Casi sin descanso y a la tercera, la vencida para jugar en Artaleku

No será un partido sencillo para los maristas por multitud de factores. El primero de ellos, evidente, es el escaso descanso en las filas leonesas. Menos de 48 horas separan el final del duelo europeo ante el Metalurg, con una gran victoria para los de Cadenas (41-32) del inicio del partido en el polideportivo irundarra. La resistencia de las tropas maristas se pondrán a prueba en una de las batallas más cruentas y complicadas de esta Liga Sacyr Asobal.

Por otro lado está la imponente racha de los guipuzcoanos. Bidasoa Irún suma por victoria sus ochos partidos de esta temporada y tratará de seguir con esta dinámica ante un Abanca Ademar que suma más de año y medio sin perder lejos del Palacio. En el municipal leonés, el conjunto marista se muestra más endeble, pero a domicilio es más fiable, algo que buscará mostrar en Artaleku.

A esta cita, que se suspendió en la primera fecha por un falso positivo de Gostovic y en la segunda por un brote en el Nava, rival al que se había medido Bidasoa, que acabó en el aplazamiento del partido. Y, en esta tercera ocasión, la covid-19 también ha aparecido. Kauldi Odriozola, tras regresar de la selección dio positivo, situación que se ha repetido en las filas maristas con Jaime Fernández. A priori, ninguno de los dos estará en esta cita, aunque el jugador bidasotarra podría llegar a tiempo.

La baja de Jaime Fernández se suma a la ya conocida de José Mario Carrillo, por lo que Casqueiro tendrá, de nuevo, una oportunidad para brillar y ganarse paulatinamente la confianza de Manolo Cadenas. Jacobo Cuétara, por su parte, recupera a los jóvenes Furundarena y Tao, mientras que, Racotea y Bartok, a los que pretendió Abanca Ademar son duda.

El partido llega tras un parón por la covid en el conjunto guipuzcoano y con el Abanca Ademar metido en el 'ojo' del huracán de su maratón de partidos. Las buenas sensaciones dejadas ante Metalurg en Europa, con un ataque fluido, eficaz y lúcido, serán el aval marista para tratar de asaltar una pista con mucha solera y que esta temporada, más que nunca, es un fortín.