Un arrasador Abanca Ademar descongela el sueño europeo

El Abanca Ademar se encargó de poner el calor en el Palacio. En un partido brillante, el mejor de la temporada, los leoneses pasaron por encima de un Helvetia Anaitasuna (38-23) que no tuvo opciones ante esta imponente versión marista donde, como pedía Dani Gordo, hubo jugadores como Álex Lodos o Rodrigo Pérez, dieron el paso adelante exigido.

Con esta victoria, en mitad de una gélida noche, el Abanca Ademar descogeló el sueño europeo, colocándose en quinta posición. Hoy día parece más viable que nunca en los últimos dos años ver de nuevo a los maristas viajando por el continente.

Abanca Ademar

Saeid; Darío Sanz (3), Lodos (6), Juan Castro (4), Alberto Martín (1), Wasiak (1), Carlos Álvarez (4) - siete inicial - Kilian Ramírez, Miñambres (2), Casqueiro (3), Rodrigo (6), Zapico (1), Adelino (2), Sáiz, Popovic, Santista (5)

38

-

23

Helvetia Anaitasuna

Bar; Ortiz, Edu Fernández (2), Torriko (7), Bonanno, Bazán (2), Gastón (2) - siete inicial - Martínez, Martinovic, Ganuza (2), Aitor García (2), Xavi González, Mikel Redondo (1), Albizu (3), Kisselev (1), Itoiz (1)

• Parciales 2-2, 5-3, 9-4, 11-6, 13-10, 17-12 (descanso) 21-14, 24-15, 29-17, 31-19, 34-21, 38-23 (final)

• Árbitros Macías de Paz y Ruiz Vergara. Excluyeron a Popovic (2), Juan Castro y a Carlos Álvarez por parte del Abanca Ademar y a Itoiz, Bazán, Ortiz y a Bonanno por parte de Helvetia Anaitasuna.

• Incidencias Palacio de los Deportes de León. 1.900 espectadores. Jornada 19 de la Liga Plenitude Asobal.

Empezó mejor el cuadro navarro, cerrando bien a las ofensivas en posicional de los maristas. Anaitasuna arrancó con un parcial de 0-2 a favor, pero el cuadro marista carburó poco a poco. La defensa empezó a funcionar, los de Dani Gordo pudieron correr y se destapó el equipo leonés.

Con un parcial 3-0, dieron el primer paso: se ponían por delante. Ahora, el reto era abrir hueco y para ello contaron con un socio inigualable: Saied. El meta iraní vivió una de esas grandes tardes en las que tocaba balón en casi todas las acciones, secundado por una defensa agresiva, intensa y con muchas piernas.

El resultado fue dejar a Anaitasuna durante más de siete minutos sin marcar y llevando la renta marista hasta el 8-3. Era un balón de oxígeno, una auténtica dosis de confianza para un Abanca Ademar al que el parón navideño le ha sentado de maravilla. Plenos de autoestima, con recursos para mover el balón con velocidad y criterio y, además, acertados en el lanzamiento, el equipo leonés llegó, incluso, hasta los seis goles.

Tal era el momento de los maristas que ni la primera exclusión hizo mella en el marcador. Pero Anaitasuna, guerreros por naturaleza, no iba a rendirse y, como dicen ahora en el Athletic Club, a lo 'bajini', empezaron a dar la vuelta a la situación.

Mordisco a mordisco, los pamplonicas fueron 'comiéndose' la desventaja que tenían. Comenzaron por volver a tener cierta fluidez en ataque, encontrando las 'cosquillas' a Saeid y llegando a ponerse a dos goles de los leoneses en unos minutos de dificultad para los maristas (12-10).

Las exclusiones, ahora sí, lastraban a los de Dani Gordo que, sin embargo, reaccionaron con mayor precisión en ataque. A partir del minuto 20, el partido pasó a ser un intercambio de goles hasta que el Abanca Ademar volvió a cerrar la defensa, aprovechó una inferioridad navarra y disparó de nuevo el marcador (16-11).

La primera mitad acabó caliente, con una doble exclusión en el cuadro leonés, ambas por protestas de Dani Gordo y Juan Castro, y un golazo de bandera: con el tiempo parado, Álex Lodos transformó un golpe franco con un rectificado para irse al descanso al alza (17-12).

Con sólo cinco jugadores, los leoneses iniciaron la segunda parte con una gran novedad en lo táctico: Carlos Álvarez actuó en estos minutos como central. Los leoneses aguantaron en este tramo de partido en el que los navarros anotaban con relativa facilidad, pero se mantuvo la renta de cinco tantos para los de Dani Gordo.

Superado este impás, el Abanca Ademar sacó músculo de nuevo. La desesperación navarra era tal que el técnico visitante, Quique Domínguez, dejó a su equipo sin portero para jugar con dos pivotes en ataque. Aun así, los maristas robaron y marcaron a puerta vacía: los leoneses estaban lanzados.

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Todo salía de cara a los ademaristas. El equipo leonés, lanzado, confiado, con el viento - en sentido literal, puesto que había 'corriente' en el interior del Palacio con una de sus paredes desnuda - de cara, no bajó el pistón. Los leoneses, con la mitad de la segunda parte por delante, ya tenían un margen de diez goles a favor (26-16).

Con Anaitasuna prácticamente 'entregando las armas', el Abanca Ademar desatado, tanto en defensa como en ataque y un clima que invitaba a los leoneses, ávidos de alegrías esta temporada, a hacer sangre, los últimos minutos fueron una masacre de los de Dani Gordo.

Sólo un Ander Torriko hípercompetitivo mantenía el tono en un Anaitasuna derrotado en unos minutos finales donde Dani Gordo rotó y dio minutos a hombres como Miñambres, Samu Sáiz, Zapico, Adelino o Darío Sanz.

Todos aportaron y todos pusieron su granito de arena y una victoria, finalmente, muy holgada (38-23) que impulsa la moral de un Abanca Ademar que, ahora sí, ve Europa como un objetivo alcanzable.