El Barcelona hace sangre de un castigado Abanca Ademar

Todo hacía presagiar lo acabaría ocurriendo en la pista del Palau Blaugrana. El despropósito del calendario llevaba a los hombres de Cadenas al ojo del huracán con las piernas aún entumecidas ante el estrés de la competición. Y de eso se supieron aprovechar los culés, que pusieron un ritmo endiablado, con ataques en primera oleada y rápidas transiciones al contragolpe que castigaron aún más las maltrechas condiciones físicas del equipo.

Las primeras ventajas llegaron con apenas cuatro minutos disputados (4-1). Se apoyó en Marchán el Abanca Ademar para recortar, 5-3, pero los errores de circulación y en el tiro permitieron de nuevo despegarse a los locales, 9-5, para que Manolo pidiese su primer tiempo muerto en 12 minutos.

Y es que el cansancio acumulado se dejaba notar hasta en la toma de decisiones. Los disparos no veían portería, las pérdidas de balón ascendieron por encima de la decena en la primera parte y eso lo aprovechó el Barça. Y cuando el Ademar quiso acercarse, Piechowski caía lesionado con el 12-8, aunque afortunadamente pudo regresar.

La recta final del primer acto fue un calvario para los leoneses, que acabaron por tirar la toalla. Lucin se desesperaba, Semedo fallaba, Natan perdía balones y los contragolpes castigaban una y otra vez a los visitantes para enlanzar un parcial de 5-0 que tumbó cualquier esperanza con el 17-8, en el minuto 23.

Ni un nuevo tiempo d Cadenas lograba evitar la sangría y la distancia del Barcelona al descanso se iba hasta la decena de goles, 21-11, gracias a las paradas de Moller.

La reanudación llevó a la desesperación a Manolo Cadenas. Su equipo no atacaba bien y seguía perdiendo balones para que el equipo de 'Pasqui' se fuera al 25-12, en el minuto 35.

Se contagiaba el Barcelona de los errores de su rival y se estrellaba contra los palos, Slavic y los errores en la circulación que permitían, con dos tantos del joven Antonio Martínez, que la renta bajara hasta el 28-18.

El choque transcurría sin más historia que conocer cuál sería la diferencia final. Los metas parecían los más metidos en el partido, por parte de los dos equipos, y sus paradas, algunas brillantes, dejaban el marcador en 33-21, a diez minutos del final.

Los últimos compases sirvieron para ver una actuación estelar de Khalifa, que se convertía por momentos en un muro y evitaba que el tanteador del Barcelona siguiera creciendo y se detuviera en el 36-25.