El Madrid entra en escena con más apuros de los previstos

Y es que la Copa se puso en marcha fiel a su estilo, con la emoción propia del torneo en el que todo es posible. Y eso que el Murcia pecó de fallón en el comienzo. Le costó arrancar y recibió un parcial inicial de 0-6 hasta que Sleva le quitó los nervios con un 3+1 muy valioso en lo anímico. El conjunto Sito Alonso ajustó sus piezas y Todorovic asumió la responsabilidad como referencia interior murciana en sustitución del añorado Birgander, exhibiendo también muñeca desde la distancia.

El Murcia logró igualar rápido el partido (11-11), pero su abuso del triple, la entrada en escena de la potente unidad B madridista, el impoluto acierto merengue desde la línea de tiros libres y las primeras dosis de magia de Campazzo, como siempre muy activo y rápido de manos en defensa, propiciaron otra escapada, hasta el +8 al final del primer cuarto (25-17).

El comienzo del segundo parcial del UCAM al menos frenó el arreón del Madrid, pero a costa de cargar al equipo pimentonero de faltas. Se esperaba la entrada en escena de Hezonja, un lujo desde el banquillo, y el croata apareció a lo grande, con 12 puntos en un visto y no visto, 3 rebotes defensivos y una carta de tiro más que notable. Así se las gasta Super Mario, protagonista de un gran segundo cuarto del Madrid, que sin Campazzo ni Tavares sobre el parqué rompió el duelo inaugural de la Copa del Rey con un +15 (42-27) a minuto y medio del descanso. Todorovic salió al rescate de los suyos para enfilar el camino de los vestuarios 'solo' 10 puntos abajo.

De la pausa volvió el duelo trabado, lento. Muchas faltas, parones para la revisión arbitral del Instant Replay y escaso ritmo de juego. El Murcia le echó arrestos para no irse del partido haciendo la goma. Cinco puntos consecutivos de Dustin Sleva y el acierto en el triple rebajaron la diferencia al exiguo +5 blanco (55-49) y abrieron de nuevo el partido, haciendo soñar a la hinchada murciana, la más numerosa en el primer día de Copa en Málaga.

Soñó el equipo de Sito Alonso con el carisma del atleta Dylan Ennis y sus mates, al grito del «Sí se puede» en el Carpena. Chus Mateo llamó a los suyos a capítulo con un inquietante 56-53 en el marcador y un partido prácticamente nuevo ya en la recta final del tercer cuarto. A partir de ahí intercambio de golpes.

Ya en la pomada de los últimos diez minutos emergió el sobrenatural don de Sergio Llull para los tiros de la verdad. Siempre se les espera en las grandes citas y un acierto de tres del menorquín estiró otra vez la red blanca hasta los diez puntos (66-56). No estaba todo escrito, pues otro parcial de 0-6 para el UCAM Murcia amenazó con un final de infarto. De nuevo triple de Llull, el Increíble, el hombre en busca de su séptima corona en la Copa del Rey, pero enfrente el carácter indomable del Murcia, ahora comandado por Howard Sant-Roos. Seis puntos seguidos del cubano encendieron todas las alarmas en el Madrid (72-70).

Se acercaba el final y el duelo a priori más desequilibrado de los cuartos se había convertido en un 'thriller', un emocionante duelo final individualizado en las figuras de Campazzo y Ennis. El argentino, ex del Murcia, ejerció de líder, tal y como se espera de un gran candidato a MVP del torneo, y respondió a cada andanada del canadiense. Ese toma y daca preservó la corta pero valiosa renta del Madrid, con el Murcia lastrado por las faltas, que mandaron al banquillo a Todorovic y Rodions Kurucs. El favorito sigue adelante en el torneo pero deberá ir a más para cumplir con los pronósticos.