No hay nada como el hogar

El partido comenzó marcado por las imprecisiones de ambos conjuntos. Juan del Arco lanzó un balón varios metros por encima de la meta de Ademar, que como de costumbre comenzaba defendida por Saeid Barkhordari. Luego le llegó el turno a Ademar de perder la pelota, error que fue respondido de la misma manera por parte de Balonmano Cangas. En los tres primeros minutos de partido se contaban más balones perdidos que goles.

Santista empezó con tres goles casi seguidos para poner a Ademar 4-2, pero el conjunto gallego supo responder gracias a un gran Brais González. En cuatro zarpazos voltearon el marcador (4-6) obligando a pedir tiempo muerto a Daniel Gordo.

Le sentó bien el parón a Ademar, que con Juan Castro a los mandos empezó la remontada que le sirvió para irse hasta los cuatro goles arriba en varios momentos: 11-7 en el minuto 16; 13-9 en el minuto 20 y 14-11 en el minuto 22. Siempre que Ademar parecía que se iba a escapar en el resultado, los de Balonmano Cangas eran capaces de recortar distancias.

Ya fuera por regresar a casa o por enfrentarse a un rival que no está cuajando un buen inicio de curso, Ademar se mostró bastante cómo tanto en fase defensiva como en defensiva. En el apartado goleador, el equipo de León lograba producir con todo su abanico de armas: lanzamientos de 8 metros de Milosavljevic, Castro y Pérez, internadas desde la esquina de Casqueiro y lucha en el pivote a través de Alberto Martín y Santista. En lo tocante a la defensa, Saeid hizo un partido como hacía tiempo no se le recordaba, siendo decisivo en los disparos largos y también en el uno contra uno. El iraní se permitió hasta anotar un gol de su portería cuando Balonmano Cangas atacaba con seis por haber sufrido una exclusión.

La primera mitad finalizó con un resultado de 20-16, pero la sensación fue de que el encuentro se desarrollaba por los cauces que deseaba el conjunto de casa. El inicio de la segunda mitad refrendó esa sensación que se palpaba sobre el parqué. En apenas diez minutos de juego, los leoneses obtuvieron una ventaja de ocho goles (28-20) que fueron más que suficientes para sentenciar el encuentro.

Ni siquiera la exclusión de Juan castro en el minuto 47 fue suficiente para que los de Pontevedra lograsen reducir distancias. La tendencia en el marcador ya se había impuesto y los marista bombardeaban la portería de Carvalho inmisericordemente. Los goles se repartían entre Castro, Milosavljevic, Pérez y Santista, sobre todo.

Por parte de Balonmano Cangas, Montero y Dorado asumieron la faceta anotadora, pero a un ritmo y con un acierto que hacía imposible soñar ni siquiera con acercarse al equipo de Daniel Gordo. El encuentro finalizó con un contundente 39-27 que hacía justicia con lo que se vio sobre el terreno de juego.