El Abanca Ademar es querer y no poder: la defensa vuelve a costar una derrota

Los maristas todavía adolecen de una fragilidad defensiva que se convirtió en un filón para Monteiro y los demás jugadores del conjunto visitante.

El segundo tanto de David Iglesias, que ponía por delante a los gallegos, ya enfadaba a un Manolo Cadenas que acabaría desquiciado por momentos.

Pese al mal inicio, los buenos contragolpes de Gonzalo Pérez Arce permitieron a los maristas recuperar el empate en el marcador. La igualada, sin embargo, duró poco. El equipo se mostraba blando en sus marcajes y los gallegos aprovechaban para atravesar la primera línea leonesa con comodidad.

Las paradas de Javier Díaz también marcaron las diferencias, junto a la mala puntería de Santista, entre otros, que lastraron al equipo en su ánimo de llegar al descanso con, al menos, un resultado equilibrado en el marcador.

Al descanso, la situación todavía parecía remontable con sólo dos goles de desventaja para los maristas.

Panagiotis fue una de las mejores noticias del Abanca Ademar en la segunda mitad. El griego logró cerrar la sangría defensiva con algunas paradas en momentos clave.

Pese a la ligera mejoría, el equipo no era capaz de deshacer la ventaja de dos tantos de los gallegos. Santista, Virbauskas, Semedo... todos lo goles de los maristas quedaban neutralizados por el oficio del Cangas de Morrazo.

Javier Díaz volvió a ser el héroe de los visitantes con una gran parada a Gonzalo Pérez Arce en otro contragolpe que habría permitido a los martistas aproximarse a sólo un gol. Tan lejos y, a la vez, tan cerca de una desventaja que se antojaba inabarcable.

Santista hizo saltar a la grada con un tanto del empate, una celebración que ya es marca de la casa y una redención tras dos fallos garrafales en contragopes anteriores.

Soliño cayó más tarde al Palacio con un gol pero Jaime lució capitanía y galones con otro tanto para devolver el empate. Apenas quedaban cuatro minutos y las espadas estaban en todo lo alto.

Bomastar logró parar un penalti pero la alegría duró poco porque los gallegos cazaron el rebote. El conjunto marista no gestionó con criterio los minutos decisivos del encuentro y suma su tercer tropiezo de forma consecutiva.