Juan Castro y Adrián Casqueiro, jugadores del Abanca Ademar
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Juan Castro y Adrián Casqueiro, jugadores del Abanca Ademar
Adiós a dos esenciales: «El Abanca Ademar deja una huella imborrable»Intentan no pensar en el momento porque, saben, será emotivo. Para uno no es algo nuevo pero es, quizá, la ocasión en la que será más especial. Para otro es una experiencia nueva, la primera vez que saldrá de su zona de confort. Tanto Juan Castro como Adri Casqueiro se despiden del equipo de sus amores, en el que han crecido y por el que han sufrido: el Abanca Ademar.
Los dos son esencia Ademar. Desde niños, tomaron un balón en sus manos tratando de emular a sus ídolos maristas. En su cantera se formaron, crecieron y llegaron al primer equipo. Y ese periplo acaba este sábado (17:00 horas) ante Logroño, al menos por ahora.
«No he pensado en ello, la verdad. No es la primera vez, entonces no va a ser algo nuevo, pero sí especial. Estos dos años en León han sido muy bonitos y quiero ponerle un broche con cariño a esta etapa, que sea algo un poco festivo y con victoria», expresa Juan Castro.
Sí será la primera vez para Casqueiro, que también evita pensar en ese momento porque «quiero centrarme en entrenar, en llegar bien preparado al partido y sacar lo mejor de mí». «Sí que en ocasiones me viene a la mente que queda poco, que va a ser un bonito y duro a la vez, que va a ser emotivo… pero intento no pensar demasiado en ello».
Saben lo que es el Ademar, lo sienten y lo llevan defendiendo durante años. Castro señala a uno de las bocanas de vestuarios y recuerda que ahí, cuando apenas tenía 10 años, jugaba con los balones mientras el «glorioso Ademar» entrenaba. «Apenas sabía lo que era el balonmano, pero ya jugaba en estos pasillos, en esta cancha… Mi padre era médico y directivo del club, me traía a muchos partidos y sé lo que es el Ademar desde bien pequeño», recuerda.
El central leonés también tiene grabado en la memoria el día en el que el Ademar gana la Liga Asobal, en 2001, cuando la grada cantaba 'no pasa nada, la liga está ganada'. «No se me va a olvidar jamás cuando la gente salta a la cancha, el desfile por las calles de León en el que los bomberos echaban agua a la gente… Lo tengo grabado en la cabeza».
Más reciente es el recuerdo de Casqueiro, que señala a uno de los fondos, desde donde presenciaba un gol histórico para el Ademar: el tanto con tiempo cumplido y de golpe franco directo, muy ladeado, de Carlos Ruesga al Kiel: «Estaba allí, con mis amigos, y es un gol que jamás olvidare».
Crecieron y, tras dar muchos pasos en la cantera, llegaron al primer equipo. Castro debutó en Oporto, en EHF, y en el Palacio jugó su primer partido ante Arrate: «Fue algo muy especial». Con 17 años se estrenó Casqueiro, ante Cangas, en un «partido que viví con mucha emoción y nervios».
El extremo, que ha sido incluido en el equipo ideal de la Liga Asobal de esta temporada, recuerda que le costó mucho asentarse en el primer equipo, «he ido in crescendo en mi carrera» y esta temporada ha acabado explotar porque «acabé la universidad y he podido centrarme plenamente en el balonmano».
En invierno llegó una gran oferta desde Francia, del PAUC, y pese a que era una «decisión difícil»; la aceptó en busca de «nuevos retos y salir de mi zona de confort». «No es fácil de salir de casa pero no era solo por lo económico. Al final, la liga francesa es la mejor del mundo, la más profesional y se juntó todo para tomar la decisión».
Adrián Casqueiro
Por su parte, Juan Castro tuvo que salir para demostrar su verdadero nivel y regresó con galones: «Tenía el mal sabor de boca de haberme ido pronto o mal y ahora estoy satisfecho con el rendimiento que he dado». Como capitán, ha dado un plus al equipo, ha hecho «cosas diferentes» a las que venía haciendo porque, al final, ha evolucionado como jugador.
Y se quería quedar: «Mi primera opción siempre fue seguir en León». Pero la tardanza de la oferta ademarista y una propuesta «irrechazable» del Kadetten le hicieron cambiar de opinión. «Quizá el Ademar no puede competir en lo económico con esos equipos, pero siguen un club muy prestigioso, más incluso fuera de León que en casa. Pero llegó esta oportunidad, que no me esperaba.. y que es irrechazable por muchos aspectos», señala.
Juan Castro
Tanto el extremo como el central se preparan para hacer las maletas. Echarán de menos a su gente, a su familia, a sus amigos de siempre y el ambiente del Palacio. «Parece un tópico, pero es la realidad. El Ademar deja una huella en todos los jugadores que pasan por aquí pero, si cabe, más aún en los de León», señala Castro.
En esa maleta llevarán muchas cosas, muchos enseres, pero para recordar León, afirman, no llevarán nada material. «Igual es que soy poco detallista o algo dejado», bromea Castro. Ambos se quedan con las vivencias, con los recuerdos y con su experiencia en el Abanca Ademar, con sus amigos y su familia. «Pero somos muy de León, no necesitamos llevarnos nada para recordar nuestra casa y nuestra tierra».
Juan Castro y Adrián Casqueiro saben que dirán adiós, al menos de forma momentánea, al Palacio de los Deportes. ¿Volverán? Quien sabe, pero ahora su misión será la de demostrar fuera de España que el balonmano leonés es de un nivel altísimo.
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Abel Verano, Lidia Carvajal y Lidia Carvajal
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
José A. González y Álex Sánchez
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