Una reacción tardía prolonga el bache ademarista

Una reacción liderada por Juan Castro, capitán en especial para los malos momentos, donde no duda en tomar la responsabilidad, casi obra el milagro, pero esta 'rebelión' se produjo sin tiempo suficiente para completar la remontada y evitar que el Abanca Ademar encadene su tercera derrota consecutiva.

Bathco BM Torrelavega

Mijuskovic; Rubiño (5); Paredes, Isi Martínez (5), Lombilla (1), Oswaldo (4), Javi Muñoz (5) - siete inicial - Calle, Adri Fernández (1), Moreno, Ramos, Aja, Cangiani (5), Jurkovic, Casanova (4), Czaplinski (1)

31

-

30

Abanca Ademar

Saeid; Darío Sanz (1), Milosalvjevic (2), Castro (8), Alberto Martín (3), Wasiak (2), Carlos Álvarez (9) - siete inicial - Kilian Ramírez, Miñambres, Casqueiro (1), Oliveira, Rodri Pérez (2), Zapico, Adeino, Popovic, Santista (2)

• Parciales 4-1, 5-5, 7-9, 11-11, 13-12, 13-14 (descanso), 16-16, 21-19, 25-21, 28-24, 30-26, 31-30 (final).

• Árbitros Zaragueta Ruiz y Oyarzun Aylagas. Excluyeron a Moreno, Oswaldo y a Isi Martínez por parte del BM Torrelavega y a Santista por parte del Abanca Ademar.

• Incidencias Pabellón Vicente Trueba. Jornada 13 de la Liga Plenitude Asobal.

Atascado. Así empezó el partido el Abanca Ademar, que no encontró ni fluidez ni continuidad en un ataque que se topó con dificultades. De esta manera, con Torrelavega creciendo desde la defensa, la primero que se encontró el equipo de Dani Gordó fue una cuesta a escalar.

Los cántabros, dirigidos desde el puesto de central por el leonés Isi Martínez, colocaron un parcial 4-1 en los primeros cinco minutos de partido. Pero el equipo marista reaccionó.

Lo hizo comandado por un Carlos Álvarez que mantiene esa tendencia que se está viviendo en las últimas temporadas en el Abanca Ademar de tener en el extremo derecho un filón ofensivo. El pontevedrés, que anotó los primeros cuatro goles del conjunto leonés, lideró esa reacción marista que, con un parcial 0-4, dio la vuelta al marcador (4-5).

El partido ya estaba en un escenario más predecible, el de un encuentro igualado entre dos equipos de un nivel, teóricamente, relativamente parejo. El Abanca Ademar, impulsado por su dinámica en el propio encontró, se mostró más cómodo.

A ello colaboró una defensa intensa, de muchas piernas, y un Saeid brillante por momentos, que abrió la puerta del contragolpe a los leoneses para colocar el 6-8 y obligar a Álex Mozas a pedir tiempo muerto.

Los cántabros, con el Abanca Ademar viviendo su mejor momento del partido, se agarraron al encuentro como pudieron, con tesón más que con juego, y no dejaron a los de Dani Gordo irse más allá de los tres goles (7-10) de ventaja.

Los torrelaveguenses aguardaron su momento para golpear. Cimentados en la defensa, cortocircuitando de nuevo el ataque posicional marista con una defensa 6-0 muy cerrada y muy trabajadora, los cántabros fueron trancando puertas y ventanas en torno a su portería para construir un parcial 4-1 que les devolvió la ventaja.

Era un partido de rachas, de dinámicas. Y Dani Gordo, con Torrelavega (13-11) con dos goles de renta, tuvo que parar la inercia local con un tiempo muerto. Fue una gran decisión, que levantó a los maristas.

Los leoneses lograron empatar desde los siete metros, por medio de Juan Castro, en una acción donde Santista sacó también la exclusión de Alonso Moreno que, a la postre, facilitaría el gol de Carlos Álvarez al contragolpe para que los leoneses se fueran por delante al descanso (13-14).

La segunda mitad comenzó con muchos goles. Ataques dinámicos y lanzamientos rápidos y precisos marcaron una reanudación igualada, con el empate o la renta ademarista por la mínima como tónica de estos minutos a nivel de resultado.

Pero la tendencia en estos minutos era favorable a los cántabros. Torrelavega se puso por delante (17-16) y, ni siquiera la exclusión de Isi Martínez frenó a los de Álex Mozas, que en ese periodo de inferioridad numérica, ampliaron, incluso, su ventaja (20-18).

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Nada salía en el conjunto marista. Pérdidas inexplicables y un ataque sin soluciones manitaban a los de Dani Gordo que, en defensa, se vieron totalmente superados por un Torrelavega que estaba aprovechando sobremanera su inercia: llegaron a los cinco goles de ventaja (24-19).

La montaña a escalar ya era importante. El equipo leonés tenía que detener, en primer lugar, la sangría defensiva. Pero los cambios en defensa y en portería no daban resultado y, sin evitar que el ritmo goleador de los naranjas se mantuviera, aspirar a la remontada era una quimera.

La fe y el ADN ademarista impidió que los de Dani Gordo bajaran los brazos, llegando a entrar en los últims cuatro minutos a tres goles de los cántabros (30-27), con Juan Castro tirando del carro en estos minutos de dificultad.

Con Casqueiro defendiendo en el avanzado y las dudas ahora en el cuadro cántabro, los leoneses se colocaron a dos goles y Milosavljevic tuvo la oportunidad de comprimir aún más el marcador, pero se topó con Calle. Pero Saeid surgió de nuevo para propiciar un contragolpe que Alberto Martín transformó en el 30-29. Había partido con un minuto por delante.

Rubiño marcó en ese último minuto, dejando ya sin opciones a los maristas. Alberto Martín intentó, de nuevo, dar vida a los de Dani Gordo que, sin balón y con ocho segundos por delante, se quedaron sin tiempo para completar la remontada que les deja, prácticamente, sin opciones de estar en la Copa de España.