Jaime Fernández se despide de León: «Seré un ademarista más toda mi vida»

«Estaba tranquilo todo el día, e incluso en el partido, pero quería despedirme con un gol e, incluso, me ansié. Luego fue emotivo despedirme de la afición, de León y de mis compañeros sintiendo tanto cariño», ha señalado.

Fernández ha repasado sus inicios en el balonmano, al que se aficionó porque iba a ver entrenar a su hermano, David, mayor que él y, al final, acababa entrando en las actividad. Con unos seis años empezó, compaginándolo con el fútbol en el Puente Castro hasta que tuvo que decidir al acabar la etapa infantil, decantándose por el balonmano: «Tomé una buena decisión, no sólo por llegar a ser profesional, sino por todo lo que me ha dado este deporte».

El leonés debutó con 17 años, en la temporada 2014/15, a raíz de la grave lesión de rodilla de Mario López a extremo cambiado, en el lado derecho, con Dani Gordo en el banquillo, y Rafa Guijosa reafirmó su confianza en él, empezando como tercer extremo en el lado izquierdo pero ganando protagonismo poco a poco al lado de Juanín o Carrillo: «Ha sido un lujo poder aprender de ellos».

El balonmano le ha dado mucho, pero también le ha quitado «momentos» en muchos veranos, Navidades o, por ejemplo, la oportunidad de irse de Erasmus: «Sólo se ve el lado bonito, pero todo tiene su otra cara. En la balanza, pesa más lo positivo».

Jaime Fernández reconoce que nunca imaginó una etapa así en el Abanca Ademar, llegando a ser capitán, y afirma que con Casqueiro y Darío Sanz, la posición queda en buenas manos: «Casqueiro ha mejorado muchísimo y puede aportar mucho defendiendo de segundo, algo que yo no podía hacer. Y Darío tiene mucha calidad, he hablado con él y puede hacerlo muy bien».

Reconoce que desde Alemania seguirá el Abanca Ademar «como un aficionado más, apoyando en cada partido» y verá todos los encuentros que pueda, además de afirmar que echará de menos León, su ambiente y la gente que deja en la ciudad.

Respecto a la temporada, reconoce que era un «reto complicado» conjuntar a tanta gente nueva y joven y que tras la Supercopa pensaron que podían hacer un buen papel, pero la primera vuelta fue «mala» y llegaron a pensar en la posibilidad real de descender. «Pero el partido ante Puente Genil nos dio mucha vida y acabamos soñando con Europa», ha expresado.

Por último, Fernández ha reconocido la dificultad de la labor de capitán en esta temporada, pero se ha encontrado un vestuario con «gran predisposición» y donde hombres como Gonzalo, Casqueiro o Semedo ayudaron mucho para hacer piña.