El Real Madrid despejó cualquier duda en su camino hacia la final de la Copa del Rey. Después de una toma de contacto con la competición muy sufrida, pues no solventó el cruce de cuartos ante el UCAM Murcia hasta los últimos minutos, metió ... la quinta marcha en el duelo semifinal contra el Valencia y pasó por encima del conjunto 'taronja' con un tercer cuarto de ensueño (32-16).
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Fue mejor el equipo de Chus Mateo en todos los aspectos del juego: rebotes, porcentaje en tiros de dos y de tres y asistencias. También contó con un amplio abanico de recursos, con los puntales de Poirier, Campazzo, Yabusele y Musa, todos ellos por encima de cualquier jugador adversario en valoración.
En el Valencia el mejor fue Brandon Davies, que reforzado por su regreso a la cancha triunfal en cuartos, exhibió su muñeca en un día en el que la pintura estaba muy cara con Tavares y Poirier enfrente. Metió los dos primeros triples intentados el ex del Barça, el tercero no, y una vez desaparecido ese asidero al Valencia le costó un mundo encontrar soluciones en ataque. Tavares y Yabusele blindaron el aro blanco y lo aprovechó el Madrid, muy certero en la canasta contraria, para abrir hueco en el marcador con un contundente parcial de 16-0 que obligó a Álex Mumbrú a parar el partido en busca de alternativas al atasco 'taronja'.
Real Madrid
Campazzo (10), Musa (18), Deck (9), Yabusele (14) y Tavares (7) –quinteto inicial–; Sergio Rodríguez (8), Llull (11), Causeur (–), Rudy Fernández (5), Abalde (–), Hezonja (3) y Poirier (10).
95
-
76
Valencia
Jovic (2), Chris Jones (9), Puerto (-), Inglis (5) y Davies (18) -quinteto inicial-; Pangos (-), Harper (7), López-Arostegui (12), Anderson (12), Claver (-), Ojeleye (9) y Pradilla (2).
Parciales: 23-17, 25-22, 32-16 y 15-21.
Árbitros: Peruga, Cortés y Castillo. Eliminado por cinco faltas Davies.
Incidencias: Primera semifinal de la Copa del Rey disputada en el Martín Carpena de Málaga.
Después de sufrir en su debut en Málaga, el favorito afinó su habitual mecanismo de precisión hasta alcanzar un suculento +13 que el Valencia maquilló antes de la primera pausa guiado por la combustión de Chris Jones, un generador exterior de garantías. Pese a la gran puesta en escena del Chacho Rodríguez en la dirección y el poder intimidador de Poirier bajo la tabla el Madrid bajó prestaciones con la rotación y el equipo naranja ganó terreno.
Se puso a tres el equipo de la Fonteta pero Sergio Llull, el máximo triplista en la historia de la Copa del Rey, estrenó su condición con un par de aciertos consecutivos desde la larga distancia para tranquilizar a su equipo, que además aprovechó el desconcierto del Valencia previo al descanso para mantener una iniciativa solvente en el partido.
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El mejor equipo de Europa durante la primera mitad de la temporada pisó el acelerador tras el paso por los vestuarios en un poderoso inicio. Se fue de quince el equipo de Chus Mateo y por si fuera poco, cargó con cuatro faltas personales a Davies, apartando de la batalla al mejor recurso interior 'taronja' hasta los últimos minutos. La sangría del equipo dirigido por Mumbrú en ese tramo de encuentro fue irreversible. Anotaron Musa y Campazzo e impuso su ley en el rebote un Real Madrid ya desatado hacia la final, pues alcanzó una máxima renta de hasta 25 puntos (77-50) en un tercer cuarto absolutamente devastador.
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José Manuel Andrés
La mejor versión del conjunto blanco, esa con la que viene arrasando en España y en Europa esta temporada, fue demasiado para un equipo desgastado por la batalla en cuartos contra el Gran Canaria, remontada y prórroga incluidas. En un torneo de distancias muy justas en la ronda anterior, el Madrid no solo alcanzó la final con suma comodidad, sino que también lanzó una advertencia, pues será muy difícil frenar al equipo merengue en la final a este nivel.
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Con el duelo ya prácticamente decidido Davies regresó al parqué. Junto a Justin Anderson tiró de orgullo para dar algo de vida a un partido que parecía muerto. Así maquilló el resultado el Valencia, hasta que el pívot estadounidense cometió su quinta falta y encaró el camino del banquillo. Ahí se detuvo la tímida reacción del conjunto levantino, que regresó a semifinales después de varios años de despedidas prematuras, pero no pudo frenar a un Madrid en progresión. Asustan los blancos antes de la gran final.
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