El Abanca Ademar deja escapar una noche para el recuerdo en el Palacio

Aun así, Gonzalo, desde los siete metros, pudo dar la victoria a los leoneses que, finalmente, firmaron un empate (26-26) que no se hubiera visto con malos ojos antes de empezar el encuentro, pero sí una vez visto el desarrollo del mismo.

En la puesta en escena marista, nada cambio respecto a antes de la cuarentena que tuvieron que realizar los hombres de Cadenas. El equipo seguía mostrando una garra y un carácter que le hacen ser un equipo único y peligroso, pero también mantenía sus carencias en el ataque posicional.

Con todo, los maristas, que a priori eran inferiores a un Toulouse lanzado, querían rasgar ese cartel de favorito del cuadro galo y lo hicieron desde el inicio. Y todo ello pese a sufrir horrores con el ataque posicional, ya atascado con Natan Suárez, situación multiplicada con la ausencia del central catalán.

La defensa de Toulouse lo sabía y realizó una intensa defensa sobre la primera línea marista, que sufrió en estos primeros compases de partido. Pero, sobre la cancha, había un hombre especialmente motivado, un día más, que sostuvo al conjunto leonés en estos primeros compases. Dino Slavic arrancó el partido a gran nivel y dejó claro al equipo francés que no sería fácil conquistar el Palacio.

Con el impulso dado desde la portería, que contagió a una defensa que fue creciendo en velocidad e intensidad, Abanca Ademar tomó la delantera en el marcador que llegó, gracias a las recuperaciones y los contraataques, hasta los tres goles. Esta renta fue posible también gracias a una doble exclusión en el cuadro visitante que facilitó la tarea de los de Cadenas.

Toulouse se rehizo de esa desventaja de tres goles para poner, de nuevo, el partido en guarismos similares a nivel anotador, pero con el Abanca Ademar encontrando soluciones en el posicional. Marchán comenzó a dominar los seis metros, a abrir pasillos para la primera línea y la conexión con el pivote mantuvo a flote al cuadro leonés cuando los franceses quería reaccionar.

El partido se mantenía en un vaivén que fluctuaba entre la igualdad en el marcador y los tres goles de renta de Abanca Ademar. Mientras los de Cadenas hacían daño con el juego con el pivote y los contragolpes, el conjunto galo aprovechaba el contragol y la velocidad para sacar de centro y pillar descolocada a la defensa leonesa. El partido llegó igualado al descanso, pero con el Abanca Ademar mandando de forma exigua en el marcador (15-14).

Tras el paso por vestuarios, Toulouse trató de meter una marcha más, arreón que el Abanca Ademar supo responder a nivel defensivo para no dejar que los galos se pusieran por delante. Los 'cañonazos' de Semedo fueron la solución en ataque del cuadro leonés en estos minutos para poner una renta que volvió a alcanzar los dos goles.

Pese a todo, el partido era un juego de gestión de nervios y momentos, donde el Abanca Ademar, pese a estar de forma habitual por delante en el marador, no era capaz de romper el partido. Con apenas dos sesiones preparatorias sobre la cancha tras la cuarrentena, la puesta en escena estaba siendo más que satisfactoria.

Esa brecha definitiva en el marcador llegó en el ecuador del segundo acto, cuando los maristas lograron su máxima renta, cuatro goles. Con Khalifa bajo palos y un paso adelante en defensa, provocando varias faltas en ataque, los leoneses empezaron a poner el candado a su tanteador en contra, pero los errores en la fase ofensiva, incluso impregnados de pizcas de precipitación por cerrar el partido, impedían poner el broche antes de la recta final del encuentro.

Los leoneses llegaron a tener una renta de hasta cinco goles, pero Toulouse no había dicho su última palabra. Los galos acortaron distancias, pero el conjunto marista sacó su carácter para no amilanarse ante el potencial del cuadro visitante. Aún así, los errores en ataque, y la escasez de fortuna en determinados momentos con balones a la madera, pusieron la victoria leonesa en entredicho, tanto que el cuadro francés empató a falta de dos minutos para el final.

El partido fue vibrante y solo tenía una forma de resolverse: con un siete metros definitivo. Recordando al partido en Granollers, donde el Abanca Ademar, desde esta suerte, pudo culminar una épica remontada, de nuevo Gonzalo, como en tierras vallesanas, tendría la responsabilidad de evitar que la victoria se escapara. El extremo no pudo superar a Lettens y el conjunto leonés firmó un empate, positivo en un primer momento, pero que sabe agrio tras el desarrollo del choque.