El Abanca Ademar obra el milagro y encuentra el 'oro de Moscú' con un histórico triunfo

Hasta cinco canteranos tenía en su piña previa al partido el técnico del Abanca Ademar, un equipo que parecía afrontar un imposible ante las bajas, el cansancio y una visita a una pista con mucho público en territorio hostil.

Antonio Martínez fue el primero en creer en el milagro. El jugador del filial anotaba los dos primeros tantos y daba la ventaja inicial a los maristas, 1-2.

Sin embargo, Maksimov sabía dónde tenía que apretar a los leoneses. Empezaron a meter velocidad a su juego los rusos. Rápidos ataques buscaban que las piernas flaquearan en su rival. Kotov, y un contragolpe de Ostachenko ponían el 7-4, en el minuto 9, y Cadenas tenía que pedir su primer tiempo muerto. Pero no reaccionaban los suyos, que seguían encajando muy rápido e insistió en parar el partido el técnico de Valdevimbre tras el 10-6 de Andreev.

Y reaccionaron los blancos. Apretaron en defensa y empezaron a econtrar buenas posiciones en el ataque. Donlin, en una rápida transición, reducía distancias hasta el 12-10. Y dos tantos de Natan Suárez apretaban aún más, con el 13-12, en el minuto 19.

Parecía que el Abanca Ademar había logrado igualar la contienda, y un gol de Semedo lo confirmaba (15-14), pero el Chekhovskie encontró en los dos Kotov y en Kornev una salida para volverse a alejar, 18-14, y obligar a los visitantes a tirar de coraje para, contra todo y contra todos, y con un Martínez estelar dejar el resultado al descanso de 20-17.

Lo mejor estaba por llegar en una segunda parte vibrante y llena de emoción. Antonio Martínez, uno de los últimos en llegar desde el filial, se destapaba en el día menos imaginado, pero en el más necesario. Sus goles llevaban al Ademar a solo un gol, 21-20. Y Feuchtmann, muy destacado también, fue el encargado de acercar el milagro con el 25-26, en el minuto 39, y poner de nuevo a los blancos por delante.

Se desataba el Ademar. Paraba Honrado, corría el equipo, todos creían y los 'osos' rusos no se lo creían. La ventaja leonesa crecía hasta el 25-28 y el técnico moscovita solicitaba tiempo muerto para detener las garras del león.

La reacción de Chekhovskie tenía que llegar desde el ataque, ya que su portero apenas había intervenido y su defensa era superada por el juego marista. Todo caminaba dirigido hacia un final de infarto cuando el cuadro local se colocaba a uno con el 29-30.

Pero hoy era el día, este sábado estaba llamado a escribirse en el libro de oro del Abanca Ademar. Jugaban como nunca los leoneses, desarbolaban a los rusos con los 'niños' y los mayores se encargaban del trabajo sucio. Gonzalo Pérez ponía el 32-35, a tres minutos del final; y luego fallaba una pena máxima con 33-35 y algo más de un minuto. Kosorotov volvía a anotar y dejaba 20 segundos de juego para los leoneses que tenían que sostener como fuera su 34-35. La presión fue en toda la pista y el balón lo perdieron; salieron rápido los de Chéjov a la contra y el balón traspasó la portería leonesa, pero nada valía, fue fuera de tiempo y el Abanca Ademar se llevó los dos puntos en un choque para la historia.