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Un muro frenó al Abanca Ademar. De golpe. De sopetón. Un espectacular partido de Dani Arguillas en la portería de Bada Huesca es el principal motivo que explica la primera derrota (23-25) de la temporada de un equipo leonés errático en ataque y que se estrelló con el portero altoaragonés.
Abanca Ademar
Saeid; Carlos Álvarez (2), Wasiak (2), Alberto Martín (1), Lindqvist, Adri Fernández (4), Darío Sanz (3) - siete inicial - Álvaro Pérez, Miñambres (1), Rodri Pérez (2), Zapico, Lodos (2), Marawan, Álex Díaz, Edu Fernández (6), Benites
23
-
25
Bada Huesca
Arguillas; Adrià Pérez, F. Cordiés (4), Miguel Malo (3), Parera (6), Paulo (3), Carlos Pérez (3) - siete inicial - Decsi, Cánovas, Moya, Suárez (5), Nasarre, Acosta, S. Cordiés (1)
Parciales 0-3, 2-4, 3-6, 5-10, 7-10, 9-12 (descanso), 12-13, 14-17, 17-21, 18-23, 21-24, 23-25 (final)
Árbitros Escudero Santiuste y Escudero Santiuste. Excluyeron a Lindqvist por parte del Abanca Ademar y a Miguel Malo, F. Cordiés (2), Moya y a S. Cordiés por parte del Bada Huesca.
Incidencias Palacio de los Deportes de León. 2.463 espectadores. Jornada 4 de la Liga Asobal.
Desubicado, el Abanca Ademar comenzó mal, fatal el partido. Huesca, con una marcha más que los leoneses, especialmente en defensa, marcó distancias ya en el inicio. Con un parcial 0-4, que ni un tiempo muerto de Dani Gordo logró frenar, los altoaragoneses mandaban en el marcador.
Fue Alberto Martín, tras más de seis minutos de juego, quien anotó el primer tanto para el Abanca Ademar. Daba la sensación de que los leoneses iban a levantarse y a remontar, que podían dar la vuelta a la situación. Pero no fue así.
Un excepcional Dani Arguillas frenaba una y otra vez las ofensivas ademaristas, negados de cara a gol y atascados en ataque. En defensa, los leoneses iban a más, apoyados en un Saeid cada vez más protagonista. Y eso mantenía en partido a los maristas.
Pero el ataque era una tortura para el Abanca Ademar. Dos paradas consecutivas, una en un siete metros y otra en el rechace, de Argüillas a Carlos Álvarez eran la prueba más evidente de que los de Dani Gordo estaban negados.
Ni siquiera el cambio de ritmo en el partido que buscaron los ademaristas, dando vértigo y velocidad al juego, unas aguas donde navegan bien los de Dani Gordo, servía para hacer zozobrar a Huesca, que mandaban (5-8) en el marcador con una renta relativamente cómoda.
Y llegó a ser superior. A las puertas de minuto 20, los oscenses lograron su máxima ventaja (5-10) en unos minutos realmente preocupantes del Abanca Ademar, que había hecho debutar ya a Marawan y Benites.
El meta oscense fue uno de los grandes argumentos que tuvieron los de Nolasco para ganar. Su aportación bajo palos resultó clave.
Si alguien estuvo al nivel en ataque en el Abanca Ademar, fue el lateral leonés. Atrevido y atinado, fue de los mejores.
El portero iraní también firmó un buen partido y fue el que mantuvo con vida a los leoneses en buena parte del partido. Acabó con un 30,4% de acierto en paradas.
Ante esta versión pobre de Abanca Ademar, Dani Gordo rotó, especialmente en la primera línea, dando entrada a todos sus efectivos, buscando algo diferente que abriera de par en par la defensa altoaragonesa. Nada, absolutamente nada, parecía funcionar.
El Abanca Ademar vivía unos minutos totalmente erráticos, fallando pases y lanzamientos sencillos y agarrándose únicamente a una defensa donde la intensidad y la agresividad marcaban la pauta.
En el tramo final de la primera mitad, los leoneses lograron acercarse en el marcador para seguir con vida. Con un 9-12 en contra, todo estaba, aún, en juego.
Mejoró la versión ademarista tras el descanso, con un juego más fluido en ataque, manteniendo el nivel en defensa. Así, tras los primeros cinco mitad de la segunda mitad, los leoneses se pusieron a un gol de Huesca (12-13) y perdonaron el empate con un contragolpe que Darío Sanz estrelló en el poste.
Pero no fue la definitiva para los leoneses. Huesca volvió a abrir hueco hasta los tres goles (13-16) y la montaña a escalar para los intereses de los de Dani Gordo volvía a ser alta, pero no imposible de ascender.
El conjunto marista, que en tramos de la primera mitad ya había utilizado esta variante táctica, volvió a colocar a Darío Sanz en el avanzado en defensa para tratar de dificultar el ataque posicional de los altoaragoneses.
Pero la portería de Arguillas seguía siendo un muro infranqueable para el Abanca Ademar. Cuando Huesca veía peligrar su ventaja, se apoyaba en la portería para seguir en pie. Solo Edu Fernández, atinado, encontraba con mayor facilidad las cosquillas al meta visitante.
Pero la brecha se iba haciendo cada vez más grande ante un Abanca Ademar inundado ya de desesperación y de precipitación para tratar de arreglar el desaguisado que se había formado en el Palacio. Con una desventaja de cinco goles (18-23) a falta de menos de diez minutos para el final, los de Dani Gordo tenían que tirar de épica.
Lo intentó el equipo leonés, que firmó un parcial 3-1 que pudo ampliarse a falta de cuatro minutos del final con un siete metros que Wasiak erró para poner a los suyos a dos goles. Saeid mantenía con vida la gesta leonesa, pero Arguillas, en la otra parte de la pista, se encargaba de aguar todas esas esperanzas.
El portero de Huesca y una excelente defensa de los de Nolasco frenaron a un Abanca Ademar que no tuvo su día en ataque y que se encontró con un muro infranqueable enfrente. Así, los leoneses, a las puertas de su debut europeo (martes, 18:45 horas, ante Luzern) ceden sus primeros puntos en la Liga Asobal (23-25).
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