El coraje y la garra están fuera de toda duda a la hora de hablar del Abanca Ademar. Pero el conjunto marista ha escrito, dentro del capítulo de la épica, una página dorada en Granollers. Los leoneses caían por cuatro goles a falta ... de cuatro minutos para el final, pero una apuesta decidida por abrir un resquicio a la esperanza y la creencia real en la remontada dieron alas al cuadro leonés.
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Un gol de Gonzalo Pérez desde los siete metros y con el tiempo ya cumplido dio una victoria (30-31) más importante casi en lo anímico que a nivel de puntos para un Abanca Ademar que estaba herido, pero se sanó en un santiamén.
Fraikin Granollers
Guardia; Franco (5), Márquez (2), Rey, Marc García (1), Antonio García (4), Adriá Martínez (1) – siete inicial – Sastre, De Sande, Gurri, Ferré, Édgar Pérez (1), Lancina (2), Valera (7), Salinas (7), Armengol
30
-
31
Abanca Ademar
Slavic; Gonzalo (7), Gostovic, Natan Suárez (4), Marchán (3), Semedo (4), Carrillo (2) – siete inicial – Khalifa, Feutchmann (1), Lucin (3), Martínez Camí, Donlin, Jaime Fernández (2), Piechowski (1), Kisselev (4), Antonio Martínez
PARCIALES 3-4, 5-8, 8-10, 10-13, 14-14, 18-18 (descanso), 21-18, 23-19, 24-20, 27-23, 29-25, 30-31 (final)
ÁRBITROS Soria Fabián y Monjo Ortega. Excluyeron a Rey (2), Marc García, Antonio García, Salinas y a Adriá Martínez por parte de Fraikin Granollers y a Martínez Camí, Semedo y a Piechowski por parte del Abanca Ademar
INCIDENCIAS Palau d'Esports de Granollers. Jornada 7 de la Liga Sacyr Asobal.
El recuerdo del partido de Cuenca estaba en la mente de los jugadores del Abanca Ademar, que tenían enfrente a uno de los equipos más en forma de la Liga Sacyr Asobal, Granollers, que llegaba contando sus partidos por victorias. Las instrucciones estaban claras en el cuadro leonés: mejorar en defensa y, sobre todo, en el ataque posicional.
El choque comenzó con mucho ritmo, vertiginosidad, eléctrico. Y no dejó esta impresionante velocidad durante todo el partido. Abanca Ademar y Granollers intercambiaban ataques fuertes, con circulaciones rápidas y que encontraban, con cierta facilidad, la meta rival.
El ataque posicional ademarista estaba a mejor nivel que en otros partidos. Los goles desde nueve metros llegaban y las circulaciones lograban conectar con los extremos, donde Gonzalo y Carrillo, como acostumbran, estaban atinados.
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En unos instantes de brillantez defensiva, propiciada también por las exclusiones en el cuadro vallesano, el Abanca Ademar pudo abrir brecha a la contra, llegando a poner hasta cuatro goles de ventaja a su favor.
Pero esos buenos momentos en defensa se fueron difuminando a la par que el posicional se estancaba y Marc Guardia, meta de Granollers, comenzaba a aparecer para que la renta, poco a poco, fuese decreciendo. La apuesta por el ataque en ambos conjuntos era más que evidente y la defensa en ambos contendientes hacía aguas, por lo que la intensidad ocasionó un carrusel de exclusiones en los dos bandos.
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El partido se complicó con este ritmo frenético para el Abanca Ademar, que vio como su colchón menguaba y menguaba hasta llegar a ponerse un gol por detrás en los instantes finales de la primera parte con tanteadores por encima de los 15 goles, poco habitual en los partidos de los maristas.
Un día más, el extremo leonés lideró la faceta goleadora del Abanca Ademar, con siete tantos. No solo eso, el canterano tuvo en sus manos el balón definitivo y, con maestría, anotó el siete metros definitivo. No le pesa la responsabilidad.
Manolo Cadenas le pedía un paso adelante en defensa y el manchego lo dio en Granollers. Fue vital en los momentos clave del partido en defensa y en ataque, anotando y pasando. Marchán fue uno de los pilares de la épica remontada marista.
La igualdad reinante sobre la cancha en la primera mitad quedó plasmada en el marcador al descanso gracias a un gol de Natan Suárez a falta de escasos segundos para el intermedio (18-18).
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En la reanudación, Cadenas optó por dar entrada en portería a Khalifa, que solo había participado en algún lanzamiento de siete metros, para tratar de inquietar a los lanzadores vallesanos.
Por su parte, Antonio Rama colocó una defensa 5-1 para detener a Natan Suárez y Semedo, los más activos en el posicional leonés. Y la jugada salió perfecta al cuadro catalán, que logró un parcial 3-0 que le puso con tres tantos de ventaja.
El Abanca Ademar hacía, un día más, aguas en defensa y en ataque no encontraba las soluciones que necesitaba. El partido podía romperse, porque la sensación no era de que los maristas pudieran dar la vuelta al marcador, sino de que Granollers siguiera ampliando su renta, ya que encontraban con mayor facilidad la meta rival.
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La precipitación se adueñó del Abanca Ademar, que empezó a lanzar en malas posiciones y a no conectar ni con los extremos ni con el pivote. Todo ello mientras Pol Sastre crecía en portería, parando balones de todos los tipos, desde siete metros a 'cañonazos' desde nueve metros.
Manolo Cadenas tenía que cambiar algo y lo hizo en defensa, con un sistema 5-1 que incomodó al ataque de Granollers, propiciando contras y recuperaciones que los maristas no aprovecharon, ya que se toparon con un extraordinario Pol Sastre, que cerró de un portazo las esperanzas leonesas.
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Mejoró el cuadro leonés en defensa, que volvió a fiar el candado de las ilusiones a Dino Slavic, rindiendo a mejor nivel que en la primera mitad, pero con innumerables problemas en el posicional. Encontrar un hueco en la defensa vallesana era casi una utopía para los leoneses, que tropezaban contra una muralla y una alarmante falta de soluciones en nueve metros.
Lo intentó con coraje el cuadro marista en los últimos minutos. Imprimió cierto nerviosismo al partido, colocándose a tres goles de diferencia. Y esos nervios llegaron a Granollers, que intentó dormir tanto el partido que despertó al Abanca Ademar, con paradas de Slavic y un gran robo de Marchán, para arriesgando y jugando con siete jugadores en ataque, ponerse a un gol a falta de minuto y medio.
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Y el coraje, el corazón y la garra del Abanca Ademar salieron a relucir. El balón quemaba ahora en las manos de Fraikin Granollers mientras que los maristas, que hacía dos minutos veían todo perdido, tenían ante sí una gran oportunidad.
Paró Slavic el lanzamiento de Lancina y se fue al ataque el cuadro leonés que, con un gran Lucin, empató el partido. Aun así, Granollers tenía balón para ganar. Había que defender, multiplicar esos nervios de los vallesanos y recuperar. Franco perdió el balón, Ademar cabalgó de nuevo hacia el ataque y desde los siete metros, Gonzalo dio la victoria al cuadro leonés.
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Épica y corazón dieron la victoria a un Abanca Ademar que se agarró a su carácter y a la apuesta arriesgada de Cadenas, que creyó e hizo creer a sus jugadores en la remontada cuando el partido parecía perdido. Los maristas dan un golpe sobre la mesa y siguen con una racha a domicilio que se prolonga durante año y medio.
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