Kobe Bryant, durante su penúltimo partido.
NBA

El último de Kobe Bryant

La leyenda de los Lakers se despide del baloncesto en el Staples Center, cuatro meses y medio después de anunciar su retirada

AMADOR GÓMEZ

Miércoles, 13 de abril 2016, 11:11

Casi cuatro meses y medio después de anunciar su retirada porque a los 37 años su cuerpo ya no aguanta más, Kobe Bryant, uno de los grandes, no sólo del baloncesto, sino de la historia del deporte, jugará la madrugada del miércoles al jueves su ... último partido como profesional. Será en el Staples Center de Los Ángeles, donde el heredero de Michael Jordan vestirá, contra los Jazz de Utah, por última vez la camiseta de los Lakers, al que ha defendido durante 20 temporadas -ningún otro en la NBA ha jugado tanto en un mismo equipo-, para cimentar una carrera plagada de títulos, récords y acciones para la posteridad. Entre sus trofeos, cinco anillos, entre 2000 y 2010; entre sus plusmarcas, las 18 veces que fue elegido para el All Star, las 15 ocasiones en el equipo titular y las 11 en el mejor quinteto de la NBA; y entre sus jugadas memorables, con movimientos que recuerdan al considerado mejor jugador de todos los tiempos, las que culminaron con lanzamientos increíbles y decisivos, para erigirse él en el más destacado y determinante de las dos últimas décadas.

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«El baloncesto es más grande que anotar puntos y ganar campeonatos. Es, sobre todo, si uno ha sido capaz de inspirar a la gente por un instante a que quieran ser una mejor versión de sí mismos. Yo he dado todo a los fans y ellos también me lo han dado a mí. Me inspiraron para ser la mejor versión de mí mismo. Los trofeos quedan para la posteridad, pero realmente quieres crear algo que vaya más allá que eso». Así explicaba recientemente Kobe Bryant su relación de amor-odio con los aficionados, después de exhibir un incansable espíritu competitivo y de superación y de ser criticado por su egoísmo que el escolta de Filadelfia ha reflejado con tiros imposibles desde cualquier lugar de la cancha.

No puede presumir Kobe de la mayor puntuación de la historia, porque esa la consiguió Wilt Chamberlain con sus 100 puntos en 1962, pero sí de la segunda, con los 81 que marcó a los Raptors en 2006. Tampoco es, con 33.570 puntos, el máximo anotador en la historia de la NBA, porque le superan Kareem Abdul-Jabbar (38.387) y Karl Malone (36.928), pero Kobe Bryant sí es el jugador que más triples ha anotado en un partido, 12, empatado con Donyel Marshall y Stephen Curry, y es uno de los tres, junto a Chamberlain y Jordan, capaces de lograr 40 o más puntos en nueve partidos consecutivos.

Hace un año se convirtió en el mejor pagado con la NBA, con un sueldo de 25 millones de dólares, pero en la pista su figura ya hace tiempo que dejó de brillar, castigado por las lesiones. En gran parte a causa del declive de su gran estrella, los Lakers tampoco estarán este curso en las eliminatorias por el título por tercer año consecutivos. Obsesionado desde siempre con el baloncesto, la Jordan y el triunfo, en sus mejores tiempos aprovechaba la pretemporada para levantarse a las cinco de la mañana, trabajar en el gimnasio durante cuatro horas y pasar otras tantas viendo jugadas suyas, de la leyenda de los Bulls, entre otros, y acababa el día con tres horas más sobre el parquet, con centenares de tiros desde cualquier lugar de la cancha. Su espejo siempre fue Michael Jordan y aunque no haya llegado a encumbrarse por encima del jugador más completo de la historia y de mayor talento, la leyenda de los Lakers también ha dejado un legado a futuras generaciones, pese a sus errores cometidos dentro y fuera de las canchas, como el episodio de presunta violación saldado en 2004 con un arreglo extrajudicial que le salvó de la cárcel.

Casi un decenio después, en abril de 2013, se rompió el tendón de Aquiles y ahí comenzó un calvario para el astro angelino, que al año siguiente se fracturó la meseta tibial de la rodilla derecha, tras haber ganado dos anillos consecutivos con Pau Gasol como compañero en los Lakers y también dos oros olímpicos seguidos con Estados Unidos, en este caso con su amigo español como rival. Su físico ya no puede soportar más castigo, como tampoco su figura merece ser ahora más desprestigiada por retrasar sin sentido su marcha. «Esta temporada es todo lo que me queda por darte. Mi corazón puede aguantar la paliza, mi mente puede administrar el esfuerzo, pero mi cuerpo sabe que es la hora de decir adiós», escribió Kobe Bryant el pasado 30 de noviembre en una emotiva carta con la que, bajo el título de «Querido baloncesto», anunció su retirada al término de la presente temporada. Para Kobe ya llega a su fin, en un último partido que será «una mezcla de zoo y de circo», según ha anunciado el jefe de prensa de los Lakers en Los Angeles Times. Kobe dice adiós con 680 millones de dólares en ganancias a lo largo de cu carrera, según la revista Forbes, pero se estima que ha recaudado otros 465 en patrocinio de marcas comerciales y salario y al final de esta campaña la cifra se incrementará en otros 215 millones. Kobe no volverá, pero el negocio que rodea a un jugador eterno como él nunca se apagará.

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