El Abanca Ademar pasa del cielo al infierno para alcanzar la gloria en Artaleku

Una primera parte de ensueño, donde se conjugó la perfección en un equipo de balonmano, dejó una imagen del equipo de Manolo Cadenas que parecía quitarse la losa y las dudas que había despertado en el primer tramo de la competición. Pero toda esa magia se difuminó en el descanso y dio paso a una segunda parte de terror y donde Bidasoa remó a contracorriente para resucitar.

El sufrimiento mereció la pena ya que en un final de enfarto, el Ademar se llevó el gato al agua y los dos puntos, que mereció en la primera parte y estuvo cerca de despresciar en la segunda, tras imponerse por 28-29 a Bidasoa Irún.

Los 30 minutos iniciales fueron de los maristas, que apretaron como nunca en el 6-0 defensivo y, más allá del acierto en el contragolpe, un clásico del equipo, destacó la fluidez del juego posicional, el acierto en la larga distancia y la activación de todos sus jugadores permitió ver una acción coral.

Los maristas apretaron como nunca en el 6-0 defensivo y, más allá del acierto en el contragolpe, un clásico del equipo, destacó la fluidez del juego posicional, el acierto en la larga distancia y la activación de todos sus jugadores permitió ver una acción coral.

Ya a los tres minutos, Jacobo Cuétara empezó a ver que los suyos se veían sobrepasados. Un contragolpe de Gonzalo, a un nivel estelar una vez más, hacía el 0-3 inicial, pero la cosa no acabó aquí. Defensa y velocidad convertían en imparables a los leoneses, que volaban sobre Artaleku para poner el 2-8, en el minuto 7, y que el técnico del Bidasoa Irún, que llegaba con pleno de victorias y estaba viendo como un vendaval se los llevaba por delante.

La roja del defensor Tesoriere, por un duro golpe a Natan Suárez, empezaba a sepultar una posible recuperación de los locales. Y es que encima el Abanca Ademar no fallaba. Todo funcionaba y la distancia seguía creciendo. Del 3-10 se pasaba al 5-12. Gonzalo destacaba en la parcela ofensiva y Semedo le seguía. El cuadro leonés crecía con un juego espectacular, lo mejor de la temporada, y se iba hasta el 8-17, en el minuto 21, habiendo anotado 17 de sus 19 disparos a portería.

Todo salió de cara en este primer tiempo. También en la última acción, para la que Cadenas pidió tiempo muerto para prepararla, Feutchmann fallaba, pero Gonzalo recogía el rechace y dejaba el 13-22 al descanso de una memorable primera parte.

Quiso cambiar el decorado en la segunda mitad el equipo de Jacobo Cuétara y vaya si lo consiguió. La salida irundarra fue igual de espectacular que la del Ademar en el anterior periodo y lo quiso evitar Cadenas con un tiempo muerto. Un parcial de 5-1 despertaba las ilusiones vascas, que regresaban al choque y establecían el 18-23 a base de defensa y la inspiración de un resurgido Xoan Ledó.

La única solución que encontraba Ademar llegaba en el pivote, pero era algo insuficiente. La defensa desaparecía y la distancia seguía recortándose para encender las alarmas con el 21-24, en el minuto 41.

Seguía apretando las cosas el Bidasoa Irún, que aprovechaba el cambio de guión para crecerse y creérselo. Un lanzamiento de siete metros, que vino acompañado de la exclusión de Gonzalo, hacía que los leoneses engancharan varios minutos con un jugador menos y la distancia, con un tanto de portería a portería, dejaba la mínima renta, 24-25, en Artaleku.

Bartok, en el minuto 52, culminaba la debacle en la segunda parte del equipo de Cadenas, que igualaba el choque (26-26) y tenía por delante la recta final para cumplir con la épica, ante un Ademar 'ciego' en ataque y que solo Lucin mantenía en pie.

Tuvo que sonar la alarma a música de tragedia para que despertara el Abanca Ademar. Un tanto de Natan y un contragolpe de Feutchmann ponían algo de luz en medio de la tormenta perfecta que estaban sufriendo los visitantes y devolvía la ventaja en el marcador, 26-28, a cinco del final.

En el minuto 27, con uno arriba los maristas, la parada de Slavic a una acción de Bidasoa desde los seis metros, y en un rápido contragolpe, daba una vida extra, y todo a pesar de la exclusión de Marchán. Y a ello se sumó el tanto de Lucin.

Salinas dio otra bombona de oxígeno al Ademar. Perdía el balón el cuadro leonés, que jugaba sin portero y vencía 28-29, y el jugador vasco optaba por un lanzamiento 'coast to coast' para errar y permitir llegar con ventaja al último minuto.

Manolo Cadenas preparó una jugada que no salió. Natan Suárez cometía falta en ataque y dejaba en manos de Bidasoa la opción de sacar un punto que era una quimera en el descanso. Se la jugó De la Salud, en el último disparo, y el balón se marchó fuera, por lo que los dos puntos viajaban a León en un partido de infarto, que tuvo resuelto el Ademar y se pudo dejar en el último segundo.