La pareja que devuelve la gloria al peso leonés

La historia del atletismo leonés siempre ha guardado un hueco especial al lanzamiento de peso donde dos nombres, Margarita Ramos y Manolo Martínez, han impulsado esta modalidad y, a la par, el nombre de la ciudad de León como centro neurálgico nacional de esta disciplina.

Después de la retirada de ambos, en momentos muy diferentes, León parecía quedar 'huérfano' en el lanzamiento de peso, pero una pareja se ha propuesto devolver a la ciudad y a su atletismo a la primera plana del lanzamiento de peso.

Una pareja, Mónica Borraz y Dani Pardo, que entre otras cosas comparten ser dos de los grandes referentes nacionales del lanzamiento de peso, han regresado de los Campeonatos de España de Atletismo que se han celebrado en Madrid con una medalla de bronce cada uno que, sumada a la presea de este mismo metal conseguida por el relevo 4x400 metros femenino del Sprint, son el botín de la delegación leonesa en esta cita.

Para ambos ha sido un colofón muy especial a una temporada muy difícil. Para Mónica Borraz ha sido el año de su consagración, ya que a este primer podio en unos Campeonatos de España de Atletismo al aire libre se suma el bronce que logró en marzo en los nacionales 'indoor' de Ourense: «Ha sido un año muy gafe en general, pero me ha venido bien a nivel deportivo».

Este bronce logrado en Madrid supone «una motivación extra» para Borraz de cara a las próximas temporadas y también se siente «orgullosa» de haber superado toda la presión vivida durante la pandemia, volver a empezar a entrenar de cero y llegar «más o menos bien» a esta cita.

Y es que el confinamiento fue muy duro para la lanzadora leonesa, que vive «en un piso pequeño, sin medios ni espacio». «La motivación desapareció y con el paso de los días no hacía nada, a lo que se sumó la cantidad de trabajo de la universidad. Retomé la motivación cuando se pudo salir de casa de nuevo, empecé a disfrutar y trabajé mucho para llegar a este campeonato en forma», explica.

También ha sido un año complicado, y este un culmen casi ideal, para Dani Pardo, pero por motivos diferentes. En febrero, el lanzador se operó de su rodilla y el confinamiento le pilló en mitad de la rehabilitación. «Con todo lo que he pasado, esta es mi gran victoria. No es un oro, pero como si lo fuese. Sabe a ello», señala a leonoticias.

El estar encerrado en casa durante su recuperación fue «un gran paso atrás» y tuvo que entrenar «con dos gomas, mucha imaginación y con videollamadas con mi fisio».

Durante la competición, ambos lograron el lanzamiento que les dio el bronce en el quinto intento. Borraz reconoce que empezó el concurso «con una marca discreta, pero válida», lo que le hizo ganar confianza, que se esfumó poco a poco, con varios nulos. Pero, en ese momento, recordó al cántabro Carlos Tobalina, que también entrenar en el CAR de León, y a su padre, que le dice que «siempre hay que gritar». «Y grité, y eso me hizo que me subiera la adrenalina y me saliera un lanzamiento bueno que pensé que había sido mejor, pero me valió para ser bronce», explica.

Por su parte, Pardo vivió una competición muy emocionante, a la que acudió sin presión y con el único propósito de «disfrutar». Pero, destaca el leonés, «una vez que te metes en competición, quieres más». «El dolor me impedió estar bien, pero me propuse marchar con medalla y llegó en el quinto tiro. Tendría que haber parado en el último, porque tenía muchas molestias, pero no lo hice», sostiene.

En este sentido, el lanzador leonés duda de si esta es la medalla más especial de las tres que posee (plata en 2018 y bronce en 2019), pero se queda con la del pasado año, en una temporada difícil. «Trabajaba en la mina - en el desmantelamiento de la explotación de Tabliza, en Llombera de Gordón - y tenía mucho cansancio acumulado. Había días que ni podía entrenar y llegué al Campeonato de España sin haber lanzado más de 18 metros, pero allí lo hice. Este año también es especial», explica.

Ninguno de los dos comenzó haciendo lanzamiento de peso en sus inicios, si bien es cierto que, una vez que lo probaron y vieron que lograban grandes resultados, se quedaron con él. Borraz probó todos los lanzamientos, incluso encontró mucho gusto por el disco, pero una vez que empezó a ganar campeonatos autonómicos de peso, se decantó por la modalidad: «Me empezaba a llamar lo de ganar medallas y es donde he encontrado mi hueco».

Más 'radical' fue el cambio de Dani Pardo, que era velocista en sus primeros tiempos, llegando a ser medallista autonómico de bronce en los 60 metros lisos. «A la par que fue creciendo, mi cuerpo cambió y me gustaba lanzar. En el peso empecé a ganar con cierta regularidad y me quedé en esta prueba», explica.

Ambos coinciden también en señalar la influencia de las figuras de Manolo Martínez y Margarita Ramos en su afición por el atletismo y en la del entrenador Carlos Burón para lograr que León nsea un 'músculo' del lanzamiento de peso. «Casi todos los grandes lanzadores han pasado por sus manos. Su historia, la de Manolo y Margarita se ha inculcado en los más pequeños y esperemos que siga así. También ayuda a ello una instalación del nivel del CAR», aseguran.

Después de devolver a León un 'doblete' de medallas en lanzamiento de peso, algo que no sucedía al aire libre desde 1998 cuando lo consiguieron Margarita Ramos y Manolo Martínez, Mónica Borraz y Dani Pardo quieren seguir soñando y crecer en su deporte. Ser olímpicos o internacionales absolutos está ahí, en su mente, aunque saben que antes deben de seguir dando pasos que, quizá, también den juntos.

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