El Valencia despide al campeón

Como defensor de la Copa, no era despedido el Barça en la primera eliminatoria desde 2008, cuando cayó en cuartos ante el Bilbao, en lo que fue un sorpresón en el Buesa Arena de Vitoria. Menos inesperada fue su derrota frente al Valencia en el Martín Carpena, aunque al fin y al cabo fue una auténtica campanada, protagonizada por un equipo taronja que fue mejor durante la gran parte del duelo, decidido al final, a menos de dos segundos de la bocina, por un rebote ofensivo de Alberto Abalde. El alero gallego se hizo gigante en ese momento de gloria ante las torres azulgranas, insuficientes para frenar durante un intenso duelo a Mike Tobey (16 puntos para 22 de valoración), principal ejecutor de un Barcelona demasiado irregular e inconsistente que, sin un base clarividente, porque Svetislav Pesic otorgó mucho tiempo en la dirección a Adam Hanga, dependió en exceso de Mirotic y lo pagó.

En ese final de infarto triunfó quien más lo mereció a lo largo de todo el encuentro y el Barça se despidió así de la posibilidad de una tercera Copa consecutiva, un reto que logró por última vez hace 40 años, porque el Valencia de Jaume Ponsarnau, con la experiencia de sinsabores anteriores, aunque siempre había competido ante los azulgranas, tuvo temple y carácter suficientes para decantar el choque a su favor en el momento de la verdad. Lo consiguió con mucho sufrimiento y así le supo mejor el triunfo, para vengarse de paso de la eliminación en cuartos de la pasada Copa del Rey ante un campeón que tiró de orgullo pero no le bastó, porque estuvo muy escaso de juego y de continuidad. Con Mirotic (25 puntos, ocho rebotes y 24 valoración) y Claver (15 puntos, cuatro capturas y 20 de valoración) sin compañía poco pudo hacer el poderoso, porque el Valencia fue mucho más bloque.

Después de una ruleta rusa en la primera parte, con un 0-20 de parcial del Valencia para pasar de 18-12 a 18-32, y de una posterior respuesta del Barça de 20-6, hasta empatar (38-38) casi al término del descanso, emergió Mirotic al inició del tercer cuarto con 10 puntos, para poner de nuevo en ventaja de dos a los azulgranas. Sin embargo, el hispano-montenegrino se fue al banquillo cuando el Valencia ya había reaccionado y se creció aún más al ver que enfrente no estaba la gran estrella culé y que el Barcelona no dejaba de cometer fallos. Cuando volvió a la cancha fue Labeyrie quien se encargó de frenarle y la apuesta le salió redonda al Valencia, aunque tuvo que padecer hasta el pitido final ante el talento individual de los azulgranas.