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Fue un soplo de aire, una liberación como la de descargar toneladas de piedras de una mochila que cargaban desde hace una semana. La tensión y la responsabilidad se notó en un Abanca Ademar que jugó con hambre en los primeros minutos y con nervios ... según transcurrían los mismos, pero que logró el objetivo: ganar a Puente Genil (28-25) y respirar.
Abanca Ademar
Bomastar; Jaime Fernández (2), Milosavljevic (4), Virbauskas (3), Liapis (1), Kim (2), Gonzalo (9) - siete iniciall - Panos, Casqueiro (2), Jozinovic (2), Víctor Fernández, Boskos (2), Lodos, Martínez, Santista (1), Soljic
28
-
25
Ángel Ximénez Puente Genil
Konecny; Cuenca (2), Mitic (3), Joao Pedro (5), Javi García (7), Estepa (3), Tua - siete inicial - De Hita, Spiljak, Corning, Dukic, Borges, Pomeranz (5), Luisfe Jiménez
Parciales 4-2, 8-6, 9-8, 12-10, 13-10, 15-13 (descanso), 17-14, 20-16, 22-18, 24-20, 26-22, 28-25 (final)
Árbitros Hoz Fernández y Riloba Pereda. Excluyeron a Boskos (2), Milosavljevic y a Santista por parte del Abanca Ademar y a Luisfe Jiménez y a Javi García por parte del Ángel Ximénez.
Incidencias Palacio de los Deportes de León. 1.976 espectadores. 18ª jornada de la Liga Sacyr Asobal.
Con el llamamiento al público siendo efectivo, ya que León respondió para arropar en un momento crítico a su equipo, el Abanca Ademar respondió a este cariño de la ciudad y del ademarismo con una buena salida a cancha para mandar en el marcador.
Con hambre, intensidad y mucho ritmo, los maristas querían sacarse la espina de la derrota ante Sinfín con una victoria ante el Puente Genil para no entrar en una situación mucho más problemática.
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Dani González
Fue por delante el cuadro leonés, que logró un parcial 4-0 con el contragolpe y Gonzalo como gran 'ejecutor' para alcanzar una ventaja de 7-2 en el tramo inicial del partido. Fue algo circunstancial que neutralizó Ángel Ximénez con un parcial 0-3 para dejar un marcador más equilibrado.
En esa igualdad se mantuvo el partido, de ritmo alocado hasta en el primer cuarto de hora y que fue apaciguando esa anarquía a favor de un juego más controlado y pausado donde los maristas no se encontraron tan cómodos.
Con Gonzalo y Jaime Fernández tirando, un día más, del carro, los maristas volvieron a toparse con los errores en lanzamientos francos para poner en entredicho su victoria: Puente Genil se ponía a uno y era un momento clave de partido.
La defensa y Bomastar aparecieron en estos instantes de cierta duda para frenar al conjunto cordobés para que el Abanca Ademar volviera a estirar la goma hasta los cuatro goles de renta en el tramo final de la primera mitad y dar cierta tranquilidad que no se mantuvo al descanso: los leoneses ganaban, pero por dos goles (15-13).
Tras el descanso, el Abanca Ademar salió de nuevo con intensidad e ímpetu, con ideas claras en ataque, para dar pasos hacia la victoria. La renta fue creciendo hasta los cinco goles tras los primeros diez minutos de la segunda mitad y con Gonzalo en un alto nivel de anotación.
Pese a ello, Puente Genil no se fue de partido y trató de apurar sus opciones, sabedores de la necesidad de un Abanca Ademar al que una mala racha le podía pesar mucho más que a cualquier otro equipo.
Los maristas no querían abrir esa puerta y mantuvieron el 'cordon sanitario' en los tres goles, de los que no le dejaron pasar a los andaluces a la par que los de Cadenas, además de en la victoria, pensaban también en un golaverage -cayó 29-24 en la ida - que, quien sabe, puede ser importante en tres meses.
En estos minutos, de gran tensión y en los que los andaluces amenazaban con 'superar' esa barrera de los tres goles, Milan Bomastar se hizo enorme en portería para evitar ese 'salto piscológico' que podía hacer daño a los de Cadenas. Entre el serbio y los palos sostuvieron a un conjunto leonés al que se notó nervioso en los minutos finales del encuentro.
Esta situación y un gol de Milosavljevic a falta de tres minutos que dejó la renta leonesa en cuatro goles era, prácticamente, la rúbrica de una victoria sufrida, necesaria y balsámica para un Abanca Ademar que estaba empezando a aprender a nadar en estas aguas tan complicadas.
Con cierta solvencia en el final, sin sufrir en exceso (28-25) y con un marcador que no estuvo apretado en los últimos minutos, el Abanca Ademar respira. La primera bola de partido se ha salvado y el conjunto marista espera crecer a partir de aquí.
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