Un inmenso Juan Castro lleva en volandas al Ademar en la Copa del Rey

El inicio del encuentro marcó todo el encuentro. Con 1-7 en el electrónico la sensación general era la de que el encuentro se había terminado antes de comenzar.

Cadenás, en todo caso, nunca se confirma. «Intensidad», gritaba a su plantel que estaba por delante en todas las fases del juego. No había una acción en la que no apareciera el escudo marista, así que contodo el viaje fue plácido hasta alcanzar el descanso.

Castro hizo trizas a sus rivales, Santista fue un titán y el resto del equipo no bajó el pulso del encuentro en ningún instante. Cuando se llegó al descanso todo estaba dicho (12-20).

Para el equipo local nunca hubo opciones de nada. Y cuando lo intentaba Saeid Barkordari imponía su ley en la portería y tanto Castro como Zanas Virbauskas activaban a los suyos. Realmente, hubo momentos de maestría sobre la cancha de juego.

Todo lo bueno que se podía decir del Ademar en la primera mitad se mantuvo en la segunda. Ni un ápice de relax, ni un momento para bajar las revoluciones. Y así el equipo tomó distancia sin descanso (20-32) hasta alcanza un punto y final realmente previsible (23-35).

En la grada nadie hizo preguntas sobre un encuentro cuya historia tenía un nombre propio: la hazaña de Juan Castro. Tanto, que a la conclusión se le reconocía como el mejor jugador del encuentro.

«El mérito es del equipo», sentenciaba. Y lo era, pero al frente del plantel está un capitán con galones que ha dejado en la cancha sus señas de identidad.