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Lo tenía planchado, recién lavado y perfumado, en el armario. Sólo había que elegir un día para ponerlo y el Abanca Ademar creyó oportuno vestir su traje de gala hoy. El conjunto marista completó un partido redondo, perfecto ante el Metalurg, que en ningún ... momento vio, ni siquiera, un atisbo de victoria. Los de Cadenas pasaron por encima de los macedonios (41-32) en un partido donde los leoneses mostraron el nivel que pueden dar y cargaron la batería, casi descargada, de confianza.
Abanca Ademar
Slavic; Casqueiro, Feutchmann (2), Marchán (8), Piechowski (4), Kisselev (2), Semedo (2), Gonzalo (7), Natan Suárez (3), Lucin (4), Gostovic (3), Khalifa, Donlin, Martínez Camí (5), Lodos, Antonio Martínez (1)
41
-
32
Metalurg
Dupjachanec; Horvat (6), Markoski, Rnic, Tarabochia (3), Potic (1), Popovic (8), Kankaras (4), Lazarevski (3), Serafimov (4), Maric, Mladenosvikj, Dodic (3), Kofiloski, Petkovski
Parciales 4-2, 7-4, 11-5, 13-7, 17-9, 20-13 (descanso), 24-14, 29-18, 32-22, 36-24, 38-27, 41-32 (final)
Árbitros Freitas y Carvalho (POR). Excluyeron a Marchán y a Gostovic por parte del Abanca Ademar y a Markoski y a Popovic por parte del Metalurg. Mostraron roja descalificante a Donlin, del Abanca Ademar
Incidencias Palacio de los Deportes de León. Tercera jornada de la fase de grupos de la EHF European League. Sin público
Las dudas y las inseguridades de la Liga Sacyr Asobal parecieron olvidadas desde el inicio del partido. Cadenas, que apostó por Khalifa en meta, insistió en las últimas fechas en la mala salida de sus jugadores a los encuentros y estos le replicaron con un inicio brillante ante el Metalurg.
Un parcial de 3-0 con Gonzalo y Marchán como anotadores, fueron la carta de presentación de este Abanca Ademar que se puso su traje bonito, el de las grandes citas, el de Europa. Centrados, intensos en defensas y con una lucidez en ataque que añoran en la competición doméstica, el cuadro marista parecía imbatible.
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Dani González
La brecha entre equipos se hizo rápidamente grande. Los tres goles de ese parcial inicial solo fueron el inicio de la fiesta ademarista. Metalurg logró encontrar, por momentos, las cosquillas a una defensa marista muy activa y, por momentos, incluso sobreexcitada, como se demostró en la descalificación de Donlin por un golpe en la cara de Potic.
Pese a que parecía que los macedonios, después de un viaje en autobús de 40 horas desde Skopje, empezaban a calibrar su punto de mira, el posicional marista funcionaba. Y esto era noticia, porque no lo ha hecho en toda la temporada. No sólo se conseguía encontrar con cierta sencillez la conexión con el pivote, también la primera línea encontraba posiciones favorables al lanzamiento.
La renta se elevó a los cuatros goles, pero nada cambiaba la idea marista: intensidad y fluidez en el ataque. Unos grandes minutos en defensa en el ecuador del primer periodo, con Metalurg 'seco' durante más de cinco minutos, abrieron la herida para hacerla ya incurable. La ventaja leonesa se fue a los nueve goles y la efectividad ofensiva se iba a guarismos fuera de lo normal: el partido de Abanca Ademar estaba siendo redondo.
El croata volvió a ser el jugador de sus mejores días. El central brilló, tanto en la distribución como en el lanzamiento, siendo líder de los ademarista tanto en defensa como en ataque.
El Abanca Ademar volvió a encontrar esa conexión con el pivote y Marchán volvió a brillar. El manchego se sacó de la manga uno de sos partidos que le ha hecho ser internacional.
Los de Cadenas estaban mostrando su verdadero potencial, estaban enseñando un ataque inaudito esta temporada con ideas, lucidez y eficacia que supuso que los números se fueran hasta los 20 goles en la primera mitad mientras que jugadores que, por momentos en otras citas, parecían jugar con ciertas defensas, como Gostovic, se desencadenaban en una noche mágica.
Tras el descanso, Manolo Cadenas tenía un temor: la relajación y el conformismo de sus jugadores, teniendo en cuenta también que le restan dos partidos esta semana (Bidasoa el jueves y Nava el domingo) a sus hombres. Pero un parcial 3-0 de salida en la reanudación, como en el arranque del partido, despejaron cualquier atisbo de dudas para poner la renta en los 10 goles para los locales.
Esa relajación no hizo ni amago de entrar en el Palacio. El Abanca Ademar se mostraba hambriento, ambicioso. El equipo marista, dolido como un león herido por los últimos resultados, quería sangre y había encontrado en el Metalurg a su víctima ideal. En vez de pecar de dejadez, los de Cadenas padecían exceso de revoluciones, momentos en los que Martínez Camí ponía cordura y acierto en el mejor partido del argentino con el cuadro leonés.
Sin dejar que la renta bajara de los diez goles, el Abanca Ademar bajó levemente el ritmo, dando descanso a los jugadores, como Marchán o Gonzalo, que más minutos acumulan durante la temporada pensando, ahora sí, también en las visitas a Artaleku y Nava.
Con cierta relajación en el tramo final, que Manolo Cadenas trató de solventar con un tiempo muerto, los leoneses cerraron el partido por encima de los 40 goles y con unas sensaciones maravillosas. Con un abultado triunfo (41-32), ahora los maristas ya piensan en recuperarse y buscar un nivel similar en apenas 48 horas en Irún.
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