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Es la peor etapa en las últimas décadas del Abanca Ademar. No hay duda de ello, con datos irrefutables como los números defensivos, la posición en la tabla y las sensaciones de un juego que dista mucho de lo que exige el escudo, la camiseta ... y la historia del club marista.
Son muchos los tropiezo, muchas las derrotas ante rivales, teóricamente, inferiores, que sumen entre la preocupación y el desencanto a una afición que, habituada a pelear por las posiciones europeas, se ve muy cerca del descenso y a años luz de los puestos que dan acceso a las competiciones continentales.
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Carlos Peralta
Las apuestas arriesgadas, el desconocimiento de la situación que vive el equipo y el bajo rendimiento de jugadores que, en teoría, tenían que ser capitales, son algunas de las razones que explican la catastrófica temporada del Abanca Ademar, un club al que, a estas alturas, se le exigía estar en Copa Asobal, pero que ahora se centra en resolver sus problemas.
En, sin duda, la madre del cordero. El Abanca Ademar ha mostrado ser un equipo endeble, pobre y sin soluciones en defensa, superado por todos los equipos de la categoría y rebasando, en la gran mayoría de los partidos, los 30 tantos encajados. Estos insostenibles números le convierten en la peor defensa de la Liga Sacyr Asobal, con 452 goles recibidos, mal del que no escapó ante Benidorm (que anotó 39 dianas) pese a ser uno de los equipos con cifras goleadoras más bajas.
Este término utilizado en el tenis se adapta perfectamente a lo que le sucede al ataque marista. Las pérdidas a la hora de construir juego o la multitud de faltas de ataque que, algunos jugadores, por la mezcla de no saber qué hacer o de precipitación, minan a un equipo que, además, cuenta con pocos recursos ofensivos. Esto también genera contragolpes que provocan goles 'fáciles' al rival. Una pescadilla que se muerde la cola.
La confección de la plantilla de este Abanca Ademar fue un cúmulo de apuestas donde el colchón de confianza era grande por el buen ojo de Manolo Cadenas para encontrar 'diamantes' y su capacidad para sacar el máximo rendimiento a los jugadores. Pero no dejaba de ser exótico un mercado en el que se apostaba por jugadores griegos, coreanos, brasileños o lituanos. A la vista de los hechos, las apuestas han sido fallidas, con jugadores que no están a la altura de lo que se exige en el Abanca Ademar.
Sólo los jugadores de la casa (Gonzalo, Jaime Fernández, Antonio Martínez y Casqueiro) se salvan de una crítica generalizada donde prácticamente la totalidad de la plantilla del Abanca Ademar ha rendido por debajo de lo esperado. Jugadores de los que se esperaba un importante aporte, ya sea goleador, defensivo o en calidad de líderes, no han asumido ese rol, que Cadenas está echando en falta.
Ni la plantilla ni la afición están habituados a convivir con la amenaza del descenso. Y esto genera un plus de ansiedad, de agobio y de presión que, en el Abanca Ademar, no se experimenta desde hace décadas. Esto también afecta a una plantilla que, además de no encontrar ni soluciones ni sensaciones, las busca de forma más desesperada, con todo lo que ello conlleva: errores, precipitación y más ansiedad.
Muchas veces, actuaciones brillantes de los metas salvan partidos. Pero, salvo contadas excepciones, la portería del Abanca Ademar no ha lucido con luz propia. Es más, ha dejado mucho que desear. Bomastar y Panos no han sido esos 'muros' que siempre ha tenido el conjunto leonés en las últimas temporadas, además de haber estado poco 'apoyados' por la defensa.
La sensación de que muchos jugadores van por libre es una constante en un equipo al que todavía le falta esa coordinación, ese entenderse sobre la cancha para intuir hacia dónde se va a mover el compañero, hacia dónde dar el pase o qué acción realizar. Lanzamientos precipitados, pases a destiempo y pérdidas de balón son algunas de las consecuencias de esta situación, que llega a ser desesperante especialmente en ataque.
Y, claro está, ver a un Abanca Ademar tan débil ocasiona que los rivales se crezcan. Porque una victoria ante el conjunto marista es un botín muy interesante a lo largo de una temporada y muchos equipos que, en otras ocasiones, lo veían casi como escalar el Everest, ahora lo consideran asequible. Es por ello que clubes como Cangas, Nava o Benidorm han logrado victorias de tronío ante los leoneses que, o nunca habían conseguido, o llevaban tiempo sin alcanzar.
Es una evidencia que en la plantilla marista faltan efectivos y jugadores de mayor nivel. La lesión de Jozinovic aceleró la operación para traer a Kim y no dejar 'desnudo' un lateral derecho que es el gran rompecabezas de un Abanca Ademar que está dispuesto a reforzar, especialmente, la primera línea del equipo con dos o tres incorporaciones para la segunda vuelta. Son más que necesarias.
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