Medina vale una salvación

El conjunto catalán se jugaba la vida y salió a muerte a por el partido. Guiados por González y Martínez, pronto consiguieron rentas importantes. En el minuto 3, los locales comandaban por 11-6 y el marcador se disparaba hasta el 19-11 con seis minutos jugados.

Al final del primer acto, los leoneses lograron recuperarse en el marcador y lograron reducir la desventaja hasta el 23-19.

El paso por banquillos surtió efecto en el bando visitante. Lacunza lograba una canasta que daba la vuelta al marcador, con un 0-5, y ponía el 23-24.

Poco a poco el equipo de Bernardo Álvarez recuperaba las sensaciones del primer cuarto. Gloyd y Hernández devolvían el parcial, en el minuto 18, y rozaban la máxima diferencia del encuentro, 43-44. Al descanso, Tarragona mantenía su ventaja (47-41) tras dos primeros tiempos con mucha efectividad en ataque.

El guión se repetía tras el tiempo en vestuarios. La arenga de Jareño ponía a sus jugadores firmes sobre la pista catalana y Agustinos reducía distancias hasta el 52-51 en el minuto 25.

La goma se estiraba y comprimía una y otra vez, aunque el conjunto local nunca tuvo opciones de romperla. Quizá por ello, el desgaste psicológico se empezaba a dejar notar en el bando tarraconense y los nervios se apoderaban de los lanzamientos.

Se encaraba el último cuarto con 62-57 en el marcador. Aparecían de nuevo los desatascadores de CB Tarragona y lograban dos triples que acercaban la victoria cuando Agustinos ya respiraba en la nuca de su rival. Martínez con seis puntos consecutivos llevaba el tanteador hasta el 75-69 para entrar en los últimos cinco minutos.

Fue entonces cuando el cuadro leonés sacó su traca final para desplumar a su rival. Medina cogió las riendas del equipo y daba la vuelta al electrónico, 77-78, en un abrir y cerrar de ojos.

Con todo igualado se llegaba a los instantes finales. A falta de 1:06, Dieng lograba un mate que ponía el marcador en 83-85. Respondía Gloyd en la otra canasta y el empate, 85-85, hacía planear la sombra de la prórroga.

Las manos parecían mermar en ambos equipos. Tarragona se jugaba la vida; Agustinos la tranquilidad. Y apareció la magia de José Antonio Medina. Él se la jugó y él se la comió. Provocó una falta, con cuatro segundos por jugar, y se dirigió al tiro libre. Erró el primero, pero no se puso nervioso y convertía el segundo que daba la victoria a Agustinos.

Con este triunfo, el equipo leonés logra matemáticamente la salvación y se sitúa a un solo triunfo del play off. Precisamente, su próximo rival ocupa esa plaza y el Palacio Municipal de los Deportes de León vivirá una jornada con aroma de antaño.