justo a tiempo para la Final Four. «Has vuelto en forma, eh», le comentó Florentino Pérez al escolta balear en el hotel de concentración del equipo antes de partir hacia el pabellón. «Hombre, yo si vuelvo, vuelvo. Si no, me quedo fuera», le respondió al presidente blanco Llull, protagonista en la solidaria victoria en la semifinal contra el CSKA de Moscú (83-92) junto a Luka Doncic, Gustavo Ayón y Trey Thompkins. Desde el triple también volvió a resultar letal Jaycee Carroll, en un segundo cuarto trascendental.
En la final contra el defensor del título, dirigido por el mítico Zeljko Obradovic, que también aspiraba a ganar él solo diez Copas de Europa, fueron Fabien Caseur y Luka Doncic, en su último servicio antes de su marcha a la NBA, quienes lideraron al Real Madrid (85-80). Con 17 puntos del francés y 15 del genio esloveno, proclamado MVP de la Final Four tras haberse ganado el trofeo de mejor jugador de la temporada regular de la Euroliga.
PABLO LASO, ANTES DE LA FINAL
Sólo el propio Real Madrid creyó en la hazaña de ganar la Copa de Europa fuera de España 38 años después. Sobre todo, tras haber padecido tantísimo por la ausencia de Llull durante ocho meses y medio, en los que el equipo blanco no dejó de sufrir bajas y exhibir dudas. Curtidos sin embargo en la guerra de cuartos de final contra el Panathinaikos, con el factor cancha en contra, los madridistas llegaron al momento de la verdad con todos sus jugadores disponibles, preparados física y psicológicamente para volver a reinar en Europa tres años después.
💜🏆🎞 'En el Corazón de la Décima'
— Real Madrid Basket (@RMBaloncesto) 15 de noviembre de 2018
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En su sexta Final Four en ocho años, el insaciable Real Madrid de Pablo Laso recuperó el trono pese a haber acabado quinto la fase regular de la Euroliga (19 victorias y 11 derrotas), mientras que el líder y su víctima en semifinales, el CSKA, terminó con 24-6, y el subcampeón Fenerbahçe segundo con 21-9. «Esto es lo mejor que le puede pasar a un deportista, ganar la 'décima' con el Madrid», proclamaba eufórico el capitán Felipe Reyes en plena pista tras la nueva conquista de un equipo que con el técnico vitoriano siempre es fiel a una filosofía de baloncesto ofensivo y espectacular que ha reactivado a una sección que antes de su llegada estaba en estado crítico.
Campeón de Europa también el Real Madrid en la capital en 2015, el nuevo reto es revalidar la corona el próximo mes de mayo en la ciudad natal de su entrenador, que acogerá la Final Four de 2019. Hace medio siglo que el equipo más laureado de Europa no consigue repetir el gran título. Sin embargo, después de todos los hitos firmados y las barreras rotas por Laso y sus pupilos, el Buesa Arena de la capital alavesa, que probablemente se quede sin el anfitrión en la final a cuatro, no puede descartar asistir a otra celebración de los blancos, que caminan con paso firme en la presente fase regular. Pese a haberse quedado sin Doncic, que ha trasladado su talento y autoridad al baloncesto norteamericano.
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