El Ademar no puede ofrendar un triunfo a Ludena

Después de tanta emoción por el homenaje merecidísimo a José Ludena, el Abanca Ademar arrancó el partido espeso. El ataque marista no rindió a su nivel habitual, especialmente en el posicional, donde Benidorm cerraba todas las puertas al cuadro de Guijosa.

Esto ocasionó que los alicantinos se pusieran por delante en el marcador. Pero se encontraron con un muro llamado Nacho Biosca. Durante toda la primera mitad, el barcelonés exhibió un nivel sobrenatural, rozando el 50% de acierto, que evitó que la renta benidormense se fuera más allá de los dos goles.

Solo el portero catalán salvó al Abanca Ademar de tener que remar más. La primera línea no encontraba comodidad ante la defensa de Benidorm, que mostró intensidad, agresividad y mucho contactó para dejar con pocas ideas a los maristas.

Pero, a base de arreones y de Nacho Biosca, que solo sufría ante un imponente Paván, siempre estuvieron en partido y en el ecuador de la primera mitad empataron el partido para comenzar a culminar la remontada.

El Abanca Ademar dio la vuelta al marcador en el tramo final de la primera mitad. Ahí entró en juego Costoya, que desatascó a la primera línea ademarista. El asturiano, con el cañón que tiene en el brazo, sometió a la defensa alicantina y logró poner a los maristas por delante con tres goles consecutivos.

El cuadro marista consiguió una renta de dos goles mientras Biosca prolongaba su fiesta bajo palos, desesperando al ataque visitante. La primera mitad finalizó con una jugada espectacular. Costoya, con solo dos segundos en el reloj, lanzó desde medio campo para dar tres goles de ventaja al Abanca Ademar y alzar los brazos al cielo para regalarle este precioso tanto a Ludena.

La segunda mitad comenzó de una manera similar a la primera. Los alicantinos fueron mejores, más fuertes y más intensos en defensa. Poco a poco, las ideas en el ataque marista se iban acabando y Benidorm se lo creía. Estaban a un gol del Ademar.

Rafa Guijosa pidió tiempo muerto cuando los visitantes empataron. Pero no se solucionó nada. El ataque estaba desconectado, la fluidez no había hecho acto de presencia y diez minutos sin marcar en el cuadro leonés ocasionó que Benidorm se fuera cuatro arriba.

Fallos en ataque, malas decisiones y buenas acciones defensivas del cuadro alicantino ocasionaron que la renta visitante llegara a los cinco goles. Pero rendirse no existe en el diccionario del Abanca Ademar que, pese a no estar haciendo su mejor partido, tiró de corazón y casta para tratar de lograr la machada.

Se quedó cerca, a tan solo un gol. Y es que la frialdad de los Simonet no solo la posee Sebas, también su hermano Pablo, que marcó dos goles clave en el tramo final para los visitantes. El Abanca Ademar se queda sin dos puntos que vuelven a suponer un pequeño paso atrás en la lucha por el segundo puesto.