El Abanca Ademar tira de corazón para superar las dificultades

Finalmente, a base de un corazón enorme, con el serbio jugando cojo, con Jaime Fernández con molestias y sin cambios en los extremos ni en la primera línea, los leoneses sacaron ese ADN marista para ganar (30-32) y llevarse un triunfo de enorme valor.

En el Abanca Ademar sabían que se enfrentaban a un partido trampa y lo comprobaron desde el inicio. Una portentosa salida de Sinfín dio un buen colchón a los cántabros que, con un parcial 4-1 de salida, marcaron el ritmo ante un impreciso conjunto marista.

Los santanderinos, muy eficaces en el lanzamiento desde nueve metros, penalizaron a una defensa ademarista ciertamente timorata y hundida que no salía a tapar los lanzamientos de una primera línea local que lució en los primeros minutos. En ataque, las imprecisiones y la precipitación impidieron a los de Cadenas aguantar el ritmo goleador.

Le tocó remontar al Abanca Ademar, que llegó a estar cinco goles por debajo de Sinfín y donde el carácter y el corazón de los leoneses, carentes de efectivos especialmente en la primera línea y con un Jaime Fernández entre algodones, tenían que remontar.

Los de Cadenas hicieron el 'acordeón' en el marcador, sin poder correr a la contra, debido a que la portería y la defensa no estaban funcionando, y sobreviviendo a base de individualidades en el ataque posicional, pero sin un juego coral que lograra encontrar huecos con facilidad en el 5-1 de Sinfín.

Probó Cadenas a cambiar al inquilino de la portería, dando entrada a Panos, pero sin resultado. Pese a todo, el Abanca Ademar seguía en partido, empezó a mejorar en ataque ante un Sinfín que comenzó a padecer la fatiga del alto ritmo impuesto. También tuvo problemas el cuadro marista, que vio como se producía una nueva lesión que dejaba a Milosavljevic sin poder participar más con una dolencia en el tobillo.

Los leoneses lograron empatar en el tramo final de la primera mitad, pero en la última acción antes del descanso, los cántabros mantuvieron su ventaja (18-17). La vía hacia la victoria estaba clara: mejorar la defensa.

La mejor noticia en el inicio de la segunda mitad fue ver en cancha a Milosavljevic, aunque cojeando. El Abanca Ademar logró dar la vuelta al marcador y empatar el choque en los primeros compases de la reanudación.

El partido se vio envuelto en un carrusel de igualdad, donde la defensa de Abanca Ademar metió más piernas a sus acciones y donde Panos comenzó a tocar más balones. En ataque, Milosavljevic tiró de casta para continuar en partido pese a sus notorias molestias y ayudar con la dirección de juego y el lanzamiento.

La igualdad fue predominante en el resto del partido, donde Sinfín se negó a que el Abanca Ademar impusiera la lógica de los pronósticos previos y los maristas no querían dar su brazo a torcer pese a las dificultades ocasionadas por las lesiones y los distintos problemas que se habían ido encontrando.

Lo cierto es que la tensión del partido hizo que los brazos de los jugadores de ambos equipos se acortaran, no se lanzaran tanto, y el marcador no era tan amplio como en la primera mitad. Panos se hizo grande en los últimos minutos, con el Abanca Ademar por delante y Virbauskas, con un golazo en el aire atento a un rechace a lanzamiento de Gonzalo, dejó el triunfo en el bando ademarista.