El Barça recupera el trono de la ACB siete años después

El Barça, que olió la sangre de su eterno rival después de asaltar el WiZink Center el pasado domingo, saltó al parqué del Palau Blaugrana con la firme intención de no dar opción alguna a la esperanza blanca de llevar la serie final de vuelta a Madrid. Salió en tromba, primero con el 7-0 y ya continuación con el 16-5. Siete tiros intentados y siete aciertos azulgranas para comenzar. Ni cinco minutos habían transcurrido cuando Laso, fiel a su estilo, llamó a capítulo a los suyos ante la amenaza de que el duelo se rompiese ya en el primer cuarto. Hubo amago de reacción madridista a través del triple, esa faceta que de forma extraña a lo que es habitual, le fue adversa en el primer partido de la final.

Pareció reaccionar tímidamente el Madrid aupado por el acierto desde la larga distancia, pero fue un espejismo. Lo cierto es que al final del primer cuarto la distancia estaba en máximos (+11) y el segundo cuarto no hizo sino confirmar la superioridad azulgrana en todas las facetas. Mirotic y Calathes, dos habituales, acercaban el KO blanco, con 18 puntos de ventaja al descanso para el Barça que más allá de lo numérico, eran fiel reflejo de la sensación de que el 'playoff' caminaba directo hacia la resolución a las primeras de cambio.

Consciente de que sus únicas opciones pasaban por un parcial de salida en el tercer cuarto, el Madrid metió una marcha más, pero cada esfuerzo fue respondido por el enorme acierto de Mirotic, esta vez sí desatado en el día de la verdad y en la veintena de puntos con casi la mitad del duelo por delante. Con la otra pata del banco, Calathes, en perfecto estado, la cosa seguía en chino para el Madrid, incapaz de reducir la desventaja de los 20 puntos, un mundo a medida que iban transcurriendo los minutos.

A pesar de la dificultad, tiene este equipo de Laso un carácter competitivo incuestionable y de la mano del empuje físico de Tyus y la energía propia de la juventud de Alocén y Garuba todavía trató de remar para acercarse a 13 puntos. En esas apareció la leyenda, Pau Gasol, con cinco puntos consecutivos para acercar un poco más ese título que él mismo celebró hace dos décadas.

Una diferencia de 22 puntos y diez minutos por delante eran ya un paisaje distópico para el Madrid. Abalde le echó valor al asunto con 15 puntos, el tope de anotación visitante, al menos para tratar de acabar decorosamente, pero la suerte estaba echada con Mirotic engrosando sus lustrosos números hacía esa Liga ACB que se escapó la temporada pasada ante el Baskonia en la fase final exprés de Valencia pero que este curso, siete años después, vuelve a tener color azulgrana.