Un empate que sabe a poco

Aunque, a priori, no es mal empate, la realidad es que el Abanca Ademar dejó a sus aficionados con la miel en los labios en el choque ante BM Torrelavega (23-23). Los maristas dominaron la gran mayoría del encuentro desde una sólida defensa ante el atasco cántabro y, de hecho, consiguieron una valiosa ventaja de tres tantos a falta de diez minutos.

A pesar de ello, los compases posteriores dibujaron una debilidad en la defensa ademarista y, a pesar de que un gran Álvaro Pérez pudo cerrar su papel evitando el empate desde los siete metros, todo quedó finalmente en tablas.

Con pocos días para preparar el encuentro tras la disputa el pasado jueves del encuentro aplazado ante el FC Barcelona, Dani Gordo recuperó para la causa a Marwan y Adrián Fernández, que llegaban tocados a un duelo al que no llegó Rubén Rozada.

El Abanca Ademar debía sobreponerse a un equipo con muchas virtudes como es Torrelavega que, además, estaría respaldado por su gente en un encuentro donde el club local realizó una promoción de entradas para llenar las gradas del Vicente Trueba y convertir el pabellón en una caldera.

La tarde empezó con un contratiempo para Torrelavega, que perdió por enfermedad a Prokop, máximo goleador de los cántabros y uno de los mayores exponentes ofensivos de la categoría. El técnico ademarist, por su parte, dispuso a Rodrigo Pérez para comandar la dirección de juego visitante en los primeros instantes.

Como era de esperar por el potencial defensivo de ambos conjuntos, las defensas se impusieron durante la primera mitad. Aprovechando un contragolpe, el equipo de Jacobo Cuétara puso el tanto inicial superados los dos primeros minutos del duelo. El posicional marista no terminaba de carburar, obligando a la primera línea a actuar desde el tiro exterior para no descolgarse en el marcador (3-2).

La banda izquierda, defendida en el inicio por Marwan y Darío Sanz, no estaba funcionando y Javier Muñoz sumó tres tantos de inicio para mantener a su equipo por delante. Apareció Álvaro Pérez en el encuentro para detener el siete metros de Ángel y, fruto de esta jugada, acercarse en el marcador (5-4).

La primera exclusión de Lindqvist en clave ademarista, lejos de suponer un problema para los leoneses, constituyó el empate del Abanca Ademar, de nuevo utilizando como fórmula el potente lanzamiento exterior de Edu Fernández y Lodos (6-6).

Y no se quedó ahí el avance marista, pues a través de la mejora defensiva y de un tramo de casi diez minutos sin anotar por parte de Torrelavega, los de Dani Gordo firmaron un parcial 1-6 para conseguir por primera vez una renta de dos goles (6-8).

Sin embargo, el ritmo en el partido no era alto y esto significaba que, a pesar de los problemas ofensivos del bando cántabro, tampoco se tradujo en una diferencia numérica notable.

Los problemas en forma de ausencias con lo que debía lidiar la primera línea de Torrelavega se vieron reflejadas en el posicional de los cántabros, muy atascados ante la defensa leonesa. En este escenario, Sergio Sánchez aprovechó un contragolpe para encontrar la primera renta de tres tantos (7-10). A pesar de ello, un parcial 2-0 para el equipo de Jacobo Cuétara los acercó al marcador para irse al descanso solo un gol por debajo y dejar todo abierto (10-11).

La segunda parte comenzó evidenciando otra de las diferencias en el encuentro. Mientras Carlos Álvarez volvió a anotar desde los siete metros, Torrelavega falló por tercera vez su penalti ante un Álvaro Pérez que se hacía muy grande en faceta más dominada (10-12).

Hasta llegar al ecuador del segundo tiempo, Abanca Ademar se mantuvo con la renta de dos tantos a pesar de que los locales llegaron a tener jugada para empatar (14-16). Ante el poco protagonismo de Saeid en el día de hoy, Dani Gordo optó por mantener a Álvaro Pérez en la pista más allá de los lanzamientos de siete metros y el vallisoletano ayudó a los maristas a mantenerse por delante.

Sin embargo, Torrelavega puso el empate por medio de Javi Muñoz y, de nuevo, todo volvía a empezar (16-16). Como en los anteriores enfrentamientos ante Bidasoa y Cuenca que acabaron en empate, cualquier error podría ser los encargados de dictar sentencia en el choque.

En este tramo de igualdad, la tensión subió y cada vez se incrementaron más los choques entre ambos conjuntos fruto de la importancia de cada jugada. A falta de diez minutos, el Ademar consiguió un parcial 0-3 de mucho peso para ponerse con una renta muy valiosa (17-20), aunque se desajustó en defensa durante los compases posteriores para retomar la igualdad (21-21) y obligar a Dani Gordo a solicitar tiempo muerto.

Con solo dos minutos por jugar, con empate en el marcador (22-22), el Abanca Ademar se quedó con uno menos tras la exclusión de Álex Lodos, aunque Álvaro Pérez aparecería para desbaratar una nueva opción local desde los siete metros. Desde ahí, desde la pena máxima, tuvo la oportunidad el cuadro marista de repeler el disparo de Ángel Fernández, pero el extremo cántabro anotó y puso el empate definitivo (23-23).

Un resultado que parece algo insuficiente después del partido de los maristas, dominando el encuentro en muchos tramos y llegando a ponerse con la máxima renta de tres tantos muy cerca de la conclusión final.