España se carga de moral ante la Eslovenia de Doncic

No era un partido cualquiera, sino un test de altura para calibrar el estado de la selección española después del revés con la renuncia de Ricky Rubio, y lo cierto es que el balance no puede ser más positivo. Y eso que la puesta en escena de Eslovenia fue impecable, con Doncic repartiendo juego y sus compañeros ejerciendo de francotiradores desde la distancia. El cuatro de cuatro en el triple esloveno en los primeros minutos fue un aviso de que el amistoso tenía poco de tal condición. Los Hernangómez trataban de responder como buenamente podían pero la ventaja visitante rondaba muy pronto los dobles dígitos (5-14).

Mientras Eslovenia seguía engrasada en el lanzamiento de tres España sufría un atasco ofensivo evidente, con el tiro libre como vía prácticamente exclusiva de anotación. Tampoco brillaba en defensa, donde la falta de agresividad disparaba las cifras de anotación eslovenas hasta los 25 puntos en apenas siete minutos.

Scariolo llamó a filas a los suyos y retocó su planteamiento a través de los cambios. Como casi siempre, la pizarra del italiano dio resultado y su equipo apretó en defensa y aprovechó el descanso de Doncic, la exuberancia física de Aldama y el trabajo de Willy Hernangómez en la pintura para recortar su desventaja a la mínima expresión (26-27) tras un primer parcial propio de competición oficial.

El duelo se convirtió entonces en un bonito toma y daca con el fenómeno Doncic mutando desde la condición de director de orquesta a interior. Así se las gasta la estrella de los Dallas Mavericks, un jugador casi imparable ya sea en la NBA o en baloncesto FIBA. El duelo superó el ecuador del segundo cuarto por los cauces de la máxima igualdad (37-37) y bajo una intensidad impropia de un amistoso. Excelente test preparatorio, de los que merecen la pena.

El atrevimiento de Juan Núñez, cuya presencia en la lista de doce final sigue ganando enteros al tratarse del único base puro junto a Alberto Díaz, y la excelente lectura de juego de Juancho Hernangómez arrojaron buenas noticias de la mano del arreón de España previo al descanso, que le sirvió para alcanzar el camino de los vestuarios diez arriba (51-41) y con muy buenas sensaciones.

La reanudación trajo consigo la cuarta falta de Doncic, de nuevo máximo anotador aunque peleado con el tiro libre. Bajo la amenaza de la eliminación la estrella eslovena no pudo contrarrestar el poderío interior de España. Entre Aldama y los Hernangómez impulsaron a una España intratable en la pintura y Abrines, que ejerció de microondas con cinco puntos consecutivos y un mate para la foto, hizo el resto para que la renta se mantuviese en los diez puntos antes del asalto final (73-63).

La selección española gestionó a la perfección su ventaja en los minutos decisivos. Otra buena señal de cara a la competición oficial. Sin Doncic, que arrojó la toalla desde el banquillo, el equipo de Scariolo se recreó e hizo las delicias del público del Martín Carpena de Málaga. Enloqueció la grada con la clase magistral defensiva de Alberto Díaz, uno de los suyos, y la fiesta fue total con el contundente 99-79 final. Es muy pronto para sacar conclusiones y queda preparación por delante para llegar en plenas condiciones al Mundial, pero de momento España ilusiona. El siguiente rival, la siempre temible aunque mortal Estados Unidos.